1.

394 30 3
                                    

Lena junto a su pequeña hermana desayunaban junto a una de sus madres.

Al igual que cada día ambas niñas discutían sobre de quien sería la última tostada.

- ¡mama! - exclamo con dificultad la menor de ambas.

Wanda observo a ambas sonriente y murmuro:

-preparare otra. No hay necesidad de discutir, son hermanas.

ambas pequeñas se observaron entre ellas y la mayor le saco la lengua.

Lia bufo y apoyo sus pequeños bracitos en la mesa.

Era difícil que ambas no discutieran por las mañanas, también raro, dado a la diferencia de edad de ambas niñas.

Lena; la mayor tenía once años mientras que su hermana, Lia; cinco.

ambas se querían la una a la otra. El unico inconveniente que tenían era el hecho de que Lia quería hacer todo lo que su hermana hacia y a la única oji azul de la familia; le molestaba un poco.

Una despeinada Natasha entro sonriendo a la cocina y abrazo a sus niñas por detrás.

- ¡mis niñas! - exclamo ella y beso a cada una en su mejilla, Lia rio, mientras que lena sonrió tímidamente.

Natasha sonrió dejando un casto beso en los labios de su esposa.

Wanda arrugo su nariz y lentamente dejo la tostada faltante en el plato de Lena.

- Gracias, Ma -susurro ella y su madre sonrió tomando un sorbo de su café.

Wanda tenía la costumbre de preparar todos los días el desayuno, al igual que Natasha la cena. Cada una tenía un rol en la pequeña familia.

Lena se levantó de la mesa y se sentó en el sillón.

- Tengo sueño. -murmuro desde donde estaba sentada y Natasha entrecerró los ojos.

- Yo también -Contestó y Wanda río ante eso.

- ¿Existe algún día en el que ninguna tenga sueño? -Ambas negaron y la pequeña Lia sonrió desde su silla en la mesa.

- Quiero bajar -le pidió a Wanda y esta saco la tapa de la silla.

Lia bajo y corrió junto a su hermana.

Lena rodó los ojos y Natasha la regaño.

- Lena debes de ir a prepararte para la escuela -habló Wanda y señaló el reloj.

La niña suspiro y se levantó yendo hacia su habitación.

- Lia debes ir al jardín también - Natasha tomo a la niña en brazos y esta se sacudió un poco en busca de salirse de sus brazos.

- No quiero... -lloriqueo y Natasha negó con la cabeza llevándola a cambiarse.

- ¡Iré en ropa interior! Ropa incomoda -suplicaba Lia y Natasha reía tratando de ponerle el pantalón.

Por otro lado Wanda y Lena descansaban en la mesada de la cocina.

- Te llevare... -murmuro Wanda y Lia asintió tomando su mochila.

- ¡Nat, nos vamos! -avisó la castaña y su esposa contestó con un "Okey"

Lena abrió la puerta y salió de esta dejando ver la calle en la cual vivían.

Poca gente vivía en la manzana por lo que eran ellas y dos familias más.

Lena saludo con la mano a una compañera que paso en bici y esta imitó su gesto.

Wanda sonrió y abrió el auto.

Ambas entraron dentro.

- ¿Contenta por empezar quinto grado? -preguntó la madre y Lena negó rápidamente.

- No... por mí ya estaría jubilada -habló ella y Wanda soltó una risa.

- Te falta bastante... - Aclaro ella y la pelirroja asintió con su cabeza.

Por supuesto que le faltaba... lamentablemente.

El teléfono de Wanda vibro y se lo paso a Lena para que se lo revise.

- ¿Quién es? -preguntó Wanda y la niña observo el teléfono de Wanda.

- Mamá... -dijo atendiendo la llamada.

- Wanda cariño... le podrías decir a tu pequeño monstruito de poderes que los deje de usar en mi contra, también que se ponga los pantalones -Lena soltó una risa ante eso y puso el teléfono cerca de la boca de su madre.

- Lia, peque... no uses tus poderes con tu madre y ponte los pantalones, porfavor.

- ¡Lia, No! -se escuchaba desde la otra línea... ambas adentro del auto sonreían burlescas esperando que Natasha hable.

- Gracias, cariño, ya se los ha puesto... ¡Deja eso! Okey, adiós.

Lena sonrió riendo al igual que Wanda y se miraron entre sí.

- Yo no era así de pequeña -argumento la menor y Wanda la miró sonriendo.

- Por supuesto que lo eras -contestó y Lena rodó los ojos.

Wanda estacionó el auto afuera de la escuela y Lena bajo de este.

- Pásala bien... ¿sabes qué te amo? -habló Wanda antes de que su hija bajara.

Esta sonrió y asintió.

- Lo sé... sabes que también te amo a ti -murmuro y cerró la puerta del auto.

Wanda espero a que entrará y la saludó con la mano antes de volver hacia su casa.

- Vamos Lia... por favor la remera -Escucho Wanda en cuanto entro a la casa.

Suspiro y se acercó a ayudar a su esposa.

- Yo feliz, sin ropa -exclamaba la pequeña y Natasha suspiraba pesadamente tratando de ponerle la remera a la fuerza.

La niña la elevo en una nube escarlata y Wanda la observo sonriendo.

- Bien echo pequeña... pero no se usa con mamá -la niña soltó a Natasha cuando escucho eso y la dejo caer bruscamente.

La pelirroja mayor se quejó en el suelo y en cuanto se levantó del suelo Lia tenía la remera puesta.

Observo sorprendida a la niña y suspiro.

- ¿Como lo haces? -le pregunto a su esposa 6 esta levantó los hombros.

Natasha suspiro y se recostó en la cama.

La niña se subió a su torso y la abrazo cerrando sus ojos.

- Lee... no es hora de siesta, mamá descansaba unos segundos. -murmuro Natasha agarrando a la niña, haciéndola sentarse en su regazo.

La niña se quejó.

- Yo... dormir, tu. -murmuro señalando a Natasha y ella negó.

- No renacuaja... luego del jardín dormirás conmigo, antes no. -murmuro y la alzó caminando hacia el auto.

Agarro la pequeña mochila y salió de la casa.

- ¡Las acompaño! -exclamó Wanda saliendo de la casa a paso apresurado.

Natasha sonrió y acomodo a Lia en su sillita.

Abrocho el cinturón y entro al auto.

Al igual que Wanda.

Lo encendió y salieron hacia el jardín.

- Araña pequeñita, subió, subió, ¡subió! -cantaba la niña haciendo señas con sus manos.

Natasha sonrió observándola por el retrovisor sabiendo que sería la última vez que la vería en años.

Suspiro y disimulo la pequeña lagrima que escapaba de su ojo rebeldemente.






home.Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz