ᬊJUDAS ✔

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13: Robado.

Casi más de un mes llevaba teniendo en mi cabeza las palabras de Jungkook y como también el recuerdo cuando intenté acercarme más y acortar el espacio entre ambos, pero Jungkook se alejó con una sonrisa en su rostro despidiéndose. Me había humillado y no me sentía feliz por ello.

Sentado en el césped de mi patio trasero, intento alejar esos recuerdos nuevamente.

No comprendía porque seguía dándole vueltas si sabía que reaccionaría un poco incómodo y nervioso por el tema. No era tonto, sabía que se trataba de una atracción, pero no puede ser posible una atracción por alguien de un mismo sexo y eso era lo que más me estaba molestando.

Era extraño y últimamente he estado actuando extraño y estaba siendo complicado manejarlo.

Incluso mi amigo lo ha estado notando llenándome de preguntas y aunque es mi mejor amigo, sabía que no podía abarcar este tema con él, lo había intentando y a la vez confirmé lo incómodo que se sintió sobre ello. Si lo hablaba con Hoseok este seguro me pedirá que me aleje y no vuelva a hablar de ello.

No podía hablar con nadie sobre esto y tampoco podía hacer lo que quería ya que últimamente mi madre parecía volverse mas paranoica en que sea mejor que todos y me ha estado dejando tareas y deberes. Sólo he estado encerrado en mi cuarto estudiando para las finales. Y pensar en las vacaciones me traía un dolor de cabeza, ya que cómo siempre salíamos a visitar a los tíos de parte de mi madre, tenía que ver a mis primos, aunque el único que me agrada de los cuatro hermanos, es el mayor, SeoJoon.

Sintiendo el frío de la tarde, me levanto del césped sacudiendo mi ropa para volver adentro, pero sólo estando de pie, puede oír dentro de la casa las voces tanto de mi madre como de sus amigas en su tarde del té conversando temas triviales como que también mañana se celebrará la feria para recaudar dinero para la caridad en donde sus padres se enorgullecen siendo encargados.

Había salido del cuarto después de que no hubiera podido concentrarme, me quede varios minutos en el césped mirando la flor que tenía mi madre hasta que el sol comenzaba a ocultarse y los pétalos de dicha flor comenzaba a cerrarse.

Y yo no quería esconderme, no quería volver adentro de casa como esa bella flor.

Y mirando con sigilo la otra esquina, tomo la bicicleta azul que mi padre me regaló en mi cumpleaños número 16 y era una de las últimas modelos, incluso Jimin le brilló los ojos cuando se montó en ella por primera vez, tomándola del manubrio al tenerla apoyada en la pared, comienzo a salir con ella por el costado de la casa, un pasillo que lo conecta al ante jardín y así, subiéndome cuando estaba por la calle, dejo escapar un suspiro mirando por detrás.

Me sentía como un delincuente escapando de una prisión, pedaleando y sintiendo el frío viento golpear mi rostro como si la misma libertad lo hiciera, sonrío por ese pensamiento hasta terminar riendo solo en medio de la calle, tal vez en unos meses atrás me hubiera asustado de ser el chico de quien me estaba convirtiendo en estos momentos.

Nunca antes había salido a esta hora y sin el permiso de mis padres.

Aferrándome en el manubrio de la bicicleta con fuerza, tanto que noto mis nudillos se ponen blancos por ello, voy cuesta abajo como todo un niño riéndome por la adrenalina adquirida, iba sin rumbo y no me importaba en su debido momento, hasta llegar a una calle algo no tan ajetreada y desolada, mirando con cautela y con algo de pánico todos los lados sin saber donde me había ido a meter. Trato de mantenerme calmado y no dejarme llevar ahora por el miedo.

Y en eso, en el momento de estar cruzando por el medio de dos edificios, paso entre un callejón oscuro y sin darme tiempo de reaccionar, alguien impacta conmigo fuertísimo haciendo que cayera de la bicicleta.