08. Dead Promises

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—Sabes que no deberías estar haciendo esto.— la voz de Laenor era firme, estaba parado correctamente con las manos tras la espalda mientras veía a su segundo hijo caminar desde el pequeño risco de sepultura en mar de la familia, dónde acaba de desaparecer la bestia marina. Sus ojos por otra parte eran suaves y bañados de preocupación.

—Trato de entender el lazo que nos une...— respondió el castaño. —Es extraño, puedo sentir a Arrax lejos de aquí, lleno de angustia que arde en mi pecho... Pero también siento la calma de él, es tan contradictorio tener tres entidades en mi.

El moreno asintió, cortando la distancia entre ambos para posarse al lado de su hijo y hacerlo sostenerse de su brazo. Las manos de menor estaban frías y tenía las mejillas ligeramente sonrojadas por el viento fresco y sol de verano, Laenor sabe que llevaba al menos dos horas sentando al borde del risco charlando con la enorme cabeza que sobresalía de las olas, tenía gotas de agua salada humedeciendo algunos de sus mechones al igual que el borde de sus mangas totalmente mojadas por tocar la piel escamosa.

Sosteniéndolo así, adolorido pero tan lleno de determinación, no hizo más que recordarle a Rhaneyra. Era como ver una sombra de su aguerrida madre, Laenor adoraba a su prima, era una de las personas que más lo había entendido y apoyado, le dio tres hijos para amar y su libertad.

Lucerys sabía que tenía prohibido moverse demasiado o vagar sin vigilancia y aún así seguía escabulléndose a este lugar para charlar con la mítica criatura, era extraño pero bueno, sería hipócrita de su parte decir que él no habría hecho exactamente lo mismo si estuviera en su lugar. Además, aunque preocupado por su recuperación también estaba totalmente orgulloso de su cachorro, había destruido los estigmas que caían sobre él y sus hermanos, demostrado que era un Velaryon mejor que cualquier otro y un digno descendiente de Valyria.

—Ea difícil porque se acaban de unir y Arrax está lejos, debe estar tan ansioso por verte como tú a él, cuando estén juntos estoy seguro que será más fácil.— trató de tranquilizarlo.

—¿Y sin no es así?, ¿Y si ellos no aceptan que esté unido a alguien más?— los ojos verde estaban nublados de preocupación, apretando el pecho de Laenor.

—Debes confiar que los lazos que te unen a cada uno son fuertes, no son algo fácil de entender y eres un caso de uno en un millón pero oye...— dijo deteniendo sus paso y tomando suavemente el mentón de su muchacho para que lo viera a los ojos. Luke solo era unos diez centímetros más bajo que él, delgado pero con músculos firmes y discretos, ya era todo un adulto pero a sus ojos seguía viéndose tan pequeño y dulce como cuando aún podía cargarlo en sus brazos.

—... Eres muy especial, tus hermanos y tú son jóvenes excepcionales, lo mejor que me ha dado la vida y espero que entiendas algo: eres capaz de hacer todo lo que desees porque naciste para la grandeza, eres gentil, respetuoso, dedicado y con un corazón tan grande como el océano. Hijo mío, desearía que te vieras con los ojos que yo te veo, hermoso niño.— depositó un beso en la frente pálida de Luke, viendo sus ojitos llenarse de lágrimas no derramadas antes de que se abalanzara a abrazarlo.

—¡Ohp, Cuidado!— reprendió, sosteniéndole cuidadosamente entre sus brazos.

—Papá, gracias...— susurró Luke, él dejó otro beso mariposa sobre la coronilla de su hijo antes de alejase y reanudar su caminata al castillo.





Las siguientes semanas fueron más de lo mismo para Lucerys, escuchando en las reuniones de su abuelo donde informaban los movimientos enemigos y aliados, descansando y escapándose para hablar con Leviatán, su padre había partido hacía días junto a su abuela por lo que solo estaba en compañía de Baela la mayor parte del tiempo debido a las ocupaciones de su abuelo y su negativa a dejarlo ayudar.

Los verdes comenzaban a reunir una enorme flota Hightower y otra Lannister, también habían avistado campamentos de ejércitos en Harrenhall y otras áreas de importancia, Vaghar y el resto de dragones no se habían movido de Kings Landing pero según los informes de un espía en la corte planeaban enviar a Tessarion de regreso a Antigua. Jacaerys aún no regresaba pero Lucerys estaba seguro de las capacidades diplomáticas de su hermano, Jace siempre había tenido esa aura gallarda y educada que lo hacía congeniar fácilmente con los demás, era bueno hablando y desde niño fue instruido para gobernar, regresaría con aliados... no como él.

Sabía que pronto todo estallaría, la lucha era inminente y se sentía completamente inútil ahí metido sin poder hacer nada para ayudar, Baela actuaba como su niñera y todos seguían insistiendo en que debía descansar al menos tres semanas más para que sus costillas sanaran correctamente pero era difícil esperar cuando ni siquiera le permitían entrenar.

Los días seguían corriendo y cada vez más aliados enviaban cartas a Rhaneyra, los Tyrell y sus casas juradas, los Tully, Frey, Blackwood, Greyjoy y muchas más alzaban el estandarte de los negros. Casi cuatro semanas después de su incidente en Storm's End Jace regresó a Dragonstone, corrió junto a su madre hecho una furia, ojos rojos y un opresor olor a sufrimiento. Se había enterado de la supuesta muerte de su hermano estando en Winterfell por lo que después de asegurar al Norte para su bando emprendió camino de regreso a casa destrozado por la perdida de Lucerys.

Grata fue su sorpresa al enterarse que aún estaban vivo por lo que apenas oyó las palabras de su madre corrió de regreso a Vermax y voló directo a Driftmark para encontrarse con su pequeño hermano. Al encontrarlo ahí, vivo y sonriente no pudo hacer más que apretarlo en un abrazo demasiado largo, escondiendo una que otra lágrima entre los rizos caoba y sintiendo el suave aroma tan familiar para su nariz.

Jacaerys susurró incontables veces que lo perdonara, la culpa lo había estado matando desde que ese Maestre le anunció la horrible noticia en el Norte. Él había prometido hace algunos años proteger a Lucerys de cualquier peligro, se lo había jurado y no pudo cumplir su palabra, lo había puesto en peligro al sugerir que ambos fueran enviados como mensajeros. Y aunque Luke seguía repitiendo que no era su culpa él seguía sin escuchar, acariciando su cabello y bañándolo con su protector aroma.

Después de un largo rato de abrazos Jacaerys por fin lo liberó, pasaron toda la tarde charlando sobre lo que habían vivido las últimas semanas, al caer la noche entraron al castillo y cenaron junto a su abuelo y hermana, la familia seguía unida y más fuerte que nunca.

Ahora tenían el Reach, Riverlands, las Islas de Hierro, High Tide, el Norte y Vale, sin importar a cuántos traidores tuvieran que enfrentar no estaban dispuestos a darse por vencidos.







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Team Black:

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Stronger: Dragon of the seaWhere stories live. Discover now