Habiendo termina de comer y apagar las antorchas, nuestro gatito se dirigió a la habitación. Donde lo esperaba un lindo pesecito.
En el corto camino, Neteyam se preguntaba cuántos besos le tendría que pagar a su Chef.
Al entrar a la habitación, notó que su pesecito estaba sentado esperandolo, escuchando el estruendo de la cola del mayor contra la cama.
─ Oh mi querido Chef, ¿cuánto le tengo que pagar?~ ─ preguntó el Omatikaya con tono alegre viendo a su esposo, mientras se sentaba en la cama enfrente de él.
─ Mi lindo cliente, lo he estado pensando y he decidido que mi paga será... Dejarme besarte a tí~ ─ Recitó con alegría el ceviche, para luego palmear su pierna, indicándole al gatito que se sentara.
Comprendió el mensaje y se sentó en las piernas del otro, dándole un beso tierno en los labios y entrelazando sus manos sobre el cuello del otro.
─ Bien, ¿por donde empezamos? ─ dijo para empezar a besar el hombro del otro y seguir por sus brazos.
Bajo por su antebrazo hasta su brazos y le beso la mano, y los dedos.
En el de tez oscura se hizo una sonrisita tratando de aguantar la risa, ¡Le daba muchas cosquillas!
Su esposo tenia una sonrisa pícara en su carita, mientras seguía besando el cuello y pecho de su pareja. Hasta llegar a los pezones y darle un beso a cada uno.
─ ¡E-espera! ¡Ahí no! ─ esos pequeños toques le hacían sentir un cosquilleo raro, su esposo no le hizo caso y siguió, provocándole muchas risas al menor. ─ ¡Pesecito malo! ─
El Metkayina siguió, atrayendo a Neteyam más hacía el; obligándolo a levantarse un poco para que continuara besando sin incomodidad alguna.
Ao'nung sabía que no podía hacer más si estaba embarazado, no quería de alguna manera dañar al bebé, o hasta a su propio Neteyam; así que optó por hacer una sesión de besos.
─ Bebé también quiere algunos besos... ─ Neteyam se avergonzó mientras decía eso, a lo cual Ao'nung sonrió y bajo la cabeza para mirar el vientre de su amado.
─ ¿El bebé de papi quiere besos? Entonces los tendrá. ─ comentó con alegría mientras comenzaba a dar besitos por toda la zona. ─ Cuando bebé nazca lo consentiremos mucho~ ─ La foquita amaba darle besitos a su gatito, y ahora a su cachorro; aunque este no haya nacido.
Amaba tanto a su familia.
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─ ¡Gatito! Despierta, tenemos que ir donde mis padres. ─ Ao'nung movía un poquito a Neteyam para que se despertara.
─ Ya voy, ya voy... Traeme un balde, porfavor.. ─ pidió con muchas náuseas, este día se sentía muy mal, no quería levantarse.
Ao'nung asintió y le trajo un balde, en el que vómito todo lo que había comida ayer.
─ ¡Puahg! ─ se quejaba mientras vomitaba, el bebé al parecer no estaba de buen humor. ─ Perdón mi amor... Vomite la comida de ayer... ─ se disculpó decaído, sentía el estómago vacío y eso no le gustaba.
─ No te preocupes, lo importante es que dejes de vomitar. ¿Quieres agua o fruta? ─ Ao'nung se preocupaba por el bienestar de su pareja, odiaba que vomitara o se sintiera mareado; pero entendía que era el embarazo, y que otras cosas vendrían y que esto era el comienzo.
─ Quiero agua... ¿Podemos ver a tus padres otro día? ─ preguntó diriguendole una mirada con ojeras. Resulta que mientras el pesecito dormía un gatito estaba vomitando mucho.
─ Claro, mi gatito. ─
El Metkayina fue a la cocina, tomó un vasito y le hechó agua. Estaba pensando en como decirle a sus padres, debían enterarse ¿Deberia ir con la excusa de tareas del Olo'Eyktan? No, su gatito tenía que estar deacuerdo y al tanto.
Fue a la habitación, para encontrarse a un Neteyam incómodo, tratando de acomodar las sábanas de forma que no quedara ningúna parte rugosa.
─ ¿Que haces, lindo? ─ preguntó entregandole el vaso de agua, el cuál lo recibió y tomó rápidamente. ─ No tan rápido... ─ exclamó con una sonrisa.
─ Estoy incómodo... No me gusta que la manta este rugosa ¡Se siente horrible! ─ Neteyam se veía como un gatito amasando la manta, acción que hizo que el pesecito se reía y lo ayudara.
Acomodaron unos minutos la almohada, para que al acostarse; el gatito se recostada encima de él sin tocar la sábana. Su gatito se estaba poniendo caprichoso a la hora de acostarse, eso lo hacía sonreir.
El Omatikaya dibujaba en el pecho del Metkayina que tenía debajo, jugando con sus deditos o tarareando canciónes.
Hoy era un lindo día tranquilo para la pareja, nadie interrumpiendo, sin preocupaciones, perfecto.
El interior de su pareja se sentía cálido cuando estaba tan tranquilo con su esposo al lado.
─ Te amo. ─ recitó dandole un besito a su foquita, quien lo miró alzando una ceja para después sonreir divertido.
─ Yo te amo más~ ─ dijo en tono coqueto admirando la hermosa carita de su amado Neteyam.
Los dos sonrieron y se abrazaron acompañado de unos besitos por aquí y allá.
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Ao'nung le daba besitos en la oreja a su gatito, haciéndolo reir a carcajadas al otro. Amaba las muestras de afecto ds su pareja, pero también amaba cuando se dejaba dar afecto.
Neteyam empezó a darle besitos por el hombro y cuello, haciendo al mayor ruborizarse todo. El menor sonrió por la carita que había puesto, dejándolo enamorado denuevo.
─ ¿Qué nombre le pondremos al bebé? ─ preguntó derrepente el de tez oscura, hace días que llevaba haciéndo preguntas de la nada.
─ Uhm... Neteyam 2. ─ respondió enseguida en broma, era muy pronto para elegir un nombre, aunque entendía las razones del Omatikaya.
─ ¡Es en serio! Tiene que ser otro nombre... ─ Neteyam se quedó atrapado en sus pensamientos por un rato, mientras dibujaba en el pecho de su esposo. ─ ¿Alguna flor? ─
─ No tengo ni la menor idea sobre flores. ─ canturreo llevando sus manos a la cintura del Omatikaya.
