¿Qué pasaría si mueres y de un segundo a otro despiertas en el cuerpo de alguien más y en otro mundo diferente al que creciste?
Pues eso le pasó a nuestro querido protagonista Izuku Hamato el hijo menor de Yoshi Hamato, un maestro ninja.
Izuku era e...
Jamás pensé que vida acabaría de esta manera, con diecisiete años de edad siendo el seguro de una compuerta de químicos altamente peligrosos para evitar que estas cosas se esparzan por el aire, suelo, y agua... y destruya la ciudad, mi hogar y mi familia, pero ¿saben que? no me arrepiento de nada de lo que he hecho hasta ahora.
Con que mi familia y amigos estén a salvo, me es suficiente para así poder descansar en paz.
Pero te preguntaras
¿Cómo llegué a esto?, ¿ como llegue a estar sosteniendo una puerta de una fábrica de químicos altamente peligrosos?
Vamos desde un principio.
Te contaré parte de mi historia.
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Mi nombre es Izuku Hamato o mejor conocido como "Zuku", soy el quinto y último hijo de Yoshi Hamato un de los casi inexistentes maestros ninja más grande de todos los tiempos, papá o sensei se mudó a Nueva York después de que la vida le arrebatará lo que más ama en Japón, su tierra natal.
Pero jamás imaginó que en la ciudad más conocida del mundo terminaría dándole una mala pasada, un día cualquiera cuando compró cuatro tortugas bebés como mascotas para aliviar su dolor, al final del día terminará siendo padre de cuatro tortugas humanoides mutantes. Pero no es todo él también se vio afectado y se volvió una gran rata parlante.
Desde ese momento todo se volvió una vida llena de aventuras, risas y llantos, pero papá era feliz con lo que el destino había preparado para él.
Cinco años después fue cuando me conocieron, según papá me contó en mi cumpleaños número 5, el vio a mi madre abandonarme en el callejón cerca de casa cuando el estaba buscando comida y algunos juguetes para mis hermanos, papá no tubo corazón para dejarme en un orfanato, así que decidió llevarme con él y criarme junto con mis hermanos.
Y así es como termine con ellos, crecí lejos del mundo humano de las personas que eran como yo, crecí bajo la ciudad de Nueva York la ciudad que nunca duerme, en una estación de trenes abandonados olvidado de todos, escondido del exterior y el peligro que las sombras ocultan, donde lo único que conocemos mejor que nadie es el subterráneo y los lugares ocultos de ellas.
Mis hermanos eran diferentes de todo ser vivo existente que hábito en la tierra, el mayor de los cuatro se llamaba Leonardo, era el más responsable y el más sobreprotector de todos, el segundo se llamaba Raphael es como tener una bomba andante, literalmente, es demasiado temperamental y lo único que lo mantenía más calmado era su tortuga mascota Spike, ¿irónico verdad?, pero aun así era un gran hermano protector y preocupado, el tercero era todo un genio su nombre era Donatello, podía inventar miles de cosas y usar cualquier chatarra para crear sus inventos increíbles, y el último de ellos era el más divertido y loco de todos, y sobre todo mi compañero de juegos de nombre Miguel Ángel. Todos ellos eran los mejores hermanos mayores que eh podido tener, pese a que eran diferentes ellos eran excelentes guerreros y aunque peleaban entre ellos muchas veces por cualquier cosa, jamás se separaban.
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