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(NARRADOR)

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(NARRADOR)

Hugo caminó hasta la recepción de la oficina de Marisa, en donde estaba Alba trabajando en silencio. El chico suspiró nervioso. Alba le había dejado en claro hace apenas que no quería ningún tipo de relación con él y eso le dolía bastante.

- Aquí está el reporte de las bailarinas...Y sabes una cosa, voy a respetar tu decisión, porque cuando una mujer dice no, es no.

- Me parece perfecto. Así puedes vivir tu vida de rompe corazones.- Hugo suspiró profundamente.

- ¿No te das cuenta de que tu me cambiaste?.- admitió.- Qué después de sentir esto ya no puedo ser el mismo. Espero que cambies de opinión.- el chico se acercó más a Alba hasta el punto de casi besarla.- Confío en que algún momento entres en razón.- cabizbajo se alejó de ahí, dejando a la chica un tanto pensativa.

- cabizbajo se alejó de ahí, dejando a la chica un tanto pensativa

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En la casa de los Lombardo, nadie la estaba pasando bien. Con la noticia de que Lucía estaba embarazada, todo se alborotó en cuestión de segundos.

- ¡¿Cómo es posible que no te diste a respetar!?.- gritó Lucrecia entrando sin permiso alguno a la habitación de Lucía, la cual se levantó rápidamente de su cama.

- ¡No te atrevas a ponerle una mano encima!.- salió en su defensa Marisa, quién había estado siguiendo a Lucrecia.

- No te metas que no eres nadie en esta casa.

- No te preocupes, no te va a tocar ni un pelo...

- Salgan de mi cuarto.- la interrumpió Lu.- ¡Ya!.- gritó señalando la puerta de su recámara.

- Eres una zorra igual que tú...

- ¡Ten mucho cuidado con lo que vas a decir!.- advirtió la pelirroja haciendo que Lucrecia fuera la primera en salir de la habitación.

- Lucía, aquí voy a estar si necesitas algo.- Marisa de igual forma se fue.

Rafa, el cual había pasado por ahí se detuvo para ver lo que sucedía, encontrándose con una Lucía triste.

ᴸᴬ ᴹᴬᴰᴿᴬˢᵀᴿᴬ // ᴬᴵᴰᴬᴺ ᴳ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora