♡Capítulo nueve♡

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Claveles amarillos: representan el rechazo y la decepción.

...

-¡Gane! -Michael lanzó su última carta sobre el resto.

-¿Qué? ¿Cómo es eso posible? -intervino Meg, molesta.

-Porque soy muy bueno jugando al Uno.

-Haces trampa.

-Me ofendes, Meghan. Admite que se jugar y tú no.

-Las escondes, hace un momento tenías diez.

-Meghan, por favor, actúa como profesional -recargó su mejilla en la palma de su mano, aún recostado en el mueble.

-¡Eres un tramposo! -Se levantó de la alfombra fulminandolo con la mirada -Enora, dile que es un tramposo.

Mientras tanto, yo me encontraba girando un +2 amarillo en mis manos, enfocandome en su textura y al mismo tiempo conseguía indagar en los rincones más oscuros de mi mente.

En pocas palabras, estaba absorta de lo que estaba sucediendo frente a mi.

Luego de haber platicado con Ava, no dejaba de pensar en sus palabras, él como tuve un ligero impacto en Owen, es decir, ¿era cierto? O ¿sólo suponía cosas?

Pero eso no era lo que me estaba atormentando ahora, sino la confesión de Owen con respecto a su vida personal.

-¿Ah? -la mire notando las arrugas de su frente -ah sí, claro. Michael, eres tramposo.

-¿Otra vez? -preguntó Meg.

-¿Otra vez qué?

-Estás perdida en tus pensamientos.

-Enora en la luna, una total novedad -comentó con sarcasmo Michael ahora observando el techo, relajándose en la comodidad de los cojines -Owen parece ser el principal culpable.

-Sin duda -lo apoyo Meg.

-Eso es ridículo. No estaba pensando en él.

-¿Entonces en qué? ‐Meg volvió a tomar asiento en el suelo, cruzando sus brazos, esperando mi respuesta con paciencia.

Rasque mi brazo, clavando mi vista en las cartas amontonadas bajo la suavidad de la alfombra.

-En algo que dijo -respondí.

Ambos llevaron sus manos a su rostro, suspirando, era escalofriante lo parecido que podían ser, cuando ni siquiera se toleraban.

-¡No es lo que ustedes creen! -me adelanté a decir.

-¿Qué dijo? -cuestionó Michael.

-Si les digo ¿Prometen no decirle a nadie? ‐los mire a los dos.

-Me ofende que lo preguntes siquiera -salió a decir Michael a lo que Meg asiento, de acuerdo con él.

Tome una bocanada de aire antes de continuar:

-Hace cuatro años la hermana de Owen murió -solté de golpe -me lo dijo hoy en el campo de tiro y no he parado de pensar en eso.

-Creí que eso ya lo sabías, en todos lados se ha divulgado -comentó Meg extrañada.

Mientras tanto Michael se mantuvo en silencio, de seguro aún lo procesaba.

Eso era lógico, si tecleaba el apellido Clarkson en Google saldrían diferentes noticias relacionadas con esa familia, desde su emprendimiento como dueños de una marca hasta su vida personal.

En varias ocasiones se me presentó esa tentación, abría mi laptop y con las manos sobre el teclado presionar cada letra hasta formar el nombre de Owen e indagar más sobre su vida. Pero, sentía que estaba irrumpiendo en su privacidad, quería que él confiara en mí, se abriera conmigo sin necesidad de obligarlo o presionarlo.

Las ventajas de un corazón rotoWhere stories live. Discover now