PRÓLOGO Amo como la cafeína recorre mi cuerpo y mi sistema, pero creo que empiezo a amar algo más y es similar la sensación, ese chico que se sienta justo delante de mi todas las clases, ese pelo ondulado y claro, ese asentó francés realmente sexi que me ponía como una carpa de circo cuando pasaba a dar su opinión a la clase de biología. Mis miradas no eran para nada disimuladas, -¿Acaso te lo quieres comer?. me dijo mi amigo, oh pero claro que sí, quién no quisiera tener esos carnosos labios cerca de los suyos, haríamos perfecta combinación, el bueno en biología y yo bueno en matemáticas, ¿qué es mejor que literalmente las clases que al contrario nos va pésimo?. Me gustas, me encantas, me atraes, eso ponía siempre en su escritorio antes de que llegara, pero lo que me pone apesadumbrado es que siempre las lee, pero nunca me responde. ¡CARAJO, DEJA DE IGNORAR MIS MENSAJES! lograré conquistarte, de la forma de la que mejor me sale hacerlo, hacerme el buena persona y enseñarle la materia en la que el mes pasado el profesor le puso un 5,6. Aunque te escuché decirle a un compañero que era un desvergonzado, te voy a enamorar, tarde o temprano.