XII

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"Fergal había ido al pueblo a comprar unas cosas, Vayne se había quedado sola en la biblioteca donde anteriormente habían estado aquellos chicos, habían pasado cinco meses desde lo ocurrido y aún se sentía mal por aquellos dos.

La pelinegra dejó el libro sobre demonios al escuchar un chirrido en la parte inferior de la casa, pensó que se trataba de Fergal así que decidió bajar para ir a ayudarlo, bajó las escaleras con rapidez, no obstante, su sorpresa fue grande al ver a un hombre de cabello rubio, vestido de negro y con un libro en su mano, quien aún no se había percatado de la presencia de la chica detrás de él.

Veía como iba avanzando por la sala mientras debatía si transformarse o no, debido a que no se creía lo suficientemente fuerte como para matar a alguien, si bien Fergal le había enseñado a cómo hacerlo y sacarle provecho a su verdadera forma, Vayne no solía matar tan seguido, y mostrar su verdadera forma podría ser perjudicial para ambos si aquel hombre salía de ahí con vida.

El hombre se dio la vuelta al sentir la presencia de la morena detrás de él, llevándose un pequeño susto al verla parada mirándolo fijamente, inmóvil en aquél sitio, fue ahí donde Vayne se dio cuenta del rosario que caía por su cuello, era alguien de la iglesia...

— ¡Dios!, me asustaste... —Trató de acercarse a la chica, pero esta retrocedió subiendo poco a poco a las escaleras, no era capaz de matarlo —No planeo hacerte daño, soy el padre Gabriel —Se presentó con un tono dulce y una sonrisa.

Vayne -quien se encontraba indecisa- volvió a bajar los pocos escalones que había subido, por alguna razón, le daba cierta confianza — ¿Qué haces acá? —Preguntó temerosa.

—Me dijeron que en esta casa habían visto a dos personas, ¿está tu padre por acá? —Vayne negó con la cabeza.

—No tengo padre... —Murmuró como respuesta, sin embargo, aquel rubio pudo escucharle, hizo una mueca mientras que pasaba su mano libre por su cuello.

—Supongo que estás sola en esta casa entonces —Murmuró — ¿Qué te parece si te llevo al pueblo?, este sitio no se ve seguro para una niña —Comenzó a acercarse nuevamente, Vayne lo miró nerviosa, temiendo de que Fergal apareciera por aquella puerta y los encontrara.

—No creo que sea buena idea... —Respondió, recordando aquel trágico destino de los niños —Lo mejor será que te vayas de acá —Miró la puerta temerosa mientras juntaba sus manos.

El padre notó su nerviosismo y miedo, por lo que pensó que alguien más habitaba esa casa y le hacía daño a la chica —Te ves asustada —Tomó su hombro cubierto por aquella camisa de botones de Fergal — ¿Segura que no quieres... ? —Fue interrumpido por aquella morena.

—Si... Estoy bien acá —Los nervios de Vayne iban en aumento al ver que el padre Gabriel no tenía intenciones de irse —Pero no creo que sea buena idea que te quedes acá —Volvió a mirar la puerta con temor.

—No pareces muy tranquila por quien sea tenga que pasar por esa puerta —Respondió mirando al mismo punto que ella —La única manera de que me vaya de acá será contigo, no creo que estés pasando un buen rato acá con quien sea que estés —Los ojos avellana de Vayne lo miraron con miedo.

Pensó en cómo sacar a aquel hombre antes de que Fergal llegara, ideando un plan de irse con aquél hombre y finalmente escaparse cuando esté dormido, conocía el camino de su casa hasta el pueblo de memoria, por lo que no sería tanto problema —Esta bien, me voy contigo —El hombre sonrió y comenzó a caminar acompañado de la chica.

—Verás que todo será más tranquilo ahora —Respondió mientras abría la puerta, y ambos caminaron por aquel camino de tierra hasta llegar el pueblo, si bien era un trayecto relativamente corto, a Vayne se le hizo largo y tedioso, ya que no sabía si se toparía con el irlandés que la cuidaba.

Succubus |Rhea Ripley|Where stories live. Discover now