CAPITULO 6

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La vida de Tadeo fue siempre sencilla, su mayor complicación era la relación que tenía con su padre y la manera en la que este podía hacer de una gotera una tormenta, fuera de ello intentaba fluir con todo lo de su alrededor. Al menos así fue antes de casarse con Elena.

Un par de meses atrás recibió la petición de un viejo amigo, un entrenador de Texas que solía mover a sus jinetes entre distintos ranchos entrenadores, ahora mismo tenia al líder de los individuales y necesitaba mantenerlo en forma. Debió leer atentamente la petición, debió leer el nombre, porque ahora mismo mientras salía de su despacho a recibirles lo que veía le movía el suelo.

-¡Del Rio! ¡Amigo!-

-¡Rían Johnson, mira nada más!- ambos se abrazaron emocionados apretando sus palmas y tomándose animosamente de los hombros

-¿Pero que tenemos aquí?- miro a la pelirroja a su espalda- ¿Por eso escondes a tu esposa? Es una belleza- y Mientras Fabiola se desarmaba con los halagos su mirada se clavó en el joven que entraba detrás de el-Mira, mira, él es mi muchacho Clayton Woods, 28 años, de Tulsa, una joya- dio un par de pasos atrás sacudiendo la cabeza de ese enorme pelirrojo que se paraba con ambas manos en los bolsillos con una sonrisa en los labios

-¿De Tulsa?, impresionante- estiro la mano- yo soy Tadeo del Rio, el dueño de la Hacienda-

-Mucho gusto señor, y señora del Rio-

-No- detuvo su saludo en seco- ella no es la señora del Rio, ella solo trabaja aquí, mi mujer ahora mismo no está en casa- y la vergüenza en el cuerpo de Fabiola le mataba-

Clayton miro a ese hombre, la manera en que se dirigía a él era con un notable desdén, algunas veces los jinetes retirados dudan de los nuevos, pero esto era diferente, el plan de preguntar sobre el rancho de la familia de Elena se vino abajo, no parecía ser muy familiar, y claramente era un hombre de segunda. Porque ¿Quién presentaba a su amante en un primer encuentro? Exacto, solo los hombres sin moral.

Tadeo esperaba todo, todo menos eso, el joven no parecía conocerle de nada, ni tener algún tipo de referencia de su existencia, eso le hacía mucho más ruido, que no supiera quien es, que pareciera tan cercano a Elena y apenas pusiera atención en él.

-Hey Rayn, ¿Cómo van?-

-Del Rio, bien, bien, esta semana ha sido grandiosa, justo lo que mis muchachos requerían, debí venir con el resto de novatos en enero, no existe nada más que motive a alguien en asenso que los admiradores- rieron ambos mirando a los jóvenes entrenar cerca del picadero.

-¿Dónde está tu muchacho?- movió la mirada rápidamente tratando de indagar un poco

-Clayton fue a Houston, su ex novia se graduó de la universidad, una linda chica, se alejaron hace tiempo, pero este chico está enfermo de ella, supongo que está esperando ganar el millón o algo así para declararse- se carcajeo sin quitar la mirada del campo

-Ya veo, espero que todo siga en orden amigo, nos vemos más tarde- e intentando que su respiración se acompasara regreso a su oficina.

-¿Bueno?-

-¿Elena?-

-No, soy Miguel, Elena está en la fila para recoger su reconocimiento, ¿Estás aquí?- Tadeo sentía como todo su cuerpo comenzaba a temblar

-No, yo, yo no poder llegar...- y el silencio se hizo largo- quería, quería... es el fin de la zafra, no puedo ir-

-Bien- contesto el joven del otro lado- se lo diré entonces- y sintiendo toda la mordacidad en esa despedida escucho el vacío del otro lado de la línea.

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