Un Caballero Florece entre la Sombra del Fuego

Capítulo 2: Explicaciones

Segundo capítulo

Escrito por: DarthPel

Número de palabras: 2,012

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Artoria empezó a despertarse lentamente de su sueño sin sueños. Lo primero que notó al abrir sus ojos dormidos fue el sonido. Ese idioma extranjero que le recordaba que estaba sola y perdida en este mundo.

Dos personas estaban hablando, ambos hombres. Uno le resultaba completamente desconocido, como era de esperar, pero el otro era reconfortante, una voz que conocía bien pero que no podía recordar inmediatamente. Volvió a cerrar los ojos, decidida a ignorarlos. Hasta que cayó en la cuenta de quién era la voz, se incorporó de inmediato, apartando las mantas de sí, "¡NARUTO!".

El rubio Uzumaki se giró para mirarla y le dedicó una afectuosa sonrisa. Detrás de él, un hombre alto, ancho y de pelo blanco estaba de pie con los brazos cruzados dedicándole una mirada llena de curiosidad.

"Artoria, te has despertado. Bienvenida al hospital central de Konoha". Naruto la saludó como si fuera una mañana de domingo cualquiera. El Uzumaki se giró para mirar de nuevo a la persona que estaba detrás de él y habló: "先生、さくらをつかんで行けますか (Sensei, ¿puede ir a buscar a Sakura?)"

El hombre le hizo un gesto con la cabeza y desapareció en una nube de humo, dejando a los dos solos. Naruto se acercó a la silla junto a la cama: "¿Cómo te sientes?".

"Naruto". murmuró Artoria, apartando la mirada de él. El peso de sus pecados y fracasos pesaban sobre sus hombros.

"¿Qué pasa Artoria?"

La chica de ojos verdes agarró con fuerza las sábanas, mientras lágrimas calientes se derramaban por su rostro. Su rostro se torció en una expresión de dolor, haciendo que su marido se acercara a ella y la tomara entre sus brazos.

"Veinte años". Comenzó ella, "Llevas veinte años muerto...".

Naruto endureció su rostro para que no se le notara la sorpresa mientras la dejaba hablar, "Todo salió mal. No estaba preparada para ser Reina... no me lo merecía. Volví a las enseñanzas de Merlín, cuando di a luz a tu hijo... el dolor estaba demasiado fresco. Lo estropeé todo. Todo lo que quería era protegerla..."

Artoria se detuvo, las lágrimas se convirtieron en sollozos, "Camelot... todo se incendió, el círculo interior se rompió. Al final Mordred... nuestro dulce hijo acabó con todo, y conmigo. Como me merecía".

El corazón de Naruto se hundió, mientras cerraba los ojos. La escuchó hablar de sí misma de una manera tan despreciativa. Culpándose a sí misma de todos los males después de su partida sin saberlo, desde dejar que otros criaran a su hija cuando ella no lo haría, hasta la mala gestión de problemas aparentemente minúsculos que estallaron en otra guerra civil, una vez que puso fin al reinado de Artoria, con ella muriendo en el brazo de su hija, su hija.

Mientras ella le contaba todo por lo que se culpaba, el propio Naruto no pudo evitar encontrar culpa en sí mismo también. No le permitió a Artoria librar sus propias batallas, cometer errores y aprender de ellos. Como resultado, lo que había quedado era una gobernante inepta, que si bien había aprendido algo de política, no tenía ni idea de cómo dirigir una nación.

Lo que es peor, por lo que podía deducir, la gente que la rodeaba probablemente tenía sus propias agendas. Apenas podía nombrar una cara de su círculo íntimo, aparte del caballero francés Lancelot.

"Artoria," Naruto habló apenas por encima de un susurro, "Conozco el dolor por el que estás pasando. El sentimiento de que le has fallado a todos. Es algo con lo que estoy íntimamente familiarizado".