ʙᴏᴋᴜᴀᴋᴀ ᴡᴇᴇᴋ (1 ᴀʟ 7 ᴅᴇ ᴍᴀʀᴢᴏ 2023)

Entidades AU (ángel/demonio)

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El reino de los cielos podía ser bastante calmado ciertos días. Los Ángeles tenían el labor de procurarse del bien de los mortales vivientes y venerar su bienestar. Los protegían, aconsejaban, incluso muchas veces les otorgaban suerte para su día a día.

Habían ángeles que adoraban su trabajo, ayudar a los demás, complacer los deseos, interactuar con otros ángeles. Y siempre existe el lado contradictorio. Ángeles que sólo deseaban tranquilidad sin tener que preocuparse por el bienestar de otros o tener que estar detrás de los mortales para cuidarlos.

Y con "ángeles" solo me refiero a uno.

Un ángel recluido que nunca entendió porque él había llegado ahí. Se aisló desde un principio en la gran biblioteca que tenía el reino pasando horas y horas ahí encerrado. Solo salía cuando los cargos mayores llamaban para que cumpliera con su labor.

Quizás sólo estaba agradecido con el silencio que le otorgaba estar entre las nubes, con finas capas cubriendo su cuerpo y pequeños adornos dorados en su cabellera.

-¡Keiji! -llamaron a sus espaldas interrumpiendo su monótona rutina de lectura- Aquí estás

-¿Que sucede Suga? -pregunto una vez había marcado la página en donde había quedado.

-Quería saber si quería bajar con nosotros al reino de los mortales -el ángel de cabellera platinada sabía que la respuesta podría ser negativa, siempre lo era pero no perdía nada preguntando- Es divertido en cierto modo -intentaba convencerlo.

-No, gracias Suga. Estoy bien aquí -abrió nuevamente su libro para continuar con su lectura.

-Vamos Keiji, llevas años leyendo y estoy seguro que has leídos todos los libros que están aquí -cuando menciono esa frase, a Suga le llegó una idea espectacular a la cabeza- en el reino de los mortales hay muchas más libros.

-¿Que? -eso llamó la atención del pelinegro quien dejó el libro sobre el sillón donde estaba para levantarse y hablar directamente con Suga- ¿Como es posible? ¿No están todos los libros aquí?

-¿Como podría? Hay millones de libros que incluso recién se están escribiendo -tomó las manos de Keiji, viendo como el ángel contrario estaba un poco más convencido- además no iríamos solos, también Oikawa siempre va, Hinata y Yamaguchi -la propuesta soba convincente.

-Esta bien, iré -la felicidad de Suga se mostró en su rostro y ambos salieron por la gigantesca puerta de la biblioteca.

-Es muy divertido, siempre vamos a distintos lugares como bares, restaurantes, centros comerciales y almacenamos todo en un departamento -Suga hablaba mientras caminaban a lo que era la entrada del reino.

-Suena extraño -Keiji había leído muchas cosas sobre los humanos.

Que nacen, crecen y mueren; que deben trabajar para conseguir algo que se llama dinero y de esa forma pueden comprarse cosas; que no todos tienen lo mismo; y algo que sabía muy bien, que era una regla fundamental en el cielo, era que no podían relacionarse directamente con los ángeles.

No es que esté prohibido interactuar con ellos solo que no debían formar lazos de amistad grandes, por que después de un tiempo podrían sospechar de la vivencia de los ángeles.