II

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Capítulo II. - El Oscuro Final.


Algunos cientos de años después.

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El trato que aceptó Tang San para poder vengarse y no ser devorado por aquella bestia sedienta de sangre y miedo, fue su lealtad y ayuda a la diosa de la inmundicia.

Así que desde entonces la acompaña como un fiel sirviente aunque ella prefiere llamarlo simplemente su acompañante.
Ella se había sentido aburrida y sola, sintió pena por el chico que estaba a punto de ser devorado, pero también sintió admiración por la valentía de este al no caer en la locura y desear tanto vivir.
Debido a eso fue que decidió ayudarle rompiendo algunas reglas por las cuales fue castigada un tiempo, más no se arrepentía.

Ahora la deidad y su acompañante devoran la inmundicia de las personas más sádicas y perversas para que estas puedan purificarse y no continuar con su maldad en la siguiente vida.

En algunas culturas es conocida como "La comedora de la suciedad"*, sin embargo en esta vida se hace llamar Angela y su acompañante, Xiao Zhan.

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Xiao Zhan miraba a aquella mujer al borde de la locura que acababa de cometer un horrible crimen a un joven hombre.
Él fue atraído por el fuerte aroma de la inmundicia de la mujer, estaba lista para ser comida, así que debía ser devorada ya.

Él debía hacerlo para purificarla y él así poder continuar en este mundo. No tenía opción, no es algo que pudiera controlar, como ayudante de la deidad que compartió su poder con él, no hay nada más delicioso que el aroma inmundo de una persona que acaba de cometer un crimen atroz.

Se había acostumbrado a la oscuridad y la maldad de las personas, sin embargo no significaba que fuera fácil ver a aquellas víctimas inocentes perder sus vidas y es que cuando acababan de arrebatar cada vida, el aroma se intensificaba y con ello, su hambre aumentaba.

El mundo es en verdad asqueroso. Pensó.

Dio un paso hacia el cuerpo maltratado del chico. Parecía que había soportado por mucho tiempo pero fue inevitable ser asesinado en algún momento por la perversa y desquiciada mujer.

- ¡¿Qui-quién eres tú?! - Gritó de pronto la mujer mirando aterrada al hombre de negro quien la miró.

- Ah, puedes verme. - Dijo sin emociones Xiao Zhan.

- ¡Vete! ¡N-no fui y-yo! - Escupió asustada.- ¡Él... él me obligó a hacerlo! - Gritó culpando al joven fallecido.

Xiao Zhan la miró con ojos juzgadores sin decirle nada con palabras. Sin embargo la mujer rápidamente se rompió todavía inculpando a su pobre víctima.

- ¡Si hubiera aceptado casarse conmigo! - Lloró.

Al parecer ella lo había asesinado después de acosarlo y no obtener una afirmativa del joven.
El hombre había sido su trabajador pero este al estar muy enamorado de su prometida, no aceptó ningún cortejo o regalo de la mujer que era su jefa en ese momento, ella entonces encaprichada con él, comenzó a acosarlo cada vez más hasta el punto de amenazar a la prometida, así que en un intento por alejarse de una vez por todas de ella, él renunció a su empleo pero esto solo enojó y obsesionó aún más a la mujer quien planeó su secuestró hacia un par de semanas y realizó todo tipo de actos viles y perversos con él.

InmundiciaWhere stories live. Discover now