CAPITULO 28 - FUISTE TU

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— ¡Vivian! ¿Qué estás haciendo aquí?

— Vine a ver la grabación de tu última escena, sabes que siempre me gusta venir a homenajearte. — Vivian lo abrazó.

— Vivian, espera, yo... — Cesar la apartó de él y miró hacia atrás para ver a Victoria, solo que ella se había ido. — Vivian, aún no he terminado de trabajar.

— Disculpa, te espero y luego salimos a celebrar.

— Dentro de un rato volveremos a la Televisa y habrá una pequeña confraternización del elenco.

— Pero César...

— Lo siento, Vivian.

— Entonces iré contigo y luego saldremos, ¿qué te parece?

— Haz lo que creas que es mejor.

César dejó sola a Vivian y fue a buscar a Victoria, después de buscar en varios lugares un asistente que se iba le dijo que Victoria ya había regresado al canal.

*Televisa*

Victoria al llegar, conversó con algunos amigos que conoció, luego fue a su camerino y empacó sus cosas. Se sentía tan cansada, un día agotador de grabaciones, almuerzo con César y para colmo, Vivian todavía apareció allí, qué había estado haciendo esta mujer allí, durante todos estos meses solo había estado allí una vez. Oh no, estaba la otra vez que ella y Victoria se encontraron.

*Flashback On*

El elenco estaba en su hora de almuerzo, así que como de costumbre, iban a almorzar en el restaurante dentro del canal.

Cuando Victoria entró, vio a César sentado junto a una mujer rubia y una niña, que Victoria sabía que era su hija menor, Carla, pues ya había venido un par de veces con su padre y jugaba con José Eduardo.

La razón de Victoria le decía que se sentara lejos de ellos, que hiciera como que no los había visto, pero su instinto femenino quería conocer de cerca a la mujer del hombre que hizo todo lo posible por borrar la atracción que sentía por él. Necesitaba saber quién era la dueña de su corazón, qué tenía de especial, si era hermosa, cosas que toda mujer siente curiosidad por saber sobre una mujer que está casada con el hombre que quiere.

— Hola, César. — Cuando Victoria se dio cuenta ya estaba saludando a César, quien la miró sobresaltado.

César miró a Victoria sin saber qué decir.

"¡Qué rabia! Debería haberme quedado en mi rincón."

El silencio era tan incómodo que ella ya estaba dando un paso atrás, pero la hija de César se puso de pie.

— ¡Tía, Vicky! — La niña se acercó a ella y la abrazó.

— Hola pequeña, te extrañaba, hace tiempo que no vienes a visitar a tu padre.

— Mamá no me deja, tengo que estudiar.

— Ella tiene razón, tienes que estudiar para ser más inteligente de lo que ya eres.

— Voy a ser tan inteligente como mi padre.

Victoria miró a Cesar, que seguía sentado, mirándola alarmado.

— Sí, tu padre es un hombre muy inteligente.

— Oh, lo siento, Victoria, es... es que yo estaba aquí hablando con ella... ella... Esta es Vivian, mi esposa. — dijo César, tartamudeando.

Vivian se levantó para saludar a Victoria, quien aprovechó para mirarla de pies a cabeza. No puedo decir si fue despecho o algo por parte de Victoria, pero ella se desilusionó bastante al ver como era la esposa de su amiga, en la imaginación de Victoria era rubia, hasta ahí tenía razón, pero pensó que era una de esas rubias altas, lo que vuelve loco a cualquier hombre, solo que no era así, pero si por lo visto no estaba a la altura de las expectativas, entonces debía tener muchos otros atributos.

LA TEKILA - HISTORIA DE VICTORIA Y CESARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora