Capitulo 14

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SAMUEL GALLARDO

Me pregunto cuando podré conocer a los propietarios de Z & A. Reviso una vez más el contrato que le propondré. Si yo fuera el dueño acepto feliz pero tendré que esperar, al parecer el dueño se fue a recorrer el mundo o eso es lo que su personal nos dijeron.

Estoy viendo un plan de negocio que hizo Valeria para la editorial cuando escucho que Abril entra a mi estudio.

—Abril ¿Que pasa?—Digo sin levantar la mirada de mi Mac

—¿Samuel?—Dice la voz de una mujer con tono apenas audible.

Levanto mi mirada y me quedo asombrado al ver de quién provenía la voz. Es una maraña de pelo castaño.

— ¿Quien eres tú?—¿Acaso es?

— ¿No me recuerdas? Soy Andrea de Junco—oh por dios, pensé que nunca más la volvería a ver, pensé que nunca volvería ver esos impresionantes ojos azules. ¡es ella! ¡Está aquí!

—¿Andrea?—Digo incrédulo.

Es increíble, después de seis años está aquí nuevamente. Ella está diferente, ya no tiene cuerpo de niña.

—Si, soy yo—dice

La observo de pies a cabeza, ella está diferente. Tiene la mirada triste. Va vestida de una manera espantosa: Jeans gastado incluso son viejos, blusa color azul pero
arrugada, chaqueta de mezclilla y converse. Seguro es ropa barata que Walmart o Costco que ponen en liquidación.

Realmente está distinta. Su piel sigue siendo pálida y está muy delgada¿Que le habrá pasado? Su aspecto es desastroso.

—Señor Gallardo no la pudimos detener—se disculpa Abril avergonzada.

—Está bien Abril, retirese—la ordeno —¿Que hacemos con ella?—Señala a Andrea.

—No se preocupe por ella que yo me encargo—digo mirando a Andrea.

—Está bien señor Gallardo—Abril se da la vuelta y camina hacia la puerta.

Andrea me observa nerviosa y yo tengo que reprimir el impulso para no acercarme y darle un beso en la mejilla.

—¿Quieres algo beber?—Le pregunto tratando de sonar amable.

Realmente ha sido una sorpresa verla precisamente a ella y aquí en mi despacho ¿Que querrá?

Tal vez sólo ha pasado a saludar... Si, eso debe ser.

—Un vaso de agua—añade finalmente con tono apenas audible.

Tomo el teléfono —Abril traigame un vaso con agua.

—Si señor—responde con eficiencia mi asistente personal.

—Ya te traerán el agua—murmuro. Andrea responde con un asentamiento de cabeza.

—Hace muchos años que no he sabido nada de ti—digo nervioso.

No puedo negar que me alegra verla, pero ¿Los nervios? ¿Por qué me he puesto nervioso de repente?

—¿Y que te trae por aqui?—Añado ansioso.

Creo que mi pregunta ha sonado un tanto mal educado, pero me intriga saber; por qué está aquí.

—¿Me puedo sentar?—Fija su mirada en el sofá

—Si ¿No vas a saludarme?—Está nerviosa, prácticamente está temblando

—Hola—añade timidamente y se acerca darme un beso en la mejilla.

UN PEDACITO DE TI (ADAPTACIÓN)Where stories live. Discover now