Álgebra

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V.-Pero si yo te amo Mónica

M.-.....

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Ya te dije una vez

que el álgebra no va con nosotros

Que es el amor es capaz

Que la vida es fugaz

La pasión va a doler

Pero nunca, nunca va a pasarnos nada

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Narra Vanesa

Sigo trabajando como una loca, centrada en la música y solo en ella, Mónica se ha marchado y he intentado por todos los medios que hablara conmigo, que tratáramos de entendernos, que me dejara explicarme por última vez.

Pero eso no había ocurrido, había dejado de seguirme en las redes sociales y había decidido cortar por lo sano.

Todavía tenía cosas en casa, no quería tocarlas y meterlas en una caja, prefería dejarlas en su lugar como si Mónica viniera y todavía siguiéramos viviendo juntas.

Estaba en casa tranquila, había pasado todo el día en Warner, grabando voz y música de las últimas canciones que había compuesto.

Estaba mirando desde el sofá los pájaros y los árboles del retiro que se veían desde la ventana cuando mi teléfono comenzó a sonar, ese tono, Adele, sólo podía ser ella, y de hecho era ella, Mónica, salté del sofá y descolgué al tercer tono.

V.-Hola

M.-Hola 

V.-Que gusto oirte, Mónica

M.-Si, ¿Estas en casa?

V.-Si, si, estoy 

M.-¿Has visto mi cuaderno, el que tiene la tapa con perros salchicha?

V.-¿Eh?, ¿Cuaderno?

Pensaba que llamaba para hablar de otra cosa la verdad, me quedé un poco en blanco al oirle preguntarme por el cuaderno, sabía que cuaderno era perfectamente, se lo regalé yo, y solía escribir apuntes, algún microcuento, estrofas, un poco de todo, era su cajón de ideas, yo tenía uno parecido, pero el mío tenía labios rojos en la tapa.

M.-Si, mi cuaderno de perretes, el que me regalaste, no lo encuentro en las cajas que me traje, y le tengo cariño, además de que tenía cosas interesantes escritas

V.-Ah si, si, si está si, está en el primer cajón del mueble del salón, junto al mío.

M.-Ah, por eso no me lo recogí cuando fui a por mis cosas, ¿Te importa que pasé ahora?

V.-¿Ahora?

M.-Si es molestia paso otro día que no estés, no pasa nada, es que así te dejo también las llaves

V.-Bueno... pásate, no tengo nada que hacer, pasa.

M.-Vale, en media hora estoy, iré dando un paseo

V.- Vale, vale...

Eché un vistazo a todo, estaba todo recogido, no sé porque pero me puse muy nerviosa, hacía días desde nuestro encuentro o más bien encontronazo cuando vino a recoger sus cosas y yo estaba celebrando el cumpleaños de Sebas en uno de nuestro bares favoritos.

Ese día creo que se rompió del todo nuestra relación, lo vi en sus ojos, en como me miró cuando Lili vino a decirme que iban a soplar las velas.

Pasó la media hora despacio pero ya sonó el telefonillo, pulsé para abrir el portal y abrí la puerta de casa esperando que Mónica saliera del ascensor.

Mejor de lo que contasteWhere stories live. Discover now