07. Ex novio patrocinador y el regreso del chino amargado.

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El calor no jugaba carrito. Heeseung andaba sancochandose en ese salón y solo estaba haciendo el favor de llevar a su ahijado.

Su plan de ir a Macuto era solo buscar la torta del cumpleaños de su tía, la cual lo celebraría haciendo una fiesta en Catia la mar, pero ahí estaba, en pleno salón de primer grado esperando que los representantes salieran para él también poder pirarse de ahí.

"Verga María me debes la vida" Pensó en la madre del niño. Quién le manda a antojarse pa' ser padrino tan chiquito.

—Muy bien niños, ahora despidanse correctamente de su representante y siéntese en los puestos que les tocaron. —la profesora habló luego de un rato de jueguitos.

El chiquillo corrió hacia Andrés y le abrazó las piernas cosa que hizo reír al mayor. Lo separó y se agachó hasta su altura para darle un abrazo. 

—Suerte en tu primer día en primaria, campeón, le dices a tu mamá que te preste su teléfono para que luego me cuentes cómo te fue.

—Sí, tío, bendición. 

El niñito se despegó y salió corriendo a su puesto. Andrés se enderezó y salió del salón al mismo tiempo que los padres. Había llegado al lado de la secundaria y decidió pasar por la cantina para comprarse un refresco antes de seguir su camino a buscar la torta.

No conocía para nada este colegio, pero era grande y la cantina se veía caché, en el suyo de vaaaaaina funcionaban los pupitres.

—Tu si eres pichirre, yo siempre te brindo.

—Hablador.

Sonrió algo divertido al escuchar a dos liceistas discutiendo al lado suyo y se dispuso a pedirle su vaina a la cantinera.

—Epa ¿tú estudias aquí o cómo?

—Verga pana si eres salía.

Se volteó al darse cuenta de que la chama le estaba hablando era a él. 

—No vale, yo estoy en la universidad. 

—Ahh ¿pero estudiaste aquí? No recuerdo haberte visto en los recreos.

—No, estudié quinto y cuarto en Catia la mar.

—Verga en Catia la mierda.

—Ricardo, vale, respeta al chamo.

El castaño sonrió divertido al ver como la chamita le metía un coñazo al más alto. Heeseung andaba pensando que coño le dieron de comer a ese carajito porque era hasta más alto que él. 

—¿Y qué haces por estos lares? —le preguntó la chamita mientras agarraba las dos empanadas que había pedido.

—Vine a traer a mi ahijado porque su mamá estaba ocupada en el trabajo. —explicó agarrando su vaso de refresco.

—Fino, ¿cómo te llamas?

—Bueno Naomi ¿le vas a investigar la vida al chamo? —el pelinegro le quitó una de las empanadas y empezó a comérsela— Perdonala, ya nos vamos, adiós. 

Andrés si le iba a responder a la carajita pero el otro chamo la jaló del bolso y ella se fue con él, metiéndole coñazos mientras se alejaban porque había interrumpido su intento de conversación con el mayor.

El carajo pagó su refresco y se piró el ahí porque ya le estaba llegando la ladilla de los liceistas cuando sonó el timbre y él no tenía ganas de verlos sufrir porque le llegaban flashbacks malos de su Colegio.

Cuando iba subiendo por las escaleras se tropezó con una carajito camisa beige que bajaba corriendo.

Malvado loco. Pensó.

CURDOS Y MAREADOS ── ENHYPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora