Los cambios de humor de Neteyam se hacían mas frecuentes, también las ganas de orinar a cada rato se hacían presentes.
Era un buen día en la aldea de Awa'Atlu, Neteyam había cumplido dos meses de embarazo, lo que significaba que iría a hacerse estudios con Norm.
Las personas del mini laboratorio estaban asombradas con el embarazo del na'vi macho, resulta que nunca habían visto eso.
─ Tus caderas se empezaran a ensanchar para que no haya complicaciones a la hora del parto. ─ comentaba el humano Norm al Na'vi que estaba sentado en la camilla. ─ Alrededor de la semana 13, empezara a crecer tu vientre, notándose el embarazo. ─ seguía contando, haciendo señas con sus manos mientras contaba; los humanos tenían la adicción de mover las manos mientras hablaba, adicción que terminaron tomando los hijos de Jake. ─ También empezaras a sentir náuseas mucho más frecuentes, acidez y cambios de humor por estar en el segundo mes. ─
─ Ni que lo digas... ─ dijo sobandose el vientre, el bebé se estaba poniendo mucho más exigente con la comida que le gustaba y la que no. También los cambios de humor aparecieron, haciendo que tenga pequeñas peleas con su pareja.
─ Bien, me gustaría que para el cuarto mes, vengas a hacerte otra revisión ¿Okey? ─
Neteyam asintió, y Norm dijo que ya se podía ir. En todo el camino a casa fue cabizbajo, rogando por llegar rápido a su Marui.
Apenas llegó un silencio muy ruidoso invadió sus oídos, era algo que odiaba. Su pesecito se quedaba haciendo las innumerables tareas, solo para llegar y dormir; lo cuál ponía triste al Omatikaya.
El trabajo de Olo'Eyktan era difícil y lo sabe bien, pero quisiera tener la misma atención de su pareja como hace semanas atrás.
El silencio 'ruidoso' como le decía Neteyam, era el que más odiaba; era un silencio que se hacía notar, un silencio que parecía hacer ruido para que Neteyam se sintiera solo.
Además que le hacía recordar a los días que Ao'nung estubo en su profundo sueño.
Suspiró para luego irse a la cama. En un rato empezó a sentir náuseas, demasiadas que no podía controlar bien.
Sin querer, terminó vomitando la cama por no encontrar una cubeta. Viendo el desastre que había hecho, comenzó a llorar de la impotencia.
─ ¡Maldito bebé! ─ maldijo, no estaba pensando lo que decía, el bebé no tenía la culpa; pero nesecitaba desahogarse. ─ Oh... Perdón cachorro... ─ cambio rápidamente de emoción al darse cuenta de lo que dijo, acariciando su vientre.
Volvió a mirar la cama, estando todo ahí... Estaba muy cansado como para limpiarlo, pero seguía sintiendo demasiadas náuseas; volviendo a vomitar.
─ ¡Puahg! ¡No aguanto... Más! ─ dijo para darle un golpe a la cama, intentando sacar su odio. Estaba arto de los vomitos constantes, de la poca atención de Ao'nung, sentir asco por la deliciosa comida de su esposo, y los constantes cambios de humor, aunque sabía que apenas iba en su segundo mes. ─ ¡Te odio vomito! ¡Te odio cansancio! ¡Te odio bebé! ¡Te odio Ao'nung! ─ se expresó, tratando de no soltar más lágrimas de las que ya habían empezado a salir.
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