EL AMULETO

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Los siguientes días pasaron normalmente, Jericó como todo buen líder siempre estaba al pendiente de todo en la fortaleza, Meridian seguía enseñando a los mercenarios, todo pasaba con naturalidad hasta que algo no natural pasó...

- Lucia, que bueno que te encuentro – dijo Monserrat tomándome por sorpresa

- ¿para que me buscabas? - pregunte extrañada

- Quiero que me acompañes a Kiev - dijo muy tranquila

- ¿Kiev?... no gracias – dije tajante

- ¿Qué?, ¿por qué?... vamos acompáñame - me insistió

- No quiero regresar – dije un poco molesta, no puedo creer que enserio no supiera, por que no quería ir con ella era evidente que no me tragaba ni yo a ella

- Ok, ok solo quiero recordarte que estamos a unos días de noche vieja, no te gustaría comprarle un regalo a Meridian - sonrió y levanto sus cejas con una cara pícara... no había pensado en eso, aunque no era mala idea darle un detalle a Mel así que acepte

- Esta bien, y ¿Cuándo vamos? - pregunte

- ¡Ahora! – dijo sonriente

- ¿que?, no Meridian me necesita aquí - dije 

- Tranquila hablaré con ella – su tono era muy despreocupado, así que caminamos en su búsqueda y la encontramos

- ¡¡Hermanita!! – dijo monse al mismo tiempo que la abrazaba con entusiasmo

- Hola, que pasa "peque"

- Venimos a pedirte permiso - dijo muy orgullosa

- ¿Venimos? - dijo mirándome extrañada

- Si, le pedí a Lucia que me acompañe a Kiev

- ¿Lucia, tu quieres ir con ella?

- S-si, bueno si no te molesta

- (Rio) por que me pides permiso en primer lugar te he dicho varias veces que tu eres de la familia, solo dime que saldrás, no vengas a pedirme permiso entiendes y Monse tu jamás me pides permiso pierdan esa costumbre, hermanitas tontas – y nos dio un golpecito en la cabeza a las dos

- Si – dijimos ambas

- Monserrat, ¿no la morderás, verdad?

- ¿Qué!?, claro que no

- Bien, ah por cierto, esta de más decir que llevaran escolta

- ¿Qué?, no por favor -dijo Monserrat

- Lo siento Monserrat Pero no está a discusión, ahora vayan para que regresen pronto

- Esta bien – dijo monse, me tomo de la mano y me arrastró hacia el auto, era un Nissan   negro muy bonito, entonces nos encaminamos hacia Kiev, atrás de nosotras nos seguía otro auto negro con 4 mercenarios que nos custodiaban... miraba el camino y el temor se apoderaba de mi, tenia miedo a volver, sentía que cada vez que nos acercábamos más me iba sofocando, Monserrat tomo mi mano cosa que me sorprendió

NOCHE ROJAWhere stories live. Discover now