Capítulo 9

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Primer Acto || Parte Nueve

"Un viaje en camino"


Rosalie afilaba las puntas de unas flechas con el ceño fruncido, estaba molesta con Peter por tratarla como una niña.

—Si sigues así te cortarás—la voz de Félix la sobresalta—. Dame eso—le quita las cosas de sus manos—. ¿Ahora qué hizo Pan para que te molestes?

—¡Él me trata como a una niña!—se cruza de brazos refunfuñando. 

—¿Acaso no eres una niña? ¿Cuántos años tienes?

—¡Tengo 15 años! ¡15!—le reprocha—. Ya no soy una niña.

—Tu comportamiento de ahora demuestra que sigues siendo una niña.

Rosalie lo mira molesta, toma una roca y se la lanza golpeándolo en la frente.

—¡Félix!—se acerca a él arrepentida—. Lo siento, no debí hacer eso.

—Recuérdame no volver a molestarte, vaya fuerza que tienes—se queja cuando toca su frente sintiendo como un líquido comienza a deslizarse por su frente, era sangre.

—Lo siento, déjame curarte—coloca su mano sobre la herida haciendo uso de su poder para curarlo. 

Félix observa detenidamente a la chica, se preguntaba si era igual de poderosa que Pan o llegaba a sobre pasarlo.

—¿Ocurre algo?—pregunta al percatarse que no aparta su mirada de ella.

—No es nada—se coloca de pie ayudándola a ella a hacer lo mismo—. Regresemos al campamento. 

—¿Él está ahí?

—Pan fue a ver al líder de la tribu Piccaninny, al parecer escucharon de tu visitan y le exigieron respuestas al respecto.

—¿La tribu es real?—pregunta emocionada, tendría algo nuevo que agregar a su libro.

—Por supuesto que lo son, son nuestros aliados al igual que las sirenas. 

—¿Podré conocer a las sirenas algún día?

El chico la mira burlón, vaya que su locura era evidente.

—¿Acaso deseas morir? Si ese es tu deseo es preferible que mueras a manos de Pan que de las sirenas. 

Y tal vez el chico no se equivocaba. 

—Por supuesto que no quiero morir, solo quiero saber más de ellas para describirlas en mi libro.

—Ya claro, suerte con ello—revuelve su cabello divertido.

Rosalie se queja mientras le sigue el paso, había encontrado en Félix a un buen amigo.

En el camino Simba se les unió aclamando mimos de parte de su ama, el animal permitió que ella se subiera en su lomo.

—¡Simba!—exclaman los niños más pequeños al ver al león. 

Félix y Rosalie supervisaron a los niños mientras estos hacían sus tareas, era su turno de preparar la comida para todos. 

—¡Todos reúnanse!—ordena Pan llegando al campamento, los niños rodean la fogata en espera de las palabras de su líder—. ¡A comer!

Los niños festejan recibiendo los platos de comida que Rosalie y Félix les extienden. 

—¿Y para mi no hay?—Peter observa burlesco a la Hatter.

—Púdrete Peter—trata de alejarse, pero él la toma por el brazo—. ¿Acaso no puedes servirte tu mismo? ¿Se te caerán las manos si te sirves?

—Veo que aun sigues molesta, deberías superarlo niña—le quita su plato de comida—. Si sigues con esta actitud no te daré lo que tanto deseas.

—¿Qué puedo desear yo viniendo de ti?

Peter sonríe arrogante tomándola del rostro.

—Respuestas, eso es lo que tanto deseas, ¿o me equivoco?

Rosalie se suelta bruscamente de su agarre mirándolo molesta. Peter se mofa alejándose de ella en dirección de Félix. 

—¡Escuchen todos!—alza la voz para que los niños lo escuchen deteniendo sus platicas—. Indian Chief nos ha invitado a sus tierras, deseando conocer a nuestra invitada—mira de soslayo a la Hatter mientras los niños exclaman emocionados—. Así que después de comer bailaremos un poco y derecho a la cama, ¿entendido?

—¡Si rey!

—Así me gusta—sonríe con altanería—. ¡A disfrutar!

—¿No es emocionante lo que acaba de decirnos Pan, Rosalie?—le pregunta uno de los pequeños niños.

—Claro que si pequeño—acaricia su cabello—. Dime, han ido antes a visitar a la tribu.

—¡Por supuesto! Hemos ido tres veces. Normalmente solo Pan la visita, pero si nos portamos bien y hacemos nuestros trabajos como se debe nos lleva.

—¡Tenemos amigos!—le comenta con emoción otro de los niños.

—Edmund te agradará.

—¿Edmund? ¿Quién es Edmund?

—Es el hijo menor del Indian Chief, Edmund es muy amable con nosotros.

—Siempre nos da dulces o comida, también juega como nosotros.

—¿Entonces tiene su edad?

Los niños niegan con la cabeza.

—No sabemos cuantos años tenga Edmund, pero luce de la edad de Pan. 

—Interesante—susurra para si la chica mientras observa a Peter y Félix a lo lejos.

—Interesante—susurra para si la chica mientras observa a Peter y Félix a lo lejos

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Una vez más || Peter PanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora