One

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-Tranquilízate, sabes que nadie nos encontrará-repetía por milésima vez Matty- hemos venido a mi casa, aquí nunca hay nadie- aseguró.

Adam lo miraba con una sonrisa ladeada, no estaba seguro de aquello.

-¿Y si hoy viene alguien? ¿Y si hoy nos ven?

-Venga, no te preocupes, mis padres no están y mi hermana ha ido a pasar el día a Liverpool con nuestros tíos-dijo sentándose al lado de Adam, masajeando su pierna con su mano derecha.

-¿Y si pasa algo y tienen que volver urgentemente? ¿Y si los del equipo de futbol vienen a buscarte y te ven conmigo?-preguntó el chico, estaba preocupado por lo que pudieran decir sobre su amigo.

Matty hizo un sonido con su lengua, uno de desagrado. Adam siempre decía lo mismo cuando quedaban, ponía las mil y una escusas para irse pronto, y eso que era él el que se empeñaba en quedar casi todas las tardes. Matty tenía razones para empezar a dudar sobre la situación con su amigo.

-Adam...-suspiró-¿ocurre algo?

-Tienes novia... una vida, amigos... yo no tengo nada, si te ven conmigo creerán que eres gay o algo así-susurró el chico, cabizbajo.

-Pero a mí me da igual, yo te quiero, encima, si soy gay-aseguró.

-Remarco que tienes novia.

-Pero ella es una tapadera, créeme-suplicó Matty.

-¿Y el futbol?

-Voy desde que tenía ocho años, ya sabes por tradición, Dan y papá iban, yo también debía hacerlo.

Adam dudó unos momentos, ya no le quedaba nada a lo que aferrarse para irse de allí cuanto antes.

Adam apartó la mano de Matty suavemente y se deslizó por el colchón hasta la almohada y se tumbó allí, bocabajo.

Sintió a su amigo tumbarse a su lado, deslizando una mano sobre su espalda, trazando círculos suavemente.

Adam sonrío contra la almohada. Matty podía ser un chico dulce y mimoso, pero cuando quería daba un giro de 180 grados y le ordenaba que lo hicieran.

El más alto de los dos se puso encima del otro y dejó besos desde su nariz hasta su hombro, dejando un rastro por todo el cuello.

Matty lo atrajo hacia su boca con las dos manos. Adam no paraba de besar al del pelo rizado, apoyó el antebrazo izquierdo sobre el colchón y la mano derecha acariciaba la caliente piel de Matty por debajo de su camiseta negra.

Adam se sentó sobre el colchón e hizo que Matty lo imitará. Su amigo estiró los brazos y él le quitó la camiseta, sucesivamente.

Adam se escabulló en el cuello de Matty y mordió su piel haciendo que el otro tirara su cabeza hacia atrás y soltara un pequeño gemido.

Se fueron recostando poco a poco, Adam encima de Matty, sin separar los labios.

Matty movió sus manos hasta la bragueta de Adam y le desabrochó los pantalones, cosa que hizo sonreír a Adam.

Pronto ambos se encontraban en bóxers y la temperatura de la habitación había aumentado.

-Hazlo-pidió Matty en un susurro.

Adam asintió y bajo los bóxers de ambos, pero el timbre de la casa los interrumpió.

-Menuda mierda-se quejó Matty- un día que podíamos, va y nos interrumpen-dijo mientras se ponía los bóxers y los vaqueros negros-voy abajo a ver quién es, luego vuelvo.

Matty salió de allí y cerró la puerta, bajó los cuarenta escalones que había desde la tercera planta hasta la primera planta y abrió la puerta de entrada.

-Hola Matty-saludó Hannah, su hermana gemela.

-¿No te ibas a quedar todo el fin de semana en Liverpool?- le preguntó, entre confuso y enfadado- ¿qué haces aquí?

-¿Me vas a dejar entrar?- preguntó risueña y su hermano le hizo un hueco para que pasará- parece que no te alegras de verme, encima de que vengo antes para darte una sorpresa.

-Pues menuda sorpresa, dos días antes-susurró.

-¿Has dicho algo?

-Niet- negó el chico.

-Venga, vamos arriba, tengo un montón de cosas que contarte- dijo tomándolo de la mano, dirigiéndose a las escaleras.

-¡No!- exclamó- arriba no, está todo hecho un desastre- mintió el chico.

-Pero si están los criados, habrán limpiado ellos- aseguró la chica- oooh, no me digas que arriba esta Jane- dijo mirando a su hermano con cara de complicidad.

-No, realmente, hay un chico de mi clase, estamos haciendo un trabajo, pero no necesitamos a nadie que nos moleste, así que vete a una cafetería-ordenó su hermano.

-La casa tiene tres plantas, yo creo que no os molestaré.

-Pues yo creo que sí-dijo empujándola hacia afuera y cerrándole la puerta en las narices.

Subió rápidamente, Adam seguiría en la cama. Y así era, Adam seguía allí, con los ojos cerrados. Cerró la puerta silenciosamente y se tiró encima de él, y como consecuencia un enorme grito por parte de Adam.

-Casi se me sale el corazón del pecho, bestia.

-No seas exagerado Adam- se río Matty.

-¿Quién era?

-Era mi hermana, ha vuelto dos días antes, "una sorpresa", pero tranquilo, la he enviado a una cafetería, podemos seguir a lo nuestro- dijo besándolo.

-Matty... yo, er... me tengo que ir.

Matty lo miró y se quitó de encima de él y se sentó al borde de la cama.

-No jodas Adam- se quejó- aún son las siete, acabo de echar a mi hermana, quédate a dormir, llamas a tus padres y se lo explicas.

-No puedo, tenía que estar allí a las seis y media y sigo aquí, contigo- susurró Adam.

-Genial, iré yo a dormir a tu casa, no pasa nada.

Adam río.

-Nunca he tenido amigos, sería un poco raro llegar con alguien como tú a casa.

-Podemos decir que soy nuevo en la ciudad.

-Como si no te conocieran a ti o a tus padres.

Matty agachó la cabeza, desanimado, Adam tenía razón.

-Vale, vete, pero mañana te quiero aquí otra vez-dijo para luego unir sus labios.

Adam asintió y se vistió rápidamente.

-Mañana nos vemos Healy-dijo saliendo por la puerta.

Settle DownWhere stories live. Discover now