Capítulo II: Cuestiones Del Corazón

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La sociedad se basaba en una cosa principalmente, el dinero. Podrás ser la persona más agraciada, amable, servicial y filial, pero si no tienes el suficiente dinero para presumir no eres nadie. Si tienes dinero, tienes estatus y si tienes estatus puedes tapar todos tus problemas con unas cuantas piedras de plata u oro, harás que cualquier boca sea silenciada.

Las relaciones entre dos hombres... Son las peores vistas, tanto en la alta sociedad, aquellos hombres que se acuestan con con aquellos afeminados que venden su cuerpo por unas monedas de cobre son tratados peores que una prostituta corriente, ¿Hombres vendiendo su cuerpo a otros de su género? ¿Dónde está su cara? ¿Realmente deberían considerarse como hombres? Eran siempre las mismas habladurías entre las personas. Mucha gente habla mal de este tipo de relaciones.

"¿Relaciones entre hombres? Solo aquellos de alta alcurnia son capaces de esas cosas, tenían el suficiente dinero como para callar las bocas de las personas" era lo que muchos decían pero esto era una realidad un poco alejada.

Y ese era el dilema de Lan Xichen cuando aún mantenía una relación con Jiang Cheng, ambos casi eran descubiertos en sus... "Sesiones de control" –como lo llamaba el Jiang–, en repetidas ocasiones. Al Lan realmente no le importaba su reputación, era algo tan trivial, pero para Jiang Cheng no era así, sus padres siempre esperaban una reputación impecable para su hijo, por lo que se encargaron de pulirlo a la perfección, siendo demasiado estrictos con su hijo.

Si las personas se llegaban a enterrar que él y el Jiang se habían enredado... Realmente Lan Xichen no quería pensar en aquello, además el Jiang ya estaba por servir al emperador.

Lan Xichen camino por los pasillos de su residencia, ya era la hora del desayuno, su hermano, sus padres y su tío ya se encontraban allá, solo faltaba él. Cómo era costumbre en la familia, las comidas eran en silencio, Madame Lan soltaba algunos comentarios sobre los alimentos o sobre su día, tanto su esposo cómo Lan Wang Ji escuchaban las palabras de la señora de la casa. Lan Xichen revolvía su sopa gris sin ningún tipo de apetito, ya llevaba días así desde que él y Jiang Cheng rompieron su... Su relación. 

— ¿Escuchaste? —unos susurros se oyeron a las afueras del salón, el sepultarán silencio  que los presentes escucharán.

— ¿Sobre el rumor?

— ¿Cual rumor? —preguntó una tercera voz.

— Al parecer el joven maestro de los Ning ha estado en el distrito rojo —se escucharon unos murmullos sorprendidos.

— ¿Solo eso? No es el primer joven rico pasando por esos lares.

— No, no es solo eso. Sabes que esos lugares están divididos entre las mujeres y los hombres que venden su cuerpo, el joven Ning está en el otro área, dicen que lo vieron rodeado de muchos hombres.

Lan Qiren se iba a levantar para reprender a aquellas personas que se encontraban chismeando pero la señora de la casa lo detuvo. Lan Xichen solamente se concentra en comer sus alimentos mientras escucha lo que dicen.

— Que asco ¿Cómo puedes estar con alguien de tu mismo género? Es una aberración

— Pobre de los señores Ning, tener un hijo así...

Lan Xichen apretó sus puños, sin poder evitarlo se levantó de su asiento su madre trató de detenerlo pero él se esquivó su agarre dirigiendo su vista a aquellas personas que estaban en los pasillos de la residencia. Trato de dar una sonrisa amable y "sincera" pero desde que le dan sus ataques de irá ya las ha dejado por lo que probablemente haya parecido una mueca. 

— Deberían estar haciendo sus deberes, es de mala educación estar hablando de otras personas —aquellos tres sirvientes se vieron asustados y salieron corriendo. El Lan se gira en su propio eje y hace una reverencia hacia su familia— si me disculpan me retiró, aún tengo cosas que estudiar antes de volver a servir al emperador.

La Calma De Mi Ira Where stories live. Discover now