¿Redención o arrepentimiento?

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Jazmín regresó cabizbaja a su lugar de trabajo, se sentía fuera de su cuerpo al haber recibido el beso en la mejilla. Tocó con su mano, aún sentía como hormigueaba el lugar donde plasmó su cálida y sensual boca, se reprochaba por no haberle dicho que el empalagoso de Genaro no era más que su amigo. Tenía sus brazos apoyados en el mostrador con su cabeza entre ellos y los golpeaba contra la mesa, para ver si eso borraba su estupidez.

—¿Te encuentras bien?

No tenía que verlo para saber que era él, conocía su voz, la había escuchado tantas veces. Sonaba igual que en sus sueños.

—La verdad es que si quiero salir contigo.

—¿Y tú novio, Genaro?

—Él es solo mi amigo, solo nos besamos una vez hace dos años y desde entonces se siente con derechos. Pero no es así, de verdad creme, ni siquiera me gusta.

—Pues yo creo que no le quedó claro el asunto a Genaro. Ya que siente que tiene derechos sobre ti.

—Ok, mensaje recibido.

—¿De qué hablas?

—Que soy lenta, pero me doy cuenta perfectamente de que ya no está abierta la oferta de salir contigo.

—Entrégame tu celular.

—¿Disculpa?

—¿Me lo vas a dar o no?

Ella extendió su mano entregando su celular con recelo.

—¿Para qué lo quieres?

—Ya verás, pero necesito que lo desbloquees por favor.

Ella lo desbloqueo y vio como guardaba su número de teléfono poniéndolo en los contactos favoritos como "Chema, mi futuro amor" seguido de una figura de una media luna, después de marcarse con su celular. Tomo su teléfono para guardar su contacto como "Jazz, mi amor" seguido de una figura de un sol. En cuanto vio que escribió eso sintió como si su corazón se expandiera.

—Bien, ahora si puedo estar en contacto contigo. Lo siento si fui muy mandón, pero no quería irme de aquí sin tu número.

—Pero sí, se supone que vamos a salir.

—Lo sé, pero qué tal si llega otro de tus pretendientes celosos y terminamos separándonos antes de fijar la cita.

—Tienes razón, soy una rompecorazones. —Se carcajeo Jazz.

—Entonces, Jazz ¿a qué hora sales de trabajar?

—A las cuatro, pero tengo que cuidar a mi sobrino y trabajar en la tienda de antigüedades de mi hermana.

—¡Guau! eres una chica muy trabajadora entonces. Dime que día descansas y ese día nos vemos.

—El miércoles es día de muertos, no se labora en el colegio por lo que tengo libre la mañana.

—Perfecto, entonces el miércoles saldré con la mujer más hermosa de Guanajuato.

Ella sonrió por el alago ya que estaba acostumbrada a que el fuera así con ella. Se acercó a él para despedirlo, abrió la puerta y antes de que él saliera le dio un beso pegado a la comisura de sus labios del lado derecho. Ambos sintieron como viajo a través de ellos una electricidad que los hizo brincar. Genaro pudo observar la escena con lujo de detalles y apretó los puños de sus manos a sus costados, en cuanto vio perderse a Chema en el estacionamiento, fue con Jazz a poner las cosas en claro.

—¿Qué fue eso Jazz?

—¿Qué fue qué?

—Vi cómo te despediste del tal Chema.

—Ajá.

—Si. ¿Qué fue eso?

—Genaro, te puedo preguntar. ¿Qué soy yo para ti?

—Eres mi amiga, mi compañera de trabajo.

—¡Exacto! Que tengas bonito día. —Se dio la media vuelta y se puso a contestar el teléfono que sonaba insistentemente.

Genaro se quedó completamente sorprendido por la respuesta de Jazz, ella nunca era tan tajante o agresiva, pero no quito el dedo del renglón y espero a que terminará de hablar para continuar con el ataque.

—Sabes muy bien que están prohibidas las relaciones en el colegio, por favor, solo recuerda lo que paso con Armando y Norma.

—Tengo una duda, cuando me besaste hace dos años tú crees que habríamos funcionado como pareja. Digo si yo no me hubiera negado, me refiero a que si somos compatibles.

Al escuchar esto a Genaro se le iluminaron los ojos con esperanza.

—Si creo que seremos una excelente pareja, y claro que somos compatibles. Si me das la oportunidad podríamos lograrlo.

—Pero ¿y los estatutos del colegio?

—Cuando hay amor de por medio no hay nada que lo pueda vencer.

—Genaro, yo te quiero mucho, pero como amigo y si tú de verdad me quieres un poquito como dices hacerlo, dejarás de cuestionar lo que hago. La verdad me parece muy triste que manejes una doble moral, ya que para tu amor no hay normas que valgan, pero para mí si aplican.

—Yo no te voy a delatar, pero espero que entiendas que solo quiere una cosa de ti, en cuanto le des lo que busca se marchará sin mayor problema, de mi te acuerdas. Así es la gente de dinero y fácilmente lo va hacer, ya viste no vive ni aquí, y pregunté por su familia y su papá está casado con una más joven que él, por eso el hermanito de cinco años. Entiende que eso es lo que les enseñan desde niños a los tipos ricos.

—Pero si ni siquiera lo conoces y te pones hacer juicios de valor. Te agradezco tu preocupación, pero tengo veintidós años y estoy muy grandecita para poder cuidar de mí.

—Se que eres grandecita, pero no tienes experiencia con los hombres.

—Y nunca la voy a tener si sigo escondiéndome en mi caparazón.

—Nadia y sus platicas motivacionales, ¿verdad? por favor no dejes de ser tú.

—Te diré esto de una sola vez, Chema me gusta, y si yo quiero saldré con él. Si me quieres correr por eso, dime donde te firmo, porque ya me cansé que todos me digan que es lo que tengo que hacer.

Genaro dio media vuelta y salió de recepción.

En tus sueños o los míosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora