𓄼 ҂ Día 4 𓄼 ҂⇆

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Al día siguiente Quackity se despertó más caprichoso de costumbre. No quería separarse de Luzu ni por un segundo, se tuvo que saltear el supresor del desayuno y merienda porque Quackity observaba todo lo que todo lo que hacía y si lo veía con un supresor empezaría a llorar para no tomarlo, incluso ni siquiera lo dejo bañarse, literalmente el menor lo espero sentado en la tapa del inodoro.

Ni siquiera hacer sus tareas lo deja, pues desde que se levantó Quackity tuvo la manía de sentarse en sus piernas todo el tiempo, no entendía a que se debía eso pero le estaba empezando a molestar. No podía hacer nada sin que Quacks lo estuviera siguiendo y su paciencia se estaba acabando.

Ahora mismo estaba acostado en la cama con Quackity sobre él, estaba dormido pues lo convenció de dormir una siesta para que el pudiera seguir con sus tareas, de forma lenta quitó su brazo que el pelinegro estaba usando como almohada y se levantó de la cama de la misma manera. Salió de la habitación y arrimó la puerta, fue hasta el cuarto de invitados y tomo su mochila para después dirigirse a la cocina para ponerse a estudiar de una ves.

Joder, cada vez que los días pasaban el cuidar a el mexicano se volvió más tedioso y pesado, soportar berrinches no era lo suyo. Agradecía que todavía no haya presentado alguna acción sexual, lo único "intimo" que compartían era dormir en la misma cama y besitos en la mejilla, todavía no tenían alguna interacción sexual y Luzu no estaba mentalmente preparado para eso.

Quackity era su mejor amigo de hace años y por más que este en celo no podría ayudarlo de esa manera, una cosa era ver su cuerpo desnudo mientras lo bañaba y otra era verlo de manera sexual. No podría ayudarlo a satisfacer su deseo sexual que llegaría en algún momento.

Sabía que eso pasaría dentro de poco pues el departamento entero olía Chocolate blanco y algo así como Té de canela, el aroma era simplemente dulce y embriagador, el aroma de su amigo estaba impregnado en su ropa y en él, sumando a que estaba mucho más cariñoso que antes. Joder, ¿Cómo haría para cuando ese momento llegue? Porque no creía que Quackity quisiera usar sus... juguetes.

Además parecía que odiaba a Lanita, cada vez que venía a entregarle las tareas Quackity le gruñía y se comportaba de una forma completamente posesiva. Incluso llegó a morderle el cuello cuando estaba distraído, todavía tenía los pequeños colmillos de pato marcados en su piel.

Habían pasado casi dos horas y todavía no terminó, le faltaba poco pero quería terminar todo antes de las ocho de la noche pues a esa hora Lanita pasaba a buscar su tarea para llevarla a la universidad al día siguiente.

─Alfa...─La adormilada voz de Quackity lo hizo suspirar de cansancio. 

─¿Qué pasa, Quacks?

El omega se acercó ─Mimos.

─Ahora estoy ocupado ─Dijo para volver a su tarea.

El omega hizo un puchero ─Pero alfa...

─Quackity, estoy ocupado ahora ─suspiro─ Más tarde te doy los mimos que quieras, ¿si?

─¡No! ¡Ahora! ─Gritó frunciendo el ceño.

─Quackity... ─Advirtió─ Basta.

─¡Mimos, alfa! ¡Ahora!

¡Te dije que no! ─Grito usando su voz de mando logrando que Quackity se encogiera en su sitio─ ¡Estoy ocupado!

Quackity se encogió en su sitio debido al miedo, sintió sus ojos picar y al poco tiempo sus mejillas se inundaron de lágrimas llorando en silencio. Luzu relajó sus facciones y al darse cuenta de lo que hizo el pánico se instaló n su pecho.

Cuidando a Quackity   ҂⇆  LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora