○Vecindario del ayer○

541 40 21
                                    


Después de tanto tiempo meditando la situación el tan esperado día había llegado, pues hoy finalmente Flug regresaría a dónde había vivido la mayor parte de su vida; su vieja casa.

Para muchos esto sería una muy mala idea, puesto que esa herida aún no había sanado en el corazón del joven inventor; sin embargo, la determinación tan grande que este sentía por dejar sus vivencias con Black Hat atrás le impulsaba para regresar a dicho lugar, y saber de una vez por todas que había pasado con sus antiguos amigos.

- Oye Slug...¿Al final si te encargaste de mandar mi carta de renuncia a la mansión?- Soltó aquella pregunta con un porte algo inseguro y una mirada que rogaba por una respuesta que pudiera traerla paz, aunque fuese por el momento.

Por su lado, el castaño quien conducía el auto prestado de su jefe le miró con algo de exaspero, al recordar ese tema que se le hacía tan tedioso pero que tenía gran importancia.

- Si, Flug. La mandé yo mismo la noche de ayer con White Hat. Él me había dicho que intentaría hablar con su hermano para que anulara tu contrato y te dejara salirte de su empresa.- Contestó regresando su vista al frente del camino, siguiendo la dirección de la antigua casa de su primo.

Para que mentir, realmente no quería volver a hablar con White Hat. No obstante a ello la situación lo requería, pues se suponía que el eldritch sería la llave que abriría el candado en los grilletes que su primo tenía por culpa del bastardo de Black Hat.

Fue entonces que finalmente cayó en cuenta de una cosa: si dicha situación seguía así de tensa...su relación con el Hat no duraría tanto como deseaba.

Aquel pensamiento fue un trago amargo y un golpe de realidad para el joven de descendencia alemana, quien inevitable no pudo decir más por un nudo en la garganta.

- Uh...está bien, esperemos que todo esto pase sin problemas...yo de verdad quiero abandonar mi lugar en esa mansión y olvidarlo a él...- Soltó un suspiro desanimado, abrazando al pequeño oso de peluche que estuvo en su regazo durante todo el viaje.

Así es. Iba a escapar de su vida como villano, pero aún así no abandonaría a su amado retoño 5.0.5.

No podía hacerlo, simplemente no. No dejaría al pequeño que le dio tanta alegría y consuelo durante esas noches de tristeza y frustración; lo amaba como a un hijo. Por ello no permitiría que Black Hat le pusiera un solo dedo encima.

Es por esa misma razón que le había pedido a White Hat que teletransportara al peludo oso para sacarlo de la mansión de sombrero oscuro y poder traerlo en dicho escape, encogiéndolo con uno de sus inventos para que fuera más fácil transportarlo.

Tal cual una mascota.

- ¡Baw, Baw!- El pequeño oso celeste intervino en la conversación poniendo sus patitas sobre las mejillas del joven, intentando animarlo lo más posible en esos momentos llenos de tristeza e incertidumbre.

El rubio solo respondió a aquellas tiernas caricias con una sonrisa desecha; por más destruido que estuviera, al menos tenía el consuelo de que aún había personas (y animales) que lo valoraban y cuidaban.

- Gracias Pachonsito. Papá necesita muchos cariños ahora.- Suspiró suavemente para luego abrazar al oso miniatura, hasta que finalmente llegaron a su tan esperado destino.

Finalmente allí estaban, el antiguo vecindario donde vivían los Flys.

No había cambiado nada desde que Flug se había ido...

- Y bien llegamos; ¿Qué vas a hacer ahora?- Soltó aquella pregunta mientras apagaba el auto y salía de este, dispuesto a seguir a Flug para ayudarlo en todo lo que pudiera.

°Destinado a estar juntos° (Paperhat) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora