Amor inolvidable 2a Parte.

Capítulo No.231

Jae miró a Shang, evidentemente confundido por sus palabras.
"¿Por qué?"

Shang le pasó el brazo por la cintura y le susurró al oído.
"El señor Kim ya recuperó la memoria".

Se quedó petrificado, con los ojos y la boca muy abiertos.
"¿Es verdad eso? ¿Cómo lo sabes? ¿Cuándo sucedió?"

"Esta noche, en la fiesta. Pero Hyun, ese astuto zorro, se lo guardó para sí. Es probable que esté esperando el momento adecuado".
Shang no lo conocía muy bien, pero por lo que podía ver, Hyun merecía que le tildaran de zorro astuto, en los negocios y en su vida privada.

Jae seguía dándole vueltas a tan emocionantes noticias.
"¿Saeng lo sabe?"

'¡Gracias a Dios! Quizá ahora por fin le suceda algo bueno en su vida'.
Pensó genuinamente feliz.

"Creo que Saeng todavía no sabe nada. No se lo digas. Centrémonos en ti y en mí por el momento".
Shang galantemente sostuvo la puerta abierta a su apartamento y dejó que Jae entrara primero. Buscó un interruptor por la pared y encendió la luz. Ahora que ya veía, Jae buscó un par de zapatillas, como cuando entraba a su propia casa.

Shang sonrió al verlo comportarse relajadamente. Él quería que se sintiera cómodo.
"¿Por qué no puedo decírselo? Eso es tan injusto. Él ha estado esperando y esperando. Lo llamaré".

Después de quitarse el abrigo, Jae sacó el teléfono para llamar a Saeng. Pero Shang rápidamente se lo arrebató y lo sostuvo con un brazo. Guiándolo hacia la sala.
"No, no arruines el momento".

Jae se detuvo y lo miró muy serio.
"De verdad, ¿dime por qué estás de acuerdo con eso?"

Él pensó que Shang debía sentir algo por Saeng. Si no, ¿por qué se casó con él?

Lanzando su teléfono sobre el sofá, Shang lo abrazó y besó sus labios. Jae no pudo resistir su afectuoso beso. Poco a poco, el aire entre ellos se fue caldeando. Lo empujó contra la pared y su beso se hizo más apasionado.

Jae le rodeó el cuello con los brazos, como si fuera la cosa más natural del mundo. Sus labios de repente se separaron de los de él, y salieron de ellos palabras seductoras.
"Jae, te amo".

Él, que estaba tan sometido al beso, de repente volvió a la realidad. Sus ojos entrecerrados se abrieron de súbito como platos. Pero antes de que pudiera reaccionar, Shang lo tomó en volandas y empujó la puerta de su habitación con el pie.

En una fracción de segundo, Jae estaba acostado en su cama, su corazón latía rápidamente. Al verlo deshacerse el nudo de la corbata, tragó un poco de saliva y volvió a dudar.
"Shang, no. Ahora no. Saeng...".

Aún era incapaz de dejar de lado ese problema. Saeng, el matrimonio... Estas palabras eran como una maldición que obstaculizaba su relación, un muro que ninguno de los dos podía franquear.

Shang estaba casi completamente entregado a la pasión, y estaba muy cerca de dejar escapar el secreto de Saeng.

Jae forcejeaba para sentarse, pero Shang lo inmovilizó de nuevo.
"Jae, escucha. No es lo que piensas. Saeng y yo somos solo amigos".

"Sé que no estás enamorado. Pero hagamos esto bien. Espera hasta que te divorcies".
A decir verdad, Jae estaba tan conmovido al escuchar su confesión de amor que ya no necesitaba esconderle sus verdaderos sentimientos. Pero también sabía que no quería precipitarse en nada. Especialmente en el sexo.

Sin embargo, Shang no pensaba lo mismo. Lo deseaba, y lo quería ahora. Ya sin remedio, con la voz cargada de pasión, él agachó la cabeza para mordisquearle el lóbulo de la oreja y susurró:
"¡Escucha esto!"