ᴛʀᴜᴇ- ᴄʜᴀʀʟᴇꜱ ʟᴇᴄʟᴇʀᴄ

𝟬𝟱

📍Monte Carlo, Mónaco
Agosto, 2022

Ayer, después de que todo terminó, mientras caminábamos, noté la tienda. Tenía ganas de entrar, pero ya estaba cerrada. Charles me aseguró que me llevaría al día siguiente. Y aquí estamos.

Al abrir la puerta, la campana suena, atrayendo las miradas de los vendedores que contemplan a Charles como si fuera una maravilla del mundo.

Su presencia parece ser la mejor noticia que les ha ocurrido, algunos se acercan con entusiasmo.

Después de un breve intercambio de saludos, decidimos explorar el lugar.

—Voy a echar un vistazo —le hablo y asiente, la gente ansiosa se acerca a él para quitarse fotos.

Me sumerjo en una oda a los 2000. Las luces suaves y la música de esa época me envuelven al instante. Las prendas están por todas partes, como si estuviera revisando el armario de un amigo.

Un tocadiscos de vinilo reproduce los hits de los 2000, añadiendo un toque auténtico al ambiente relajado. Me muevo entre secciones, viendo las opciones para chicos y chicas.

Después de unos minutos, diviso a Charles acercándose hacia mí con expresión cansada.

—No podía hablar sin que se encimaran encima de mí.

—Deben respetar tu espacio y todo a su tiempo. Pero, ¿quién no se emocionaría de conocerte?

—Tú —me señala divertido.

—Ya sabemos cómo terminó eso —me giro y empiezo a seleccionar prendas para probármelas en el probador.

—¿Quieres que te ayude? —se ofrece, y le paso algunas para que sostenga.

—También me está ayudando una trabajadora de aquí —le señalo a la persona, y Charles le sonríe en saludo.

Una vez que elijo lo que me gusta, me dirijo a los probadores. Me entregan la ropa, y cierro la cortina.

Después de unos 10 minutos mostrándole a Charles los outfits que armé, decido qué llevaré.

—¿No querrás nada para ti? —le pregunto, y niega.

Nos dirigimos a la caja, donde empiezan a cobrar cada pieza. Cuando anuncia el total, busco en mi bolso mi tarjeta para pagar.

Al levantar la vista, veo a la cajera entregándole una boleta a Charles.

—No es nada —me guiña un ojo y toma las bolsas mientras abre la puerta para mí.

—No tenías que —sonrío y me despido de los trabajadores.

Me devuelven el saludo, y una vez fuera, comenzamos a caminar de nuevo hacia el departamento de Charles.

Durante mi estadía, acordamos con Charles en que siempre daríamos un paseo, incluso considerando que ya hace ejercicio regularmente.

Hacemos una pausa en un local de comida, pedimos dos botellas de agua y después continuamos nuestra caminata.

Observo que Charles revisa su reloj constantemente, como si estuviera sintiendo prisa por algo.

Antes de que le pregunte si le pasa algo, se adelanta y me habla.

—Tenía una pequeña reunión con el equipo.

—¿Hace cuánto empezó? —le pregunto.

No me mira, y lo llamo por su nombre para que me lo diga de una vez.

—Bueno, hace dos horas, pero no es tan importante.

—Charles, que yo tenga el día libre no significa que tú también. Si ya tienes compromisos con Ferrari, no dejes de lado tu trabajo.

—¿Estás enojada? —pregunta y niego.

—Me molesta que no me digas las cosas —suspiro y aumento el paso para llegar a tiempo.

—Es que quería seguir estando contigo.

—Me encanta que quieras hacer eso, pero no puedes actuar como si no tuvieras nada importante antes. Primero tu trabajo y luego yo.

Al llegar, pulso el botón del elevador y espero a que se abran las puertas. Al entrar, aguardo con paciencia hasta que llegamos al piso y las puertas se abren de nuevo.

Charles saca la llave de su bolsillo, abre la puerta del apartamento, y entro, dejando mis cosas en la sala de estar.

—Todo lo que hago, lo hago por ti —se defiende, y me giro para enfrentarlo.

—Lo sé, Charles —me acerco—, pero no quiero que tengas problemas con nadie más por mi culpa. Quiero que te prepares ahora, vayas rápido y luego pasemos más tiempo juntos.

—No quiero ir —dice incómodo. Ahora comprendo que hay otro problema.

—Tienes que hacerlo —busco su mirada y, al encontrarla, continúo—, además, será solo por un rato y luego estarás de vuelta.

—No lo entiendes —dice frustrado.

—¿Entender qué? Explícate —le pido.

—La verdad, no me siento a gusto allí —suspira, apartando la mirada hacia otro rincón de la sala—. Le pedí a Carlos que me informara una vez que termine.

—Si tienes problemas con alguien de ese lugar, sería mejor que lo enfrentes. No puedes evitar no ir cada vez que haya una reunión.

—Te prometo que lo resolveré —acuna mi rostro entre sus manos y me mira con determinación—, pero hoy, sinceramente, no tengo ánimos de ir.

Asiento, ocultando mi duda; no estoy completamente convencida de su compromiso, así que buscaré entender más sobre lo que le atormenta.

Esto sería una nueva parte del Fanfic que dará cambio a otra trama más interesante.

Voten y comenten.

-jxdnClown