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Nevermore tenía reglas. Les interesaba que sus estudiantes reflejaran la calidad y reputación de su institución en su desempeño académico y comportamiento dentro y fuera de las instalaciones.

Que una de sus estudiante metiera a su novio a escondidas al edificio no ayudaba a conservar esa imagen.

Lo único que Tyler sabía era que había quedado con su novia para llevarle un café después de clases, ese día no tenía turno en el trabajo así que tenía tiempo. No estaba seguro de como fue que terminó almorzando con ella y sus amigos en el comedor de su escuela. El no sabía mucho sobre Nevermore o sus reglas, pero estaba seguro que las visitas no autorizadas eran algo que podía meter a Merlina en problemas.

Aunque no es como si alguno de los dos necesitará ayudar para meterse en problemas.

Les hubiera gustado pensar que eso fue algo de una sola vez y que respetarian las reglas de ahora en adelante. Todos sabían que eso no iba a pasar. Les gustará o no, respetar las reglas no era lo suyo.

Normalmente la pareja aprovechaba los fines de semana para estar juntos, aunque con las responsabilidades de la escuela, trabajo (en el caso de Tyler) y castigos por mala conducta (más por parte de Merlina que de Tyler) , se quedaban con poco tiempo para estar juntos. Merlina no lo admitiría abiertamente, pero disfrutaba pasar tiempo al lado de su novio.

En la situación en la que estaban, romper las reglas era tentador, una tentación que nisiquera hicieron el intento de resistir.

Al igual que la primera vez, quedaron de verse cerca de la puerta de la escuela un día en que Tyler no tenía turno. Las visitas que siguieron a esa fueron muy parecidas, con el tiempo su lugar de reunión pasó a ser el patio central, luego la esperaba afuera de su salón de clases y una vez la espero en su dormitorio.

En un inicio Tyler iba a ver a Merlina a Nevermore solo cuando había pasado 2 o 3 semanas sin verse, luego fue una vez al mes, una vez a la semana, dos veces a la semana, tres veces, cuatro, cinco... solo no iba los fines de semana porque Merlina iba al pueblo a verlo a el.

La primera vez que Enid vio a Tyler dentro de su escuela se sorprendió un poco, luego le picó la curiosidad por saber como había logrado entrar y pasar toda la tarde con Merlina sin que nadie le dijera nada. El paso de los días la hizo acostumbrarse a su presencia, al punto de que la sorpresa pasó a ser no verlo. Y no era la única, la reacción de sus compañeros pasó de asombro y extrañeza a la cotidianidad al ver a Tyler dentro del edificio.

Algunas veces entraba a clases con Merlina y Enid, incluso varios profesores se aprendieron su nombre y lo saludaban cuando se lo cruzaban en los pasillos.

Su presencia ya no era algo extraño para nadie, se sentía como si siempre hubiera estado ahí. Se reunía con Merlina en el patio central o afuera del salón de clases, a veces le llevaba flores o algún detalle que sabía que le gustaría, porque la quería y un poco para molestarla enfrente se sus compañeros, sabia que no le gustaban las muestras de afecto públicas. Almorzaban juntos y lo que pasaba después dependía del día. Si Tyler tenía que trabajar se iba después del almuerzo, si tenia algo de tiempo acompañaba a Merlina a su siguiente clase o actividades en el club de apicultura. Y si ambos estaban libres, pasaban el rato en el dormitorio de ella escuchando música, se iban a pasear por los alrededores de la escuela o se perdían en los pasillos para una sesión de besos.

Si te detenias a pensarlo, resultaba un misterio como es que podían pasar casi toda la tarde juntos y aún así tener tiempo para ocuparse de sus responsabilidades. Parece que el amor sí hace milagros.

Un día como cualquier otro, mientras Tyler visitaba a Merlina, un profesor llamó su atención y lo envio a las oficinas de la escuela. Parecía que todo había terminado. No lo envío a la oficina de la directora, si no a una pequeña oficina en el primer piso al final de un largo pasillo de escritorios y cubículos. Merlina fue con el y ambos se prepararon para lo peor, a ese lugar enviaban a los alumnos que infringian las normas de la institución, solo si la falta era muy grave los mandaban a la oficina de la directora. Ninguno supo que decir cuando les explicaron porque estaban ahí.

El uso adecuado del uniforme era una de las principales reglas de Nevermore, era obligatorio que todos los estudiantes lo usaran en horario escolar. Tyler había sido reprendido por no llevar el uniforme... el no sabía si explicarles que en realidad no estudiaba ahí o solo tomar su infracción e irse. Hizo lo segundo, y ambos salieron del lugar en silencio.

Cuando les contaron a los demás lo que pasó todos soltaron una carcajada. Que los estudiantes se acostumbraran a verlo ahí era una cosa, pero que el personal de la escuela se hubiera acostumbrado a verlo tanto que pensaran que estudiaba ahí era otra cosa. Solo entonces la pareja fue consiente de que Tyler había visitado a Merlina en Nevermore todos los días por al menos 2 meses. Y ya no tenían inconvenientes para reunirse los fines de semana como antes, así que el motivo por el que empezaron a hacer eso ya no era válido.

Después de una pequeña charla, ambos decidieron que para evitar problemas lo mejor sería que dejara de venir a diario pero, ya se había vuelto parte de su rutina verse todos los días por lo que fue difícil romper ese hábito. Así que paso de ir cinco días a la semana a solo tres, luego a dos, uno, una vez cada dos semanas, una vez al mes...

Mentirian si dijeran que no se extrañaban.

Pero las malas costumbres son dificiles de romper, así que cada que podía, Tyler iba de visita sorpresa a Nevermore para ver a Merlina y pasar la tarde con ella.

One shots Wyler Donde viven las historias. Descúbrelo ahora