ᵖʳᵉᵐⁱᵉʳ

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Ese pelo y esa voz, esos ojos y ese futuro exitoso, bueno en realmente todo.

Tenía envidia, en verdad, no había una cosa en la que no fuera bueno, todos lo elogiaban, mientras yo lo miraba, esos ojos tan lindos que tienes, entre cerrados pero con un brillo resplandeciente, tu voz, esa voz que me tensa, me pone peor que la profe de informática cuando habla con esa voz irritante, solo que la de el es totalmente contrario.

Ese chico nacido en Francia, su acento sexi que pienso todas las noches, haces que mi café sea mejor al pensarte, el color que se crea en el café cuando le pongo cremora es igual a el color de tus ojos, tan brillantes aunque no muestren interés en nada.

Hace poco me acabo de enterar que no eres bueno en matemáticas, justo había llegado tarde, diez cuarenta y nueve, tu ya habías llegado. =no podré hacerte mi mensaje en tu escritorio.

Me fui desganado a mí banco, dejando mi mochila a mi lado y sacando mi cuaderno y un lápiz que estaba pidiendo a gritos que ya lo cambiara, literalmente del tamaño del miembro de mi mejor amigo Deanie, carcajee solo haciendo que media clase se volteara a verme como si estuviera loco y con esquizofrenia.

=Metiches. Fue entonces cuando me dí cuenta de que mi lindo endulzante estaba siendo reprimido por el profesor Colweith, el con su cabeza baja solo aceptando todo lo que le decía el profe, me dió una rara sensación de querer sacarlo de ahí, sus orejas estaban peor que un tómate. =Piensa algo Holey, pero rápido, ¡Se me ocurrió una idea que nos beneficiaría a ambos! Saque mi libreta de mi mochila, y entre tropiezos llegué a su escritorio ganandome una mirada extrañada de ambos y sonreí nervioso entregando mi trabajo en la cara del profesor orgulloso de mi mismo.

-Profe Col, revise mi trabajo, también mis notas, literalmente puede dejarme excento por lo bien que estoy, teniendo el mejor promedio de la clase, al contrario de él.

Ladeando mi cabeza a su dirección sin verle, el profesor volteó a verlo y después espero a que dijera otra cosa más.

-Yo podría darle unas clases particulares.

Lo dudo por un instante, ese bombón de mi lado me miró raro, lo ignoré haciendo notar mi indiferencia mirando mi cuaderno.

-De acuerdo, Edwin, debes mejorar mi materia, o si quieres puedes volver a pasar el semestre.

Yo solo esperaba a que dijera que si, estaba tan emocionado que ni siquiera me di cuenta cuando el y yo nos veíamos sin despegar miradas, esos ojos serios, quería que hablara, lo ansiaba con mi alma, y en eso me sentí raro al ver qué no apartaba su mirada de mi y me volteé agarrando mi cuaderno, justo cuando me iba a ir escuche un desganado.

-Me parece bien.

Oh eso era lo que necesitaba para poder morir en paz, ese momento fue mágico y muy alegre para mí, solo me giré de nueva cuenta hacía él y le dije con una sonrisa leve.

-Bien, después de esta clase hablamos sobre eso.

Era muy feliz, mi amigo me miró serio por qué sabía que me había ilusionado incluso si el y yo no hablábamos y estaba perdidamente enamorado de ese Francés tan hermoso.

Toda esa clase me la pasé viendo su cabello, haciendo garabatos en mi cuaderno al ya haber acabado el ejercicio, viendo que el endulzante estaba desesperado sin entender un carajo, ya que en repetidas ocasiones se hacía el pelo atrás.

No sabía si ayudarlo o quedarme sentado y ignorarlo, pero vi como una chica que estaba alado de el que se sentaba a la derecha de el Endulzante, se ponía roja y su amiga le decía

-¡Vamos Romin tu puedes necesita ayuda, es tu oportunidad!

Mis sentidos se activaron cuando la chica lo veía de reojo dejándose empujar por su amiga con su libreta con el ejercicio ya hecho, dispuesta se fue acercando a el escritorio de el Endulzante, yo fulminantemente busque una manera de que se fuera lejos de mi lindo endulzante.

➹𝑀𝐸 𝐺𝑈𝑆𝑇𝐴𝑆 𝐶𝐻𝐼𝐶𝑂 "𝐷𝐼𝑆"➷Where stories live. Discover now