III

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Roier no conocía a Spreen.

— ¿Spreen? Él es un maestro en supervivencia.

Le había comentado Aldo después de haber ido a pescar con Quackity y Missa, los pescados salientes de la cubeta por él éxito estaban siendo separados por él antes de freírlos.

— Cuando estábamos pescando él venía con Shadoune y nos cambió las cañas de pescar antes de llevarse a Missa.

Bueno, eso explicaba la cantidad absurda de peces.

— Pero es un poco frío ¿sabes? Solo nos dió las cañas, empujó a Quackity al lago y se fue. Aunque no se ve como una mala persona.

Spreen había matado a alguien hace poco, no era un secreto por la zona que habitaban que dos personas habían colmado su paciencia con motivos que él no conocía.

Por consiguiente, a Roier le gustaría evitar a Spreen lo mayor posible.

Por motivos de seguridad.
No era un cobarde.

🐻🕸️

— ¡Aguante la violencia!

Roier se ajustó aún más la chaqueta, sosteniendo el arma cerca de sí en todo momento mientras corría por la cueva de minerales.

Sí, ciertamente venir a minar solo había sido una mala idea.

Los Creepers que lo perseguían a las espaldas parecían muy entusiasmados de volarlo en mil pedazos.

Y por si fuera poco, se había cruzado con una mata de pelo negro esponjoso y un par de orejas con una bolsa de diamantes lista para aventar.

Por supuesto, Roier se agachó antes de que Spreen volara sobre él y reventara las cabezas de las brujas antes de correr a por los otros monstruos.

La bolsa de diamantes cayó sobre él, sorprendentemente ligera, el chico sin objetar siguió corriendo un poco más hasta perder de vista a los Creepers.

Spreen parecía acostumbrado a pelear, los cortes certeros matando a los monstruos uno por uno hasta terminar rematando a las arañas, los insectos gimoteando con su sangre viscosa fluyendo por su espada.

Cuando por fin terminó, se volteó hacia él con una mirada indescifrable bajo esas gafas oscuras.

¿Cómo podía pelear en una cueva con gafas oscuras?

Sin esperar a que dijera nada, el chico sacó de su cintura un pequeño frasco y se lo lanzó a Roier.

— Te bajará la fatiga, estar por las cuevas suele agotarte mucho.

— Ah...gracias.

Un silencio incómodo se asentó entre ellos. Solo con el ruido lejano del eco.

— Oye...

Dijeron ambos a la vez.

Roier tosió. Antes de rectificar lo que él quería decir.

— Gracias por echarme el cable. ¿Que hacías por aquí?

Era temprano para conseguir materiales, lo cual era ventajoso porque los monstruos no solían ser un problema.

Excepto cuando estaba Spreen porque, extrañamente, él parecía atraer a una turba enfurecida a dónde quiera que fuese.

— Estaba buscando Lapis Lázuli para Shadoune. ¿Tendrás un poco?

Preguntó, sacudiendo recién los residuos de su espada y de su cabello, cubiertos de tierra y sangre, probablemente sería lo indicado irse a tomar una ducha.

¿Shadoune era...? ¿El de la capucha oscura que también era temible? Aunque según Mariana el chico también aparentaba ser inofensivo.

Roier negó con la cabeza. No había encontrado gemas azules en las pocas horas que estaba por aquí.

— Um, yo buscaba Esmeraldas.

— Hay bastantes cerca de la zona costera, vengo de allá.

— ¿En serio?

¿Cuánto tiempo llevaba minando este chico? ¡Eran menos de las diez de la mañana!

Spreen asintió. Si iba a la zona de la costa entonces podría conseguir bastantes para realizar intercambios, solo faltaría...

— Ahora solo quedaría buscar carbón, ¿sabes dónde? El sitio donde solía explorar antes se quedó sin carbón.

— Quizás por la zona del norte, aunque un Drop cayó hace poco y por ahora no se puede pasar con libertad.

Los Drops.
Misteriosos paquetes que caían del cielo y que avisaban a todos los habitantes acerca de artefactos poderosos y que traían ventaja para sobrevivir.

Aunque honestamente no habían ido a buscar uno, la cantidad de monstruos que atraía un Drop era nada comparado con lo que habían visto en la cueva.

Ya pensando en un posible plan de contingencia que involucraba gallinas y cerdos, Roier frunció las cejas pensativa antes de que el oso enfundara su arma y le hiciera una seña con la mano.

Pareció caer en cuenta de algo.

— Creo que Shadoune tenía carbón en casa.

Möbius [Sproier]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora