Capítulo 5: ❝ Yuji ❞

401 52 1
                                    

Hora más tarde

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hora más tarde.

Las tres chicas iban en un taxi de camino a encontrarse con Chenle en la puerta del estudio de tatuajes.

—No entiendo porque nos tuvimos que tomar un taxi. No te bastó con hacerme mudar a ese nido de ratas donde no puedo pegar un ojo porque si me duermo, estoy segura de que la rarita es capaz de secuestrarme para sacarme la piel y hacerse un tapado — protestó la japonesa nuevamente. Desde que Minjeong le había arrebatado de un manotazo las llaves de su auto, la cara de Giselle no había cambiado. Se subió al taxi, se cruzó de brazos y se encargó de actualizar sus protestas a cada rato. — ¿Qué tienes contra mí, Minjeong? ¿Por qué no dejas que use mi hermoso coche? — Presionó.

Minjeong no quería volver a contestar la misma pregunta, no quería que Giselle la sacara por tercera vez de sus pensamientos. Su mente estaba en el lugar que quería y no quería ser interrumpida. Así que decidió ignorar a su amiga una vez más.

La empresaria no entendía su cuerpo, no entendía su mente, no entendía como se comportaba cuando Jimin estaba frente a ella. Cuando la chica dormía, que más hubiera querido Minjeong que acostarse a su lado y mirarla sin cansancio. Cuando despertó asustada por el exabrupto de Yizhuo, Minjeong no pudo evitar querer tomarla entre sus brazos y tenerla segura entre ellos hasta que la morena se tranquilizara. ¿Pero cómo podía hacer eso si la otra chica apenas permitía que estuvieran a unos cuantos pasos de distancia? Se preguntó a sí misma. Pregunta que la hizo mirar a la otra rubia que tenía a su lado, Yizhuo. Yizhuo había visto lo mismo que ella, la bailarina también había presenciado la forma en que Jimin llegó a temblar por el solo hecho tener las manos de Minjeong en cada uno de sus brazos. Evidentemente a la morena la ponía incomoda la presencia de otras personas a su alrededor, y ni hablar de que otra persona se acercara a ella o intentara tocarla. La misma Minjeong alcanzó a ver como apenas ellas salían por la puerta del departamento, todo el cuerpo de la otra chica se relaja, y si no hubiese sido porque en ese momento Giselle había empezado con sus chillidos, la rubia hubiera jurado que escuchó a Jimin suspirar.

—Si yo hubiera manejado ya hubiéramos llegado, ¿sabes? — Al parecer Giselle no se callaba. —Si yo hubiera manejado MI COCHE, no tendríamos que ir todas apretujadas en este mugriento carcacho y...

—Hazme el favor de callarte, Giselle. — La japonesa lo había logrado, había logrado que Minjeong saliera de sus pensamientos — ¿Cuántas veces tengo que explicarte que por unos meses hay que tratar de pasar desapercibidas? ¡Contéstame, Giselle! ¿Cuántas veces tengo que explicarte? — Insistió irritada

La japonesa cruzó aún más sus brazos de ser posible. —Si no me dejaste usar mi Porsche, al menos hubiéramos salido en tu Mercedes — alcanzó a murmurar.

Gracias a Dios que el taxista frenó antes de que Minjeong pudiera contestar. La rubia pudo divisar a un impaciente Chenle en la vereda.

—Dijeron en una hora — les reclamó el chico apenas las tuvo de frente.

No soy para ti [Adaptación WINRINA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora