XVII

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Rin se encargó de traer los insumos que hacían falta para Bachira, haciendo que Isagi regresara a casa para no ser molestado por nadie más. En el trayecto, ordenó a sus hombres seguir a Kuon y encarcelarlo, más tarde hablaría con él.

— ¿Qué le pasó? — Preguntó una vez estuvo a solas con el mayor.

— No lo sé. Llegó a casa hace tres días, llamó a la puerta y cuando abrí, se desplomó. —el sollozo de Isagi estrujó el corazón de Bachira.

— ¿Y el tipo de afuera?

— No lo he visto nunca, creo... su rostro no me suena, pero su voz si... es raro

Rin asintió, tratando de unir los hilos para resolver la situación de Bachira.

Rin carraspeó, bajando la guardia por completo, avanzó unos pocos pasos para rodear al mayor desde atrás.

— ¿Comemos algo? Muero de hambre.

Era mentira, de hecho no tenía mucho apetito después de los últimos sucesos en casa de su padre, pero Isagi sí que necesitaba comer.

— No tengo...

— Bonito... no voy a cenar sin ti. — Una sonrisa sincera acompañó esa frase, puso sus manos sobre las mejillas de Isagi, estrujandolas con suavidad.

Se le había salido hablarle con cariño y no pensaba atormentarse por eso, simplemente planeaba disfrutar el tiempo juntos.

— ¿Yo? Eh... le diré a mamá que...

Rin besó los fríos labios, callándole.
— iré yo. He pedido que nos trajeran comida.

Isagi no quería comer, había preferido esperar a Bachira para comer juntos, pero no se sentía con fuerzas para negarse a Rin, por eso aceptó la comida que, por cierto, sabía a gloria. Su estómago gruñó, comenzando a doler por la repentina aportación de alimentos, luego se acostumbró y dejó de doler. Rin no había tocado mucho su plato. Por la tarde, también le insistió para comer, pero esta vez el menor se sentó en el suelo de la habitación, palmeó el lado derecho en el suelo, llamando a Isagi para que se sentara con él y cuando lo hizo, lo atrajo hacia él, recostándolo sobre sus piernas.

— Si no quieres comer, te alimentaré como a un bebé. —lo reprendió Rin. — sin objeciones.

Isagi se dejó hacer porque estaba cansado, los ojos le pesaban y no sentía las piernas. Al terminar, Rin lo premió con un beso en los labios, comenzando a acariciarlo con suavidad, las manos frías de Rin le estaban poniendo los pelos de punta, estremeciéndose al instante. En un movimiento rápido, Isagi quedó debajo de Rin, sus respiraciones comenzaban a ser más pesadas, chocando entre sí al respirar. Estaban tan cerca, que podían fundirse y desaparecer.

— mhh... ¿Rin?

Rin no quiso contestar porque seguramente Isagi le pediría que parara, así que apresó la boca del contrario con fuerza.

— Durante estos tres días he estado asistiendo al templo y a la plaza principal con tal de verte pero no estabas, así que me preocupé... no sé por qué a decir verdad, pero investigue tu dirección y agradezco haber venido. — volvió a besarlo. — aliméntate correctamente, ¿bien? Vendré todos los días a comer contigo.

— P-pero...

— Vendré. Isagi.

El mayor asintió.

— Te esperaré. En cuanto a Bachira... — Isagi giró el rostro y abrió mucho los ojos. — ¡Bachira!

Se quitó a Rin de un empujón y se puso de pie, riendo y llorando porque su amigo estaba despertando.

Rin se golpeó la cabeza contra la pared porque sus pensamientos eran como: "Venga ya, Bachira, ¿tenías que despertar ahora?" Y "Quería follarme a una persona decaída en una habitación con alguien herido" joder, estaba perdiendo la cordura y todo era culpa de Isagi.
Se puso de pie después de un momento, en lo que la molesta ereccion comenzaba a bajar.

— Agua...

Isagi alcanzó la jarra con agua y llenó el vaso, ayudando a su amigo a tomar con calma.
— Despacio, Bachi... hay más agua de donde vino esta.

Bachira no hablaba, podría decir que le costaba distinguir a las personas a su al rededor, después de días inconsciente, es claro que la luz te va a molestar.

— Me voy, Isagi. Tendrás cosas que hablar con él. —Rin se alisó la ropa un poco y acomodó su cabello.

— ¿Vendrás mañana? —Isagi se giró de inmediato, quería decirle que no se fuera, pero también quería hablar largo y tendido con Bachira de ser posible.

— Te lo dije, ¿no? Nos vemos a medio día.

Se acercó para darle un beso en la frente como despedida y miró levemente a Bachira.

— Espero que se mejore.

El hijo del emperador y yo [Rinsagi +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora