Capítulo 5

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Primer Acto || Parte Cinco

"Nunca jamás"


Las olas se movían en sincronía, el aire y el ruido de las olas chocando con la parte inferior del barco creaban una melodía tranquilizante, sin olvidar el canto de las aves y gaviotas. 

La fresca brisa movía la larga cabellera dorada que portaba la heredera del narrador, una gran sonrisa adornaba su delicado rostro, sus ojos estaba cerrados disfrutando del momento haciendo relucir sus largas y finas pestañas. Una gran belleza de admirar.

Rosalie Hatter se sentía eufórica por comenzar su primera misión, tomo su libro dispuesta a abrir un portar y poder dirigirse a la Isla perteneciente al cuento de Peter Pan.

—Aquí vamos—frente al timón coloca el gran libro abierto—. Había una vez, en la que el libro de los cuentos de hadas me dirigía a Nunca Jamás.

Al finalizar de pronunciar su deseo, un agujero de gusano se abrió frente al gran barco, envolviéndolo en su totalidad y trasladándolo al océano que rodeaba aquella Isla.

Rosalie respira profundamente, se deleita con tan magnifica vista.

—Nunca Jamás, primera parada—se susurra así misma con una gran sonrisa. 

Una vez que aparca el barco en la orilla de la Isla, saca una botella de vidrio de su bolso mágico y hace que el barco entre en el. 

Se sienta sobre una roca sacando un par de lápices para poder plasmar la estructura de la Isla en el gran libro de los cuentos de hadas, dibuja con delicadeza y detalle el lugar

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Se sienta sobre una roca sacando un par de lápices para poder plasmar la estructura de la Isla en el gran libro de los cuentos de hadas, dibuja con delicadeza y detalle el lugar. Una vez termina guarda sus cosas colocándose de pie dispuesta a descubrir los misterios de dicha Isla.

Camina con los brazos cruzados detrás de su espalda, mientras su rostro jamás borra aquella sonrisa. 

Se sobresalta cuando escucha una rama romperse a sus espalda, dirige su mano izquierda rápidamente a su cintura envolviendo el mango de su espada. Cierra los ojos para poder concentrarse en los ruidos que la rodean. 

Gira sobre sus pies cuando algo o mejor dicho alguien trato de acorralarla contra un árbol.

Al abrir los ojos se percata que frente a ella se encuentra un chico de su edad, tal vez uno o dos años mayor, castaño, rostro fino, sin olvidar aquellos fríos y calculadores ojos verdes. Debía admitir que el chico era guapo.

Peter aprovecha que la chica esta distraída para atacarla, lo que no esperaba era que ella se defendiera. Cuando lleva sus manos arriba las cuales son detenidas por una mano de la chica, Rosalie con su espada logra rasgar parte del traje de Peter, este la mira con una ceja alzada.

Logra darle la vuelta arrojándola a un árbol, cuando esta se acerca a él para atacarlo logra rasgar parte del escote de su vestido, no puede evitar dirigir su mirada a ese lugar, antes de regresar su mirada a los ojos de la contraria. Rosalie gira sobre si y con la ayuda de su pie desarma al niño eterno y posteriormente golpeando sus pies haciendo que caiga al suelo. Con alevosía y ventaja trata de clavarle su espada en el pecho al ojiverde, pero este es capaz de impedirlo haciendo que la chica termine apresada bajo de él.

—¿Quién eres y cómo es que no sabía de tu llegada?—pregunta Peter inspeccionándola con la mirada.

—La verdadera pregunta aquí es. ¿Quién eres tú?—patea al chico alejándolo, se hace invisible.

Peter busca detenidamente a su alrededor, no era posible que la chica desapareciera de un momento a otro.

—¿Se te perdió algo?—susurran en su oído sobresaltándolo.

Da golpes al aire causando la risa de la chica.

—Te ordeno que salgas de donde estas—espeta furioso.

—Imposible—deniega la chica pasando su mano por la nuca del chico, se percata como este se tensa ante su toque.

—Debes obedecerme, soy el rey de este lugar.

—Vaya, así que tu eres Peter Pan—menciona desde la rama de un árbol permitiendo que el chico logre verla.

Peter la mira con el ceño fruncido, atento a cualquier movimiento que haga. Observa como esta cómodamente acostada sobre aquella rama, sus manos sirviendo de soporte bajo su mentón mientras sus pies se balancean de adelante a atrás demostrando su emoción, sin olvidar aquella sonrisa divertida que le causa escalofríos sin admitirlo.

—No se si sentirme desilusionada o jovial de que no seas como te describen en tu cuento.

Peter suelta una risa sarcástica al escucharla.

—Espero estés acostumbrada a la decepción—le sonríe con burla antes de cambiar su semblante a uno más serio—. ¿Quién eres? ¿Cómo le hiciste para llegar aquí? Nadie entra sin mi autorización.

—Espero estés acostumbrado a la decepción—repite sus mismas palabra con una risita maliciosa, se coloca boca arriba sobre la rama disfrutando ver como Peter Pan rechina los dientes molesto.

—Suficiente—Peter trata de agarrarla con su magia, al ver que esta no funciona sobre ella se enoja aun más.

—Tengamos un pequeño juego—menciona Rosalie desapareciendo y apareciendo frente a él—. Si respondes a mi acertijo te responderé dos preguntas—sonríe con inocencia—. Un trato justo, ¿no crees?

—Déjate de juegos—espeta arto de la muchacha.

—¿En qué se parece un cuervo a un escritorio?

El contrario la mira como si hubiera perdido la cabeza.

—Estas loca.

—Si la locura es felicidad. ¡Me declaro loca!—sonríe significativamente. 

De un momento a otro todo pareció encajar en la mente del niño eterno, aquella forma de sonreír, sus acertijos sin sentido y aquella frase.

—Perteneces al país de las maravillas—menciona observándola detenidamente, su curiosidad por saber quién era esa chica incremento.

—Ring, ring, ring. ¡Tenemos un ganador!—chasquea los dedos haciendo que confeti caiga sobre el chico—. ¿Quieres seguir jugando o temes perder?—lo reta sonriendo como lo haría el gato de cheshire.

Una sonrisa de sorna se forma en el rostro de Peter, sus ojos brillaron con malicia, se relame los labios ansioso por ducha propuesta indecente. 

—Estás hablando con el rey de los juegos, espero estés preparada para perder.

Cuanto se divertiría al jugar con la chica. 

 

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Una vez más || Peter PanWhere stories live. Discover now