Cap. 20

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El viaje fue una mierda, no hablaron más el resto del camino. Jimin quería dormir pero su miedo a la rápida y furiosa velocidad del vehículo lo vencía y Yoongi sí había clavado el pico.

Llegaron a Sucre a, casi, las 10 de la noche. Por acuerdo tácito, Yoongi acompañó a Jimin hasta su casa y luego se fue a la suya.

Cada uno tenía sus propias vainas que resolver y fue muy jodido el momento en el que Jimin pisó su casa.

- Ah, que lindo.

- Oh no...

Su mamá bajó las gradas con su pijama de seda (se estaba cagando de frío), el pelo atado en una coleta baja con una pichica y sus chinelas.

- Te llamo a tu celular, ni me contestas.

- Lo perdí.

- Hablé con tu papá y me dijo todo.

CARAJO MIERDA.

- Quiero escuchar razones y una bien planteada disculpa.

- Eh...

- Suficiente, dame tu celular.

Jiminito se resignó a la putiza y decidió que lo mejor sería devolver su iPhone, así que solo sacó el aparato de su mochila y lo entregó a su señora madre. La muy puta lo estrelló contra el piso con todo su indio, escuchando nuevamente el "crack" propio de la pantalla hecha mierda.

- Que te sirva de lección Park Jimin, yo solo estoy buscando tu bienestar, ese chicoco no es bueno para tí.

- ...

El Jiminito no lloró, no ahí. Evitó a toda costa que su mamá viera que lo que dijo lo afectó. Así que sorbió sus mocos, levantó su teléfono y sin mediar otras palabras se fue a su cuarto a poner su sountrack mental, o sea, puro My Chemical Romance.

Y así estuvo por 3 días, no salía de su habitación más que para cagar y recoger su comida. Se sentía decepcionado de cómo su madre había reaccionado; pero él era solo un adolescente gei que se fue cabalgando en una moto con su amorcito, era parte de crecer.

Asunto, Jiminito se cansó y huyó a las montañas para vivir como un hermitaño, o sea, se fue de tour a la casa de su papá. Necesitaba ayuda, no se sentía en casa en su casona.

- Es que, Jimin, vos también la cagas.

- Ya sé papá, pero no tenía el derecho de tratarme feito, menos hablar mal del Yoongi.

- ¿Por qué no me avisaste que era plan de escape? Así te cubría pues.

- Assssh, ya fue, ahora estoy desconectado del mundo.

- Ih, mirá la dramática, vamos, te puedo comprar un fono.

- ¿En serio? Gracias, papá.

- Los Huawei son calidad precio.

- Oh do.

Así fue, apareció con un poderoso Huawei y9.

- ¿Cómo se enciende?

- Con el botón para encender.

El jaila descubría un mundo nuevo, se le hacía extraño el diseño poco estético, según él. Pero recibió una grata sorpresa al ver que la batería cargaba a todo culo y bajaba más lento que só-ni-co.

Pero después de todo, le había servido para poder contactarse con su amorcito, quien seguramente le había escrito hasta el cansancio, apostaba todo a que tendría mil llamadas perdidas cuando rehabilitó su chip en el poderoso Huawei.

Pero no.

Nada.

Nada.

Nada.

JailitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora