Trocitos de madera.

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Pequeños trozos de madera eran necesarios para formar una fogata, sin embargo, ¿Qué pasaba si por más que intentases esta no prendía?Juntar y juntar pedacitos, reconstruirlos una y otra vez, pero esta sigue sin prender

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Pequeños trozos de madera eran necesarios para formar una fogata, sin embargo, ¿Qué pasaba si por más que intentases esta no prendía?
Juntar y juntar pedacitos, reconstruirlos una y otra vez, pero esta sigue sin prender.

No estoy hablando de madera.

Quackity no estaba bien, quería apagarse como una fogata, pero no podía. Él era la alegría hecha una persona, él tenía que estar para todos consolándolos, alegrándolos.

Pero nadie lo consolaba a él, él tenía que estar por su cuenta, cayendo y levantándose, llorando y limpiándose las lágrimas para volver a estar estable.

Oh quackity, si tan solo alguien te amara...

¿Por qué él no podía tener a una persona a su lado apoyándolo? Él siempre lo hacía con todos, pero nadie lo hacía con él.

"Quackity" dijo un joven castaño viendo como el azabache estaba pálido como la nieve, este solo veía el plato de comida frente a él.

"He capo, se te va a enfriar"dijo el híbrido de oso, quien hace poco con la ayuda de Quackity, Carre y Mariana había podido reconstruir su pollería, al ver que el otro no respondía paso su mano enfrente del menor quien con asombro despertó de su ligero trance.

"¿No se pusieron a pensar como fuimos creados?" Pregunto mientras que con su tenedor movía la comida jugando con ella.

"Creo que a alguien no le dieron la charla de la flor y la abejita" dijo Roier a lo cual recibió un ligero codazo por el mayor, Quackity rio negando para volver a hablar.

"Una vez un lindo cuervo me dijo que yo soy una reencarnación, que fui creado para que un alma entrase a mí" dijo sonriendo recordando al pequeño cuervo de Philza.

Ambos mayores lo vieron asombrados, Spreen iba a continuar con algo cuando sintieron unos ligeros movimientos en el suelo.

"¿Sienten eso?"

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"¡Señor Heberon, ellos no quieren calmarse!" Dijo un arcángel mientras que con algunos pergaminos intentaba sellar a las estatuas que intentaban romperse.

"¿Quieren salir?, pues que salgan". Dijo y con un ligero vaivén desapareció dejando solo al arcángel quien empezó a llorar haciendo lo posible para contener el pequeño pergamino.

"¡Por favor no!" Grito sintiendo como el pequeño pedazo de hoja empezaba a perder su energía, hasta que las estatuas se quedaron quietas como si nunca hubiera pasado nada.

"Gracias por la piedad, señores" dijo tranquilo y regulando su respiración mientras se soltaba de ahí, al momento de soltarlo pudo sentir un ligero piquete en su cuello, una aguja.

"La piedad solo se le asigna a los que verdaderamente la merecen" una dulce voz sonó a lo cual el arcángel intento voltear, sintiendo como su cuerpo se retorcía entre dolor como si le hubieran inyectado veneno.

Cerca del un bello azabache con rasgos de mujer veía con burla al más pequeño, este tenía una figura encantadora y sin nombrar su rostro, lastimosamente este veía con egocentrismo y superioridad mientras reposaba en los brazos de un Dios.

"Ow, es hora de levantarse mi amado" dijo con suavidad, posando sus manos en las mejillas del mayor, quien empezaba a romper aquella piedra que lo mantenía encerrado.

"Oh my Duckling"

"Oh my Duckling"

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•Dreams through the looking glass •   ConcluidaМесто, где живут истории. Откройте их для себя