Capítulo 8.

33 0 0
                                    

Pasaron los días y yo seguía encerrado en mi habitación, mi padre intentaba que al menos saliera a comer pero yo me negaba.
Rubén estos días me estuvo mandando mensajes, pero yo no respondí ninguno.

De pronto, entró mi padre a la habitación.

—Liam, para que salgas del cuarto de una vez, ya que es verano y no tienes nada que hacer, te he apuntado a una academia de matemáticas.–dijo sentándose en la cama.

—Papá, no estoy de humor, además ya sabes que odio las matemáticas.–respondí incorporándome de la cama.

—Pues ya estas apuntado y ya está pagado el primer mes, y la clase empieza en media hora, vístete y vas, ahora te paso por teléfono la ubicación de la academia.–dijo levantándose.

—Bueno, iré entonces...–tras esa respuesta, mi padre sonrió y se fue del cuarto.

Me puse el binder, una camiseta holgada y unos pantalones de chándal, no me apetecía arreglarme mucho.
Cogí una mochila y metí dentro un cuaderno y un bolígrafo.

Cuando iba de camino a la academia, me llamó Rubén. No estaba de humor para contestar, asi que le colgué.

Miré la hora antes de entrar y ví que llegaba 5 minutos tarde.
Entré a la clase, y cuando fui a hablar, me quedé embobado.

El profesor era guapísimo, pelo rubio, alto, ojos verdes y vestía muy bien.
Me quedé mirándole unos segundos, hasta que se dio cuenta de que alguien había entrado y me miró.

—Yo... siento llegar tarde.–respondí algo avergonzado.

—No pasa nada corazón, siéntate donde quieras, ahora explico un poco desde el principio para que entiendas todo bien.–dijo con una bonita sonrisa.

Le sonreí y me senté en la última fila.

Empezó a explicar desde el principio, y la verdad de momento lo entendía todo.
Se me hacía un poco raro ser el mayor de la clase, yo tengo 18 años y mis compañeros tendrán unos 15 más o menos.

Terminó la clase y todos se fueron, y cuando me iba a ir, escuché al profesor hablar.

—Tu eres Liam, ¿no?–preguntó de nuevo con esa sonrisa.

—Sí, encantado de conocerle.–dije siendo amable.

—Yo soy Raúl, te quería proponer algo.–dijo acercándose a mí.

Me puse muy nervioso, estaba demasiado cerca.

—¿Quieres que vayamos a tomar algo? Por si quieres resolver dudas.–me dijo mirando fijamente mis ojos.

Yo me puse mucho más nervioso que antes, no sabía que responderle ya que no estaba de humor después de todo. Pero recordé que mi padre lo que quiere es que yo salga y disfrute.

—Vale, me parece bien.–le respondí con una sonrisa tímida.

Él, mi Profesor. (Parte 4)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon