10- Confesión.

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Samuel y Rubén se encontraban en la puerta del aula, había un ambiente tenso. El castaño estaba mordiendo levemente la uña de su pulgar derecho, mirando al suelo y moviendo todo el rato su pierna. Por otro lado, el delgado y pálido chico estaba de brazos cruzados, observando a Samuel y frustrado porque no sabía cómo hacer que parara o que confiara más en él. El rubio suspiró levemente y Samuel levantó la mirada y observó el rostro del chico.

—¿Ocurre algo? —Samuel separó el dedo de sus labios y lo observó.

—Nada nada. —Rubén negó ligeramente la cabeza. —Yo creo que vas a aprobar, y tú también deberías creerlo.

—Ya... —Susurro el moreno y ambos miraron hacia el final del pasillo al escuchar unos tacones acercándose.

La señorita Vela sonrió y saludó a ambos chicos antes de abrir la puerta de su aula. Ambos chicos entraron y se quedaron en frente de la mesa de la profesora, quien se sentó y se quitó su chaqueta.

—Bueno, ya que estáis los dos aquí, no os voy a hacer perder mucho tiempo. —La señorita Vela se acercó a su bolso y sacó el examen. —Quiero decir que estoy orgullosa de los dos. De Rubén por haberte ayudado y explicado tan bien. —Miró a Rubén con una sonrisa y luego desvió su mirada a Samuel. —Y a ti porque por fin, después de 5 años, has aprobado un examen de geografía. —La profesora se levantó y le dio el examen a Samuel.

8'75, esa fue la nota que había sacado Samuel, no se lo podía creer. Una sonrisa se dibujó en sus labios y miró a Rubén, quien tenía una sonrisa de orgullo en su rostro. El rubio rodeó uno de los brazos de su amigo y sonrió.

—Wow. —Fue lo único que le salió a Samuel de sus labios. Estaba completamente sorprendido.

La profesora rió suavemente. —Por fin te has dado cuenta de que eres listo y puedes sacar la nota que quieres si te lo propones.

—Pero no es sólo mérito mío. —Samuel miró a Rubén con una leve sonrisa. —Gracias a Rubén también.

—Hacéis muy buen equipo. —La profesora agarró el examen y sonrió. —Samuel, si consigues mejorar tus notas un poco, yo podría hablar con los profesores y te podríamos ayudar a que entrarás en enfermería.

Una sonrisa más amplia se dibujó en los labios de Samuel, quien con felicidad asintió. Entrar en enfermería era su sueño desde que era pequeño, tenía cursos sobre primeros auxilios y había estado ayudando a la enfermera del internado un par de veces, pero escuchar esas palabras de una profesora le hizo sentir cierto alivio e ilusión.

Poco después, Samuel y Rubén salieron del aula, ambos chicos tenían una sonrisa en los labios, pero las sonrisas tenían diferentes significados. La sonrisa de Samuel era alegría por aprobar el examen y por las palabras de aliento de la profesora, pero la sonrisa del rubio era de orgullo, de orgullo porque sabía que Samuel lo había conseguido y estaba súper orgulloso. Rubén vivió de primera mano todo el esfuerzo del moreno y realmente se alegraba de que el esfuerzo diera sus frutos.

—Rub. —La voz del moreno lo hizo salir de sus pensamientos. Espera un momento, ¿Rub? era la primera vez que le llamaba así, pero no le disgustó.

—Dime dime, perdón. —El rubio se rascó su nuca un poco nervioso y lo miró con una sonrisa.

—Estas en la nu es, ¿eh? —El mayor rió y se guardó las manos en el bolsillo. —Aún que ya no tenga el examen de geografía, me gustaría estudiar contigo, no solo en geografía, si no en general.

Una chispa de felicidad recorrió el cuerpo de Rubén y asintió con una sonrisa. —Perfecto.

Era ya inevitable este hecho, pero a Rubén le estaba empezando a atraer Samuel. Pasar tiempo con él le hizo desarrollar ese sentimiento y desde la tarde en el jardín más. El rubio cuando estaba con ese chico tenía un brillo en sus ojos, desprendía una buena energía y eso lo había notado Samuel. Pero Samuel no había sido la única persona que notaba el cambio las actitudes de Rubén, su amigo Luzu también lo noto, el cuál se encontraba al fondo del pasillo mirando la conversación de esos dos. No nos vamos a engañar, el castaño tenía de que hicieran daño a su amigo, tendría que hablar con Rubén y a lo mejor con alguien más para llegar hasta el fondo del asunto.

Fryeburg || rubegettaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant