CAPITULO 29

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Las puertas de Tadeo se cerraban una a una, Eliseo le informo que era hora de deshacer la inversión y poco a poco dejo de asistir a las reuniones que Fabiola y sus conocidos hacían en la hacienda.

El Manantial fue comprado por el Rancho Manuey, pasando directamente a la propiedad de aquella familia dejándole atado de pies y manos. La resolución del padre de Tadeo se dio en menos de un año, obviamente resulto culpable y con aquel pesar en su corazón lo vieron caer preso. Quizá Tadeo hizo aquello por mera venganza hacia Elena, por dejarla sin la única cosa que podía ocupar en su contra, pero para sorpresa de todos fue un movimiento que les dio paz.

Ese mismo año Fabiola quedo embarazada.

-Pensé que estarías más feliz- Dijo Fabiola aun impactada por la noticia

-Tenemos mas de cuarenta años, no sé bien como salgan las cosas-

-Pensé que nunca lo lograríamos, yo sé cuánto has visitado mi cama, pero no soy idiota, sé que no deseabas un hijo, al menos no uno mío- Tadeo guardo silencio mirando aquella ecografía- pero ya está aquí, en camino, no podemos hacer más que darle una buena vida-

-La tendrá, tú la has tenido-

-Lo sé, no me puedo quejar- se sentó frente a él acariciando su cabello- Cuando nazca quiero que elimines todo lo que tenga que ver con Elena de aquí- señalo la fotografía que aún conservaba en su escritorio- al principio creí que esto era lo que quiera... pero la buena vida es vacía sin amor- se le quebró un poco la voz

-Este fue el camino que elegimos-

-Siempre envidie a Elena, ella llego a ti y de un día para otro te tenía en sus manos. No se me hacía justo que alguien tuviera toda esa suerte. Y después solo pude envidiarle más y más, ella tuvo una boda hermosa, con alguien que lloro en el altar por ella, después un hijo, ver aquellos videos en redes de Manuey cargándolo mientras es entrevistado o de Elena llevándolo en el regazo cuando acompaña a Rubí a los rodeos infantiles, eso me mata...-

-Al menos padecemos el mismo dolor-

-¿En verdad nunca me podrás mirar como a ella?- una lagrima rodo por su mejilla- aunque sea un poco, no pido más...- Tadeo guardo silencio, no tenía una respuesta para ello y no quería mentirle

Fabiola trago sus lágrimas mirando las consecuencias de sus propios actos, ese hombre jamás fue para ella, pero se aferró a él como si el tiempo pudiera cambiar el rumbo de aquella historia con final previamente anunciado. Ahora no eran más que compañeros vacíos, cada vez que Tadeo recorría su cuerpo, sabía que no era su piel la que buscaba, Elena estaba hasta en sus sueños, contra ello no podía hacer nada.

Incluso ahora, con aquel bebé, claro que se sentía feliz, era inevitable no agradecer aquella vida, pero en su cabeza solo estaba ella, ese niño tendría la mirada fría de Tadeo y la piel blanca de Fabiola, sería un hijo que no imagino, porque sería un hijo de alguien a quien jamás amo.

Un par de meses después, con todo aquel mar más sereno Elena estaba de vuelta en los rodeos, su cumpleaños 32 había pasado y Rubí había vuelto a Londres con su madre, estaba lista para centrarse, para llegar a la sima de nuevo. JB se corono un año atrás como el mejor de su generación, y ahora se dedicaba a mantener el legado en pie.

El año comenzaba y ellos estaban listos. Al igual que los últimos golpes que daría Tadeo.

Fue en la reunión de los miembros del PBR, todos estaban en el recinto de las Vegas mirando como los nuevo eran presentados y los veteranos admirados. Tadeo claramente no tenía nada que hacer ahí, pero tenía todo el acceso del mundo gracias al contrato que su hermana le consiguió para la cría de campeones.

La HerraduraOnde histórias criam vida. Descubra agora