¿Límites o posesividad?

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Llegaron en una hora ya que no había tráfico, Jazz se cambió rápido en su casa con el uniforme del trabajo, dejó una nota a su hermana que su celular estaba fallando, pero que ya había regresado y se marchó con Chema que la estaba esperando en la camioneta para llevarla al trabajo, a pesar de que solo quedaba a quince cuadras de donde vivía. Como llegaron media hora antes de que entrara, los vigilantes los dejaron pasar al estacionamiento del área de administración, Chema se paró frente a la entrada, donde se podía ver la oficina de Jazz.

—¿Estás seguro que no se te hace tarde?

—No, ya compré mi boletó de avión.

—¿Y qué vas hacer con tu camioneta?

—La voy a dejar en casa de mi papá, de hecho, yo creo que la voy a dejar permanentemente ahí, me es más rápido viajar en el avión.

—Pero, ¿cómo te vas a mover allá?

—Tengo otra camioneta y un carro, pero mi amigo Conrad me va a recoger en el aeropuerto.

—¿Cómo se llama? —Preguntó Jazz extrañada porque no entendió bien.

—Conrado, pero no le gusta el nombre completo y desde la facultad empezó a decir que era Conrad, según él una letra fuera de su nombre lo hace más sofisticado para las mujeres. —Chema rio profusamente de las ocurrencias de su amigo, desde la universidad se convirtió en todo un casanova.

Los dos continuaron platicando por largo rato hasta que se dieron las siete y quince, que era por lo general la hora en la que Jazz llegaba a recepción, pero en esta ocasión decidió permanecer con Chema y seguir charlando. Cuando finalmente el reloj marco las siete treinta, Jazz volteó con él y le dio un beso candente, para no prolongar la sensación de vacío que empezaba al sentir por dejarlo, salió de la camioneta y se dirigió a la entrada subiendo los escalones, ya iba derramando lágrimas, cuando escuchó como la llamaba José María. Corrió desde la camioneta hasta las escaleras y le dio un largo beso apasionado, que terminó cuando empezaron a escuchar varios carraspeos al lado, al voltear se encontraron con Genaro, Nadia y Regina la cual ese día se incorporaba después de su permiso de maternidad. Los veían con la expresión sorprendida, Jazz sentía que había sido encontrada en alguna travesura por sus padres.

—¡Hola muchachos, que gusto verlos! Les presento a mi novio José María. —Empezó a saludar a sus amigos con un beso en la mejilla.

José María le estrechó la mano a Genaro y a las muchachas también les dio beso en el cachete, y a todos les repetía su apodo.

—Soy Chema, mucho gusto.

Todos se quedaron asombrados ya que Jazz nunca les había presentado un novio. Regina tomó del brazo a Nadia y Genaro para hacerlos continuar con el camino y habló por todos.

—¡Nos dio gusto conocerte, esperamos verte, si nos disculpas tenemos que checar nuestro ingreso, bonito día!

Chema sintió cierta satisfacción al hecho de que Genaro se enterara que Jazz era su novia, no entendía por qué, él nunca había sido inseguro en sus relaciones, pero nada era normal con Jazmín.

—Amor, creo que es mejor que entres, no quiero que llegues tarde por mi culpa, solo quería recordarte que tenemos una cita la semana que viene con tu sobrino y Tony mí hermano, es que fue su cumpleaños y prometí llevarlo a la selva.

—Mmm, ok, yo quería estar sola contigo, pero me agradará conocer a tú hermanito. —Le dio un beso rápido y corrió a la entrada del colegio para registrar su entrada en el checador de huella.

Jazz se encontraba en la cafetería del colegio con sus tres amigos, todos la bombardeaban con preguntas de Chema. Ella se sentía un poco incomoda por ser el centro de atención, ya que por lo general ese papel lo desenvolvía Nadia o Luca.

—¿Dónde lo conociste?

—Aquí en el colegio.

—¿Cuántos años tiene?

—Veintisiete.

—¿Desde cuándo es tu novio?

—Desde hace una semana.

—Amiga tienes que tener mucho cuidado, porque sé ve que te trae ganas. —Comenzó a reír Luca por la payasada que acababa de decir.

—Pero ¿si ven que las ganas son reciprocas? —Comento Nadia dando un codazo a Jazz que se encontraba rodeada de todos.

—Pues a mí me encantan la pareja que hacen los dos, se ven muy enamorados. —Comento Regina en su burbuja de ensueño.

—Hasta yo me enamoraba como ella con un papasito como él. —Comentó Nadia sonriendo.

—Lo siento, pero ese papasito es mío. —Comento Jazz con aire posesivo y sacándole la lengua a su amiga.

—Lástima que llegué tarde y me perdí del papasito para darle el visto bueno, pero si vi cuando salía y su camioneta es una Tundra, ya con eso yo me lo hago novio. El que este guapo ya es ganancia.

—¿Pues no que te propuso matrimonio Pedro? —Preguntó Jazz a la defensiva.

—Peter cariño, Peter, recuérdalo, que eres mi dama de honor. Ah y por cierto también está invitado tu novio, y te aseguro que con esa camioneta mi amorcito y yo podemos hacer espacio para Chema si decide dejarte y cambiar de preferencias. Peter no es celoso, al menos no como otros. Por cierto, ahí viene al que no lo calienta ni el sol, pobre Genaro has roto sus ilusiones en una mañana. —Dijo Luca sonriendo.

Genaro paso saludándolos con una inclinación de cabeza y se metió a la cafetería a desayunar en vez de acompañarlos. Terminaron de desayunar con más preguntas hacia Jazz, respecto a los detalles de dónde lo conoció y como se sentía con él, también hablaron del bebé de Regina aunque ya todos lo conocían porque la habían visitado en la maternidad cuando nació. Nadia platicó de su última fallida conquista de un chico que quería algo serio con ella, mientras que ella solo quería pasar el rato. Después del desayuno se incorporaron al trabajo y no se presentó nada extraordinario.

Cuando Jazz llegó a la tienda de antigüedades por la tarde encontró a su hermana en el mostrador con una laptop separándola de una mujer con la cual estaba hablando largo y tendido. Se dio cuenta de que era preciosa, delgada con cuerpo de modelo, pelo negro con unos ojos color ámbar, su rostro tenía facciones muy finas y femeninas y una sonrisa contagiosa.

—¡Hola!

—¡Hola, Jazz!, ¿cómo te fue?

—Bien ¿Y a ti?

—Muy bien, déjame que te presente a nuestra futura publirelacionista Alejandra.

—¡Hola, mucho gusto, por fin conozco a la chica de Chema! Y creo que se quedó corto al describirte. —Alejandra se acercó a Jazz le dio un beso en la mejilla al presentarse y un abrazo como si ya se conocieran de años.

—El gusto es mío, si me disculpan voy a comer para entrar a mi turno.

—Adelante hermanita, Rodri esta dormido. Tú comida está en la estufa, nosotras ya comimos.

Jazmín se retiró y mientras comía trató de llamarle a Chema, pero no funcionaba bien el display de su celular por lo que no pudo hacerlo.

En tus sueños o los míosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora