Capítulo 16: El auditorio

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Diez de la mañana en la capital y con mi grupo «conformado por: Seon-young, Yihoo y dos compañeros más» nos encontramos terminando la primera parte de nuestro deber referente a la historia de Wang Geon y la "traición" hacia su propio rey, Gung Ye. De vez en cuando fijo la vista hacia mi alrededor notando diversas almas divagando, dormitando y otras que al igual que yo, dedican todo su intelecto al desarrollo del trabajo asignado. 

«Pero ¿A quién engaño? hoy he estado muy desatenta con mis responsabilidades».

Y es que mi juicio se ha tomado el atrevimiento de interesarse en dos temas específicos, comenzando con: Lee Ye-jun y su primera prueba sumativa del año, de la cual espero ansiosa conocer si mi potencia cognoscitiva racional ha dado frutos en su desempeño académico; y en segundo lugar pero no menos importante, está él, ese chico frente a mi al que etiqueto como mejor amigo y que hace que mi corazón se contente y a la vez duela. El mismo que me está mirando en estos momentos sin decirme nada.

 Pauso mi "lectura" para preguntarle. —¿Que miras? 

—Nada, nada. —Vuelvo mi vista al libro. —Dime... ¿Estás enojada? —Replica después de unos silenciosos segundos y con Choi «quien está a su lado» nos observamos en confidencia. Ella sabe que estoy molesta con Park después de lo ocurrido ayer. 

—¿Debería? 

—Pues no. —Asegura.

—Entonces no preguntes.

La grave melodía del timbre escolar nos avisa que concluimos la segunda clase de la jornada, por ende, el examen de Jun ya ha llegado a su fin. Con celeridad me dedico a guardar todas mis pertenencias, acomodo los manuscritos de mi grupo en una carpeta y me dirijo hacia el escritorio del educador para darle entrega de todo nuestro conocimiento, esperando así, ser justipreciado por él.

Antes de abandonar el salón me devuelvo al conjunto de mesas donde aún se encuentran mis compañeros. —Ya lo he entregado. —Les aviso. —Choi, me adelantaré mientras. —La pelirroja solo me lanza un guiño en respuesta. 

—¿A dónde vas con tanta prisa? —Menciona Yihoo. —Esperanos. 

—Iré al salón de Jun. —La aspereza habla en mi lugar. 

Estoy siendo una maldita inmadura porque estoy celosa, lo asumo, y muero de vergüenza ya que no debería dejar que este mal sentimiento nuble mi trato cordial hacia él, no lo merece.

«¡Ni siquiera percibe lo que causa en mi pálpito, Dios!».

—Ash ¿Para qué?. —Acomoda ambos brazos en su cadera. —No iras sola, esperanos. 

Me quedo mirándolo con desafío para después ignorarlo y dejarlo atrás. 

Un suave algodón blanco y un costoso calzado azabache, me dirigen por un reducido camino lineal hacia el salón de mi aprendiz teórico.

Espero su presencia observando en puntillas por las elevadas y rectangulares ventanas. Aún quedan muchos alumnos en su sala, pero detallando con más interés lo que tengo frente a mí, puedo reconocer al pelinegro solo por su aplomada chaqueta beisbolera.

Ahí viene. 

—Hola Jun. —Le demuestro mi entusiasmo a través de mi dentadura e igualmente a la dama que cuelga de su brazo. —Hola Hyori.

La alegría irradiaba su semblante hasta que me vío. Es algo típico ver que le sonríe a las chicas, y sí, es obvio que lo hace para ligárselas, pues yo no pido la misma atención. Soy consiente en que no debo considerar relevante su promiscuidad, pero es un hecho que me desanima un poco observar su simpatía con los demás y no conmigo, ya que lo estoy ayudando de la mejor forma posible. 

El frenesí de Isabella [Saga: Amor y Aflicción]Where stories live. Discover now