Esto no es amor

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Aphelios deja salir un sonoro gemido en el momento en que el alfa sale de la oficina. Sus glúteos le dolían demasiado después de lo que pasó, había apretado con fuerza los músculos de su trasero para que su lubricante no escurriera de la excitación. No entendía, ¡¿cómo era posible que le hubiera excitado tanto los golpes dados a su trasero?!, pero lo peor era que estaba duro, la erección dentro de su ropa interior dolía.

Apretó sus piernas, puso sus manos entre ellas e intentó calmarse pero nada funcionaba, cada vez que cerraba sus ojos recordaba el aroma del alfa; sándalo blanco, sus hermosos orbes dorados y, sus enormes y fuertes manos. Jadeo ante sus pensamiento, sabía que se castigaría por ellos después pero por ahora no le importaron, tomó la orilla de abajo de su suéter y la subió a sus labios, bajó sus bóxers hasta sus rodillas, dejando ver un hilo viscoso que salía de su agujero.

Subió sus piernas abiertas al sofá, su trasero expuesto, sacó una de sus piernas de su ropa interior y apoyó ambos pies en el sofá, uno a cada lado de su trasero el cual se encontraba rojo con las marcas de las manos del alfa en ellas. Movió una de sus manos a su agujero y la otra a su miembro, sujetándolo con fuerza y empezando un lento movimiento de arriba a abajo, empezando con los movimientos a su pequeño miembro movió dos de sus delgados dedos a su entrada y los empujó, penetrándose. Los dedos en su trasero hacían un movimiento de tijera, abrían y cerraban mientras también entraban y salían, su otra mano comenzaba a subir la velocidad de su masturbación.

Iba subiendo cada vez más la velocidad de sus movimientos, jadeos y gemidos ahogados por la tela de su suéter salían de su boca, una imagen junto con un nombre en su mente. Los hermosos ojos dorados, mirándolo seductoramente, las enormes y calientes manos golpeando y masajeando su trasero, las seductoras feromonas por toda la habitación, su voz repitiendo el nombre del dueño de sus pensamientos.

- S-sett, S-ett - repetía el omega, cerca de su orgasmo, su pequeño miembro temblando en anticipación.

Aumentó aún más la velocidad de sus manos, contrajo los dedos de sus pies y, mientras repetía ese nombre, un líquido blanco salió con fuerza de su miembro, había eyaculado pensando en el alfa. Después de su fuerte eyaculación se relajó en el sofá, su respiración agitada por el esfuerzo, respiró profundamente varias veces para regular su respiración.

Una vez se había calmado se paró a buscar su bolsa, sacó unos pañuelos desechables y se limpió el abdomen y el trasero, guardando la basura en su bolsa. Se puso su ropa interior de nuevo, se acomodó su suéter y buscó sus supresores, se tomó dos en seco, haciendo que las pastillas rasparan un poco su garganta, y regresó al sofá para esperar al alfa.

Estaba aburrido, pero no quiso tomar su celular para que el vastaya no lo castigara de nuevo por hacer algo. Después unos largos 10 minutos se escuchó el sonido del seguro de la puerta y se abrió dejando ver al alfa, el cual sonrió al entrar y ver que Aphelios se había quedado exactamente como lo había dejado. Se acercó al azabache y le acarició la cabeza con una suave sonrisa en su rostro.

- Buen chico - susurró y tomó su nuca, lo acercó y depositó un suave beso en su frente, luego se separó del azabache. - Ten, traje un suero para ti - dijo al alfa al separarse un poco del omega, extendiendo la bolsa que tenía en su mano. - No sabía que saber te gusta, así que traje uno de cereza, espero que no te moleste

Deja la bolsa en las piernas de Aphelios cuando este tarda en tomarla, le da la espalda y se acerca hacia su escritorio, toma un teléfono que reposa en una esquina y marca unos números. Se apoya en la orilla a dialogar con una persona al otro lado de la línea, mientras tanto Aphelios toma la bebida, la abre y bebe casi la mitad del bote en un largo trago, no sabía que estaba tan sediento hasta que vió la botella.

Contrato Entre la Luna y el LoboWhere stories live. Discover now