Capítulo 5. El desfile

942 79 1
                                    

Cuando llegamos a los apartamentos, lo primero que hicimos fue estudiar a quienes serían nuestros contrincantes, del uno al doce investigamos un poco de las historias de cada vencedor, de cómo habían ganado los juegos, y de sus fortalezas y debili...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Cuando llegamos a los apartamentos, lo primero que hicimos fue estudiar a quienes serían nuestros contrincantes, del uno al doce investigamos un poco de las historias de cada vencedor, de cómo habían ganado los juegos, y de sus fortalezas y debilidades. Habían algunos que no me preocupaban, pero los profesionales me ponían algo nerviosa, sobre todo si quería llevar a cabo mi misión, tenía que intentar tenerlos bien controlados.

Yo no quería saber mucho de ellos, no quería involucrarme demasiado en sus vidas, porque después sería mucho más difícil tener que asesinarlos, pero Clifford y Finnick insistieron y no me quedó más remedio. Además de que si quería lograr esto, debía hacerlo bien.

Nuestra estrella estelar tampoco me preocupaba, algo me decía que si no me metía en su camino, no me mataría, aún así; yo no me conformaría solo con eso, tenía que ganarme su confianza, solo así podía protegerla eficazmente. Debía de admitir que su compañero se veía más fácil de convencer, y sobretodo más fácil de tratar, probablemente si me ganaba su confianza inmediatamente me acercaría a Katniss, ella no se despegaría de él por nada del mundo.

—¿Me estás escuchando Aledis?

Clifford me miraba con las manos juntas.

—¿Disculpa?

—Debes concentrarte. — bufó. — Eso es exactamente lo que no te puede pasar en la arena, si quieres ganar debes dejar de andar más metida en tu cabeza que aquí.

Sonreí, eso me recordó a algo.

—Lo siento. — dije. —¿Qué decías?

—Que cuando empiecen los entrenamientos, lo que más recomiendo es que busquen aliados que los potencien, que tengan lo que ustedes no tienen.

—Eso es imposible. — Finnick chasqueó su lengua y nos miró divertido.

—Habrá que buscar algún tributo con algo de humildad entonces. — suspiré.

Mi compañero ensanchó su sonrisa, por otro lado, pude notar en la mirada de Clifford que estaba harto de ambos.

Una de las cosas buenas de hacer esto con Finnick, es que lo hacía más fácil y llevadero, y no sabía cuanto le agradecía por no permitir que me coma la angustia.

El día pasó, nos dieron un tiempo para acomodarnos y después, al día siguiente, nos preparamos para lo que sería el gran desfile de carrozas, que era como el inicio oficial de este gran "evento", donde seríamos juzgados por el público quiénes estarían muy pendientes de lo que estábamos usando, y decidirían si les gustamos o no, y si valía la pena poner su dinero en nosotros. No veía a Finnick hace un rato y no había visto bien cómo lo habían vestido, pero estaba seguro que no era algo tan ridículo como lo que estaba usando yo.

—¿Cuál es la obsesión que tienes con vestirme como sirena?

Drac me sonrió burlón.

Me había puesto un top dorado sin espalda que estaba hecho de pequeñas cadenas y tenía de adorno unas cuantas perlas blancas, junto a una gran piedra blanca en el centro cuyo nombre desconocía, mi cuello estaba acompañado de unos collares a juego que me hacían sentir como si respirar fuese difícil; la falda era a juego y en mis piernas se me había maquillado escamas del mismo color que el resto de mi atuendo. Mi pelo había sido decorado con una corona hecha de diferentes conchas sacadas directamente y recolectadas con cuidado del mar de Panem; por último, mi cara también había sido maquillada con unas perlas falsas que Drac puso en mi zona de la ojera.

GOLDEN; Finnick OdairWhere stories live. Discover now