No eres mi Lizzie

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Pasó una semana aburrida, hasta que recibí una llamada de un número desconocido. Respondí al teléfono y reconocí la voz de Evans.

— Lucía? —

— Evans? Pasó algo? — pregunté

— Elizabeth se volvió loca — dijo

— ¿que? —

— ¿sabes cómo ir a casa de Elizabeth? — preguntó

— si, claro —

— necesito que vengas...Scarlett sigue en la ciudad, pero si la dejamos así ella se dará cuenta de todo, ven por favor —  recuerdo al Evans de la fiesta, recuerdo que era bastante engreído, pero su voz en la mañana me mostraba mucha desesperación. Lizzie no está bien.

— voy para allá — dije

Robert un día después de traerme aquí, trajo mi auto, así desde afuera no habrían pruebas de que técnicamente estoy viva, ya que según me desaparecieron a mi y mis cosas. Me monté en el auto y arranqué el auto. Fui lo más rápido que pude hacia su casa y al llegar estaba Evans, Downey y Brie afuera.

— ¿donde está ella? — pregunté saliendo del auto.

— está adentro...no responde y lo último que escuchamos fueron gritos — dijo RDJ.

Toqué la puerta y nadie respondió, pero con la llave de Robert pude abrir, el no le gusta utilizarla, pero era un caso urgente. Al entrar había un reguero de cosas por todos lados, todo estaba tirado al suelo, un hueco en la pared, y unos sollozos al final del pasillo.

— Liz?...— susurré

Me acerqué al baño y la vi parada frente al lava manos, sus nudillos ensangrentados, y sus ojos rojos.

— ¿qué haces aquí? —

— haz preocupado a todo el mundo, me llamaron para venir a ayudarte porque...

— ¿y quien dijo que necesito de tu ayuda? — preguntó a la defensiva, se veía muy enojada — porque no mejor te vas con esa tal Hailee, porque claro con ella de seguro te entiendes mejor...—

— y si lo hago — susurré y ella parecía sorprendida que le dijera eso — con ella por lo menos no termino herida o mejor! Escondida en el fin del mundo para que no me maten, y aún así si lo hiciera por un propósito, pero ni eso porque la persona a la que amo no es capaz de aceptar lo que siente...¿y sabes que Elizabeth? Eres una mierda de persona! Si que lo eres ! Porque todo este tiempo estuve de tu lado y ni una vez tú has estado del mío !! Ni una sola vez, me has demostrado algo más que desprecio!!, me has hecho enamorarme de ti, para luego dejarme tirada—

— intento protegerte !!—

— es lo único que no haz hecho !!!— grité — quizás por eso siento esa cercanía con Hailee porque quizás ella si es alguien que me merece y que yo merezco...—

— l-lo s..

— ¿lo sientes?...ya tus "lo siento" no valen la pena, ya no los quiero, me dijiste de irme y me fui...y ahora quieres solucionar todo con un "lo siento" ?!? —

— ¿como puedo solucionarlo? — preguntó

— ya no hay nada que hacer — dije y me giré para irme, pero ella me sujetó de la mano.

— no, por favor...n-no te vayas, claro que se puede solucionar...solo dime...y-yo...no se...— vi la desesperación en sus ojos esmeraldas y vi sinceridad en ellos.

Vi a esa Elizabeth insegura, esa Elizabeth que ella no quería mostrar.

— solo son cinco letras y dos palabras...solo eso — ella se quedó en silencio y reí en mis adentros, claro...que estupida soy, no podía pedir tanto.

Salí de su casa dejándola sola. Afuera todos me miraban y decidieron no hablar, lo cual agradecía. Subí a mi auto y volví al lugar donde me estaba quedando. Estuve llorando todo el camino, la amo y mucho, pero ella no es mía.

////

Al día siguiente, estaba hablando con Hailee, como se había convertido nuestra rutina. Siempre conversábamos en la mañana y luego en la tarde cuando ella llegaba de la universidad.

— oye linda, te extraño mucho — dijo al teléfono

— yo también Lee...—

— estar en la escuela sola es aburrido y nadie aquí hace tan buenos chistes como tú — dijo y yo reí por sus tonterías.

— volveré...dentro de poco, no te preocupes —

— y volviendo al tema de tu enamorada, creo que debes darte a valer más...quizás deberías estar con una persona que de verdad te merece y te valora —

— lo sé, pero ella lo es todo para mi y no la puedo dejar atrás —

Le había contado a Lee sobre Lizzie, no toda la historia claro, pero si que ella era fría conmigo y todo, si le llego a decir los accidentes y que aparentemente estoy muerta, creo que ya la hubiera matado.

Terminamos de conversar en la noche, ya era casi madrugada, así que ella se fue a dormir y yo me quedé viendo la tele un rato. La puerta sonó y abrí la puerta, viendo a Lizzie borracha.

— hey! — se echó a reír y yo no me lo creía.

— ¿Elizabeth qué haces aquí? — pregunté

— estás en mi...en mi casa — dijo mirando a los alrededores.

Ella entró tambaleándose y casi se cae, pero yo la sujeté, mientras ella estaba muerta de risa.

— ¿así que me amas? — preguntó y yo asentí, sin entender a que venía la pregunta.

— si, te amo boba, ahora ven, te llevo a la cama —

— uhhh...me quieres llevar a la cama — ella se acercó a mí tratando de quitar mi camisa, pero yo quité sus manos de mi.

— a dormir...Elizabeth— aclaré y ella negó riendo.

Ella me tiró al sofá, cayendo boca abajo en este, apoyando mi cuerpo en el espaldar de este.

— Elizabeth ! —

— shhh...no grites...¿o quieres molestar a mommy? —

— no voy a tener sexo contigo...— dije intentándome parar pero su cuerpo sobre el mío me lo impedía.

— se una buena niña — Ella me quitó el pantalón y mis bragas a la fuerza, yo no quería hacer esto, ya no era que me estaba reteniendo por dignidad, solo no quería.

Luchaba contra su agarre, pero ella era mucho más fuerte que yo. Ella quitó el suyo y me penetró con fuerza, y así siguió haciéndolo rápido, lo cual me dolía.

— Elizabeth me estás lastimando—

— dije que te callaras ! — gritó dándome una nalgada.

— no quiero esto !! para...—susurraba mientras ella seguía penetrandome fuerte — no!! — Ella harta, me tiró al suelo haciendo que me golpeara el rostro.

Intenté irme, pero ella quedó arriba de mi.

— ¿no que me amabas? — preguntó abriendo mis piernas, las cuales yo luchaba por mantener cerradas, pero no pude.

— esto no es amor !! Suéltame!! — grité y ella me penetró de una vez aún más fuerte, haciendo que todo fuera silencio de mi parte y que una lágrima corriera por mi rostro.

Ella simplemente siguió, se escuchaban sus gemidos y yo me mantenía en silencio, cansada de tratar de escapar, aceptando que no lo lograría. Cuando terminó, su rostro quedó en mi abdomen y ella se durmió.

Me levanté y no pude si quiera mirarla, solo fui a mi cuarto encerrándome, poniéndole seguro a la puerta. Me acosté en mi cama y lloré, lloré tanto que no me di cuenta cuando me quedé dormida.

Miss Olsen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora