Epílogo

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Lorena

Encontraron mi cuerpo en la arena. Los servicios de emergencias me llevaron al Hospital del Mar, aunque quedaba a pocos minutos de allí, ya no pudieron hacer nada. A mis padres les dijeron que la causa de mi muerte había sido una hemorragia por un aneurisma cerebral congénito, que hubiese podido ocurrir en cualquier momento.

Cerca del Hotel Vela pusieron la estatua de un ángel con un violoncelo esculpido en piedra, en la placa se leía: Lorena Comas, violoncelista, in memoriam.

***

Varios años después

El estruendo acaparó todas las miradas, la gente corría alarmada para acudir al lugar del accidente.

—¿Mami? Mami... —musitaba el niño, mientras la gente pasaba deprisa por su lado sin percatarse de él, para auxiliar el cuerpo que yacía en la calzada.

Miré a Namael preguntándole si la madre saldría adelante.

—Se pondrá bien —dijo él—, yo me encargo de ella —añadió.

Me agaché a la altura del niño y le cogí la manita llamando su atención.

—Mami se pondrá bien, cariño, pero tú debes venir conmigo. Te enseñaré un sitio muy bonito —le dije.

—¿Y mami? —preguntó preocupado.

—Mami ahora no puede venir, pero cuando lo haga, tú serás el primero en esperarla.

—Vale —dijo mostrando su acuerdo y cogiéndome de nuevo la mano.

Miré a Hugo que estaba al lado del coche accidentado. Un borracho a toda velocidad se había saltado el semáforo en rojo, arrollando a una madre y a su hijo cuando cruzaban, sin siquiera darles tiempo de reaccionar.

—De este hijo de puta me encargo yo —dijo mientras lo agarraba por el cuello. Las cadenas surgieron de la nada amarrando al conductor borracho y Hugo se lo llevó a rastras, mientras el hombre pataleaba y gritaba sin que nadie pudiese oírlo, hacia la mismísima garganta del Averno.

***

Algunos arqueólogos hallaron indicios de un libro secreto. Se habla del Libro de los Ángeles; una especie de Biblia escrita por el mismo Dios. Dicen, que se actualiza a diario y que con el tiempo aparecen nuevas páginas; en ellas están descritos todos los ángeles, desde los más antiguos hasta los últimos en incorporarse. Jamás está en el mismo lugar, aparece y desaparece en distintas ubicaciones y solo algunos pocos privilegiados, apóstoles de nuestro tiempo, han podido tenerla por unos instantes en sus manos pero jamás el tiempo suficiente para leerla por completo. Dicen que la tinta con la que está escrito, son las mismísimas lágrimas de Dios; las que derrama cuando ve como los humanos nos destruimos.

En este libro está escrita mi historia. Quizá, con el tiempo, tú puedas leerla. Es el Capítulo XIII: La muerte viaja en una Harley.

FIN


A MIS AMADOS LECTORES: Quiero daros las gracias a todos los que habéis llegado hasta aquí. Sin vosotros, Hugo, Lorena, Namael, incluso MacGyver y el resto de personajes secundarios no existirían, seguirían siendo tan solo palabras; gracias por darles vuestra voz. Gracias por estar al otro lado y gracias de corazón por leerme.

AVISO DE LA AUTORA: Si os ha gustado "Cuando se apague tu luz. La muerte viaja en una Harley" y os apetece leer otra obra mía, este jueves empezaré a subir una novela de género diferente. Me encantará que le echéis un vistazo y por supuesto compartáis vuestra opinión.

Próximo jueves 16 de marzo:  

LA ESCALERA DEL DIABLO. La cara oculta del monstruo. (Prólogo y capítulo 1)

CUANDO SE APAGUE TU LUZ. "La muerte viaja en una Harley" (FINALIZADA)Where stories live. Discover now