Two

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-¿Dónde estabas Adam?- preguntó su madre, apenas oyó el ruido de la puerta-son las siete y media, debías estar aquí hace una hora.
-Lo siento, estaba en la biblioteca, que tenemos finales-mintió-me voy a dormir, que ha sido un día muy agotador.
Su madre no dijo nada más, tan solo siguió cocinando, como siempre, el mínimo de atención para su hijo mayor.
Se podría decir que Adam estaba harto de aquello, pero ¿para qué? Él entendía que ya lo creían un caso perdido, estudiaba demasiado pero no tenía ningún amigo, y eso para sus padres era más importante.

Se encerró en su habitación, la que compartia con su hermano pequeño por 10 meses de diferencia.

Unas ganas de llorar tremendas se apoderaron de él. Aquella falsa iba a más cada día y estaba engañando a todo el mundo, menos a Matty.

Tocadas ya las diez su hermano entró a la habitación, cerrando de un portazo.
-¿Qué ocurre contigo?- le preguntó algo alterado.
-¿Has bebido?
-Que va, no me dan alcohol en el bar, ya lo he intentado- contestó como pudo.
-Entonces estas colocado- aseguró desde su litera.

Su hermano se dejó caer sobre su cama con el sonido de los muelles del viejo colchón de fondo.
-Yo no lo llamaría así, tan solo voy como los populares.
-¿Populares? ¿Steve, estás bien?- preguntó, algo preocupado.
-Matty Healy siempre va colocado, pasas por su lado y desprende un olor a porros que madre mía- río estrendorosamente.

Adam pensó en Matty, en su aroma, aquel olor que su hermano decía que eran porros a él le encantaba, era lo que le hacía Matty.

-Nunca me he fijado-mintió Adam.
Su hermano no contestó, se había quedado dormido.

Adam cerró los ojos e intento dormir, al dia siguiente había clase, debía descansar.

Como todas las mañanas, Adam se levantaba primero, preparaba el almuerzo para todos y se iba con su bici al instituto, sin esperar siquiera a Steve.
"Buenos días ♡" escribió en un mensaje para Matty.
"Buenos días Hann ♥"
Adama sonrío porque estaba enamorado, era una razón simple, y encima Matty era adorable.

Una vez las puertas se abrieron dejo la bici por allí cerca, cogió sus libros y se encerró en los baños, a esperar a que sonara el timbre.

Su silencio fue interrumpido por un estrepitoso golpe. La puerta se había abierto.
John acababa de entrar allí.

-Qué guapo estás hoy, Hann-bromeó.
-Mejor que tú, Waugh.
John era uno de los únicos a lo que Adam podía llamar amigos. Era un chico bisexual con una cara de niña pequeña increíble.
Adam se levantó y lo abrazó fuerte.

-Adam- lo llamó- ¿ocurre algo?
-No, nada, dejalo.

John no preguntó nada más, él más qué nadie sabía que el silencio era a veces mejor que cualquier sonido.
Sonó el timbre y ambos chicos se dirigieron al laboratorio. Primera hora y química, para pegarse un tiro.
Se sentaron en la mesa de siempre esperando a Ross y George, que llegaron cinco minutos tarde, como siempre.

Adam miró en dirección a John, se había dormido sobre su mochila, cosa que le permitía ver más allá, ver a Matty.
Todos ellos eran amigos, o sea, John, Ross, George, Matty y él. Su amigo era el último fichaje del grupito, aunque en el instituto no iba con ellos.
La siguiente clase, música, pasó rápido, a todos ellos les gustaba, y poco después salieron al patio.

Bajo el mismo árbol de siempre se sentaron los cuatro chicos. John dejado caer sobre el tronco del árbol, Ross acurrucado entre los brazos de George y Adam tumbado sobre el césped boca arriba.
Desvió la mirada hacia la "zona" de los populares y allí estaba Matty con Jane encima, maldita zorra.

Volvió a centrar la atención en sus amigos.
-¿Qué opinas tu Hann?-le preguntó John.
-Eh, perdona... ¿de qué estabáis hablando?
-De lo buena pareja que hariamos Ross y yo- sonrío- pero George ha dicho que no- se quejó.
-Tiene miedo de que le robes al chico-bromeó él también.
George miró a ambos con mala cara y se puso a reír, para luego abrazar a Ross.

La gente de alrededor miraba la escena. Todos allí eran unos malditos homofobos, y quién no era hetero estaba mal y tenían que ir escondiendose, pero cuando uno quiere a alguien no puede hacer nada. Y eso era lo que hacían Ross y George, no esconderse, si a alguien no le gustaba que no mirara, o eso decía siempre George.

-Voy al baño, ahora vuelvo- se excusó Adam para luego irse hacia el edificio principal.

El chico volvía a estar donde horas atrás lo había encontrado John.

-¿Habéis visto aquellos dos?- preguntó Jake, con cara de asco, señalando a los dos chicos que se abrazaban.
-Podría incluso vomitar- susurró Jane, sentada encima de Matty.

-Tengo que ir al baño, ahora vuelvo.

Matty se dirigió al baño, como lo había visto hacerlo a Adam. Llamó a la puerta y nadie contestó, lo que tomó por un "pasa".

Adam no estaba allí, así que se dirigió al lavabo para lavarse la cara.

Notó unos brazos rodeandole.
-Hola Matty- susurró contra su cuello- ¿me has echado de menos?

Matty sonrío ante el roce y asintió.
Adam besó su cuello y mordió cerca de la oreja.

-Oye, deja de hacer eso aquí- rió Matty.
-¿Te pone nervioso?
-No, tan sólo es que podría entrar alguien y vernos.
Adam lo soltó y se dirigió hacia uno de los cúbiculos.
-Aquí ya no nos ven-aseguró sentandose encima de el retrete.
Matty entró y pusó el pestillo sin que la sonrisa se le borrara.
Se sentó sobre Adam y lo besó. Como siempre ocurría Adam tomaba el dominio del beso en un abrir y cerrar de ojos, y Matt no se quejaba de aquello.
Los besos continuaron hasta que sonó el timbre, pero nunca sin pasarse de tono.

Primero salió Adam del baño y pasados unos 5 minutos Matty y los dos caminaron hacia clase.

Settle DownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora