No soy para ti [Adaptación WINRINA]

Capítulo 30: ❝ Hasta aquí llegamos ❞

Minjeong se dejó caer en lo sillones del reservado, el baile la había agotado. — ¿Qué haces? — Miró como Jimin estaba parada frente a ella con una mano en su espalda. Obviamente la ex rubia nunca se percató de que esa mano tenía bien aferrada la cajita que contenía el hermoso anillo de compromiso comprado en Tiffany. —Ven aquí, amor — la apuró Minjeong, quería volver a los besos rápidamente.

Jimin agitó la cabeza en negativa. —Quiero... me toca... quiero... me toca cobrarme la prenda — dijo nerviosa.

Minjeong miró para todos lados. — ¿Aquí? — No estaba segura de que el área estuviera apta para hacer lo que la morena quisiera.

Jimin asintió. —Es... es fácil — le dijo. —Solo tienes que decir que... solo tienes que decir que sí y listo — agregó como si nada.

Minjeong frunció el ceño. — ¿No puedo decir que no? — Preguntó tratando de pensar cual era el engaño.

—No — sentenció la morena. —Tu prenda es... es contestar sólo que sí — repitió tomando aire, ahora solo faltaba arrodillarse.

El cuerpo de la morena empezó a bajar...

— ¡QUE LOS CUMPLA FELIZ! ¡QUE LOS CUMPLA FELIZ! — Jimin se incorporó rápidamente volviendo a apretar la cajita entre sus manos. Apenas se reincorporó del todo vio a Giselle y Yizhuo entrar con una enorme torta entres sus manos. Cerca de ellas estaban Lucas y Sungchan. Las velas del pastel estaban prendidas y detrás de ellos venían todos los amigos de Minjeong que estaban aquella vez en el departamento, más un montón de gente que la morena no conocía. — ¡QUE LOS CUMPLAS, QUERIDA MINJEONG! ¡QUE LOS CUMPLA FELIZ! — La morena se hizo para atrás de inmediato dando lugar a que Giselle y la bailarina se acercaran para que Minjeong soplara las velas.

La pelirroja tenía una sensación rara, sus ojos iban entre Jimin y sus amigos. — ¿Tu sabías de esto? — Le preguntó a la morena agarrando su mano. Jimin negó rápidamente, esto no le gustaba nada, pero si su novia estaba feliz no había nada que hacer.

— ¡Es una sorpresa! ¡Sopla ya, pelirroja culona, que me estoy cansando de tener este estúpido pastel! — Por la música, ninguna de las tres chicas alcanzó a escuchar a Jimin murmurar lo perfecta que era la cola de Minjeong. —Ryujin llamó a Ning para pedirle tu teléfono y de paso nos contó de la reserva de la rari en este lugar — dijo la japonesa mirando de costado a Jimin. —Tan solo un llamado, y organicé todo. ¿Giselle Uchinaga puede o no con todo? — Giselle se sentía orgullosa mientras que Jimin estaba planeando una forma de comunicarse con su empleada para despedirla.

— ¡Pide tres deseos, Minjeongie! — La animó Ning para que soplara las velas.

Minjeong sonrió y tomó aire para apagar las veinte y cinco velitas. Todo el mundo en la sala aplaudió y Jimin tuvo que soltar a su novia para que pudiera recibir los saludos de toda la gente que quería felicitarla.

Poco le molestaba todo eso mientras la sonrisa de la empresaria seguía en su lugar, el problema llegó cuando Jimin vio al estúpido chico de peinado raro acercarse con su sonrisa seductora y caminando como si se llevara todas las miradas del lugar. Jimin detestaba a ese chico más que a ninguno, bueno, el otro alto tampoco le caía bien. Ese era Yunho, pero al menos no se trataba de comerse a Minjeong cada vez que la veía.