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- Hey chicos que eh encontrado comida!!-
Todos los ositos del equipo estaban a la orilla del arrollo, viendo aquellos gusanos de colores radiantes moverse entre sus manos.
- muy bien azulin , es justo lo que necesitábamos - el sargento felicitaba a el pequeño oso alado suyo.
Asta que el padre llegó y golpeó la mano de uno de ellos - no podéis comer esos animales , están prohibidos en el libro de dios!!-.
El sargento se quebró viendo a el padre, un ataque de enojo fue surgiendo muestras más sus palabras cruzaban por su mente.
- usted cree ¿que desperdiciamos está oportunidad para comer padre?, Está usted muy equivocado , si usted puede traer alimentos para todos entonces no los comeremos, pero si no es así dios puede esperar- el Sargento Caricias se fue acercando a el con una mirada amenazante, iba a poner una mano en su traje pero este la golpeó.
- ¿¡Cómo se atreve!?, Dios no puede esperar, el es nuestro creador y si el escribió sobre esos animales prohibiendolos , entonces no se comerán!!-.
El sargento iba a sacar su cuchillo , pero unos ruidos fuerte salieron de los arbusto, para luego dejar ver a la enfermera del equipo.
- ya están listas las tiendas de campaña, ya pueden descansar sargento!! -
El sargento miro una vez más a el padre - si no tiene nada más que pueda darnos para comer , entonces comeremos esos gusanos , tomarlos y vámonos de una vez que está oscureciendo -
Todos empezaron a caminar, mientras el sargento se puso alado dándote un gusano de los varios que este llevaba - conseguimos esos gusanos para comer, ¿vas a comerlos con nosotros? -
- oh no sargento, paso por ahora , no puedo comer algo vivo, lo vomitaria al instante - solo cargaste y acariciabas a el gusano, el sargento te dió varias palmaditas en la cabeza con su grande mano para luego caminar hacia el campamento improvisado.
Todos cantaban y se emocionaban mientras comían a los gusanos, tu solo estabas dentro de tu tienda tratando de dormir junto con el gusanito que te dió el sargento.
Tus ojos se cerraron un momento y cuando los volviste a abrir se escuchaban risas por doquier ,algunas de burlas y luego algunos gritos, que fue lo que te hizo entrar en alerta.
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