Capítulo 3

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Ultima noche 
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-- Nos van a escuchar, además te dije que nuestra relación tenía que cambiar -- puse mis manos para intentar separarlo de mí, algo que resultó inútil -- estoy hablando muy en serio Remus -- lo había llamado por su nombre, a él también le sorprendió tanto como a mí; después de ello se generó un silencio incómodo en el cual solo se escuchaba cuando yo tragaba nerviosa

-- Dijiste que este era el último día -- por suerte este decidió hablar, no obstante, solo se encontraba mirándome ya que no se atrevía a hacer más

-- Me refería al beso, era lo último que íbamos a hacer -- dije con mucha firmeza -- el beso fue nuestro adiós -- se veía muy enojado, pero así eran las cosas, debía mantener mi distancia

-- Eso es muy poco -- respondió indignado -- yo quiero más, un simple beso ¿Crees que esos es suficiente? -- a mí tampoco me parecía suficiente, pero mi ideología era qué: si estaba más cerca de él, me sería mucho más difícil alejarme; y aunque mis ideales tenían prioridad, la persona frente a mí me hacía olvidarlos -- ay por favor, se nota que tú también quieres -- no era muy buena escondiendo mis expresiones y era obvio que este podía visualizar como mi mirada en algunas ocasiones se perdía en sus labios; tragaba en seco, el estar encima mío me hacía imaginar e idear mil cosas con él, pensar en todas esas noches que me toqué sintiendo que mis manos eran las del contrarío, intentaba no olvidar ninguno de sus movimientos y los imitaba cada luna llena que me acordaba de él o simplemente cada día que este se pasaba por mi mente

-- Profesor, ¿podría tocarme? -- Aunque con anterioridad se le veía muy enojado y serio, su expresión a tales palabras cambio a una totalmente feliz y con un leve asombro. Sabía que esto estaba mal, pero era muy difícil para mí -- ¿Quiere saber cuántas veces me toqué pensando en usted? -- Mis palabras salían por si solas y este se notaba totalmente agitado, todo lo que le decía era excitante para su interior -- O ¿Cuántas veces me imaginé que mis manos eran las suyas? Y con estas libremente me tocaba cualquier parte de mi cuerpo -- se lo tenía que confesar, y sentí gran satisfacción cuando este con su mano derecha "intentaba" arreglar su pantalón y aún con su mano ahí, me miró y simplemente se paró, normalmente pensaría que me dejaría ahí sin más, pero lo que hizo después me asombro, con su varita hizo le hizo un hechizo a la puerta y luego empezó a decir otros dos más, no le entendí bien, los dijo en voz muy baja; luego de esto se sentó en mi cama asignada, se notaba algo confuso, y para ser sincera yo también lo estaba, está "relación" era muy extraña, por ello había decidido lo de dejar las cosas así, sabía que Remus pensaba lo mismo, pero en ese momento no quería concentrarme en eso; yo seguía con mis pensamientos mientras con mi mirada se centraba totalmente en él y en cómo se acercaba con sigilo hacia mí, pero lo único que hizo fue acostarse al lado mío boca arriba, yo me podía imaginar de que tipo eran los hechizos que había lanzado con anterioridad, por ello estaba un poco más calmada que antes

-- Yo... -- Tenía algo que decir, pero no me llegaban las palabras y no podía organizar mis ideas, así que simplemente me acerqué más a él rodeándolo con mi brazo y mi pierna, él rápidamente se acercó más haciendo que el medio abrazo fuese más cálido -- yo lo quiero tanto -- todo lo que me podía salir y que realmente tenía que decirle, él simplemente me dio un beso en la frente como respuesta de que ya sabía -- desearía quedarme toda la vida así con usted, profesor -- mi brazo que rodeaba su pecho se dirigió a la cara de este, con esta lo obligué a mirarme, acaricié su hermoso rostro y él con una hermosa expresión me observaba amablemente. Nos quedamos un par de segundos así, yo no dejaba de mirarlo y él imitaba mi acción, estaba bastante abajo, por ello se me ocurrió posarme encima de él y quedar mucho más cerca de su rostro, para así me fuese más fácil besarlo. 

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No hicimos nada más, en algunas ocasiones sentía sus manos en mi cabello y yo solo me movía haciendo presencia y afirmando que siguiera, solo recuerdo hasta ahí ya que el sueño me ganó y estar en esa posición me generaba mucha seguridad. A la mañana siguiente, fui la primera en despertar y sonriendo le di un beso en la mejilla a la persona que seguía a mi lado con un profundo sueño; decidí salir de la cama lo más despacio que pude, me puse la parte de abajo de mi pijama y salí del cuarto; bajé las escaleras y ya la mayoría se encontraban en la mesa a espera de los pocos faltantes

-- Oh cariño, ¿dónde dejaste a Remus? -- Oí la voz de Molly proveniente de la cocina, así que rápidamente fui hacía allá -- iré a despertarlo ya vuelvo -- estaba realmente tranquila hasta que recordé que él seguía en mi cama

-- No te preocupes, él ya baja -- mentí y con mucho sigilo subí de nuevo a la habitación para despertar a mi profesor; para gran sorpresa mía este ya estaba despierto y al lado de su cama arreglando su vieja corbata -- Molly dice que bajes -- hablé para hacerme notar, aunque sabía perfectamente que él ya me había visto

-- Bien, en un momento bajo -- me sorprendió un poco su actitud, frío y sin expresión alguna, pero recordé lo de la "última noche", así que un poco triste solo asentí y de nuevo bajé a la sala; después de un rato también bajó Remus y por fin podíamos desayunar todos juntos

-- Ron, ¿cuándo vendrá Harry? -- Al oír tal nombre levanté con rapidez mi cabeza y presté atención a la conversación de Molly y del pelirojo al cual le hablaba

-- No lo sé, seguro vendrá pronto -- supuse que a él también le habían mandado una carta, ya quería verlo

-- Oh bien, si tú lo dices -- no se hacía mucho ruido al comer, quizás en algunas ocasiones que Fred y George bromeaban el uno con el otro y nos causaban algunas risas -- Fred, deberías comportarte -- ¿Por qué solo regañaba a uno? Pensé -- así no conquistarás a __ -- mala idea tomar jugo en ese momento, sentí como casi sale por mi nariz al escuchar tales declaraciones de Molly, Fred tampoco se veía muy contento dándole una mirada de odio a su madre -- solo dije la verdad, te gusta ¿no es así? -- Por Merlín, que momento tan incómodo; pero en lo que más pensaba era en mi profesor ya que a veces cuando lo miraba de reojo, su semblante sin expresión me hacía suspirar con tristeza -- __ deberías de darle una oportunidad a mi hermoso hijo, tú eres una chica muy linda y él te quiere -- todos estaban atentos a mi respuesta a excepción de la única persona que me importaba. No sabía que decir, era un momento muy complicado y sentir la presión de todos no ayudaba

-- Emm... 

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