Extra I

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El sol brillaba en lo más alto del cielo azul, algunas nubes blancas paseaban dando un poco de frescura, estaban en las últimas semanas de verano y el calor era insoportable.

- Shota cuanto falta para llegar? - preguntó un alfa de cabello rubio, ojos azules y apariencia esquelética - Ya no siento las piernas - el otro rodó los ojos al escucharlo quedarse por doceava ves el mismo día

- Según nos dijeron los del pueblo... son cuatro días a pie... vamos tres así que mañana estaremos llegando... ya deja de quejarte Toshinori - le respondió un omega de cabello negro y ojos oscuros - Se supone que eres el de los pantalones en esta relación

- Crees que estamos en otro mundo o dimensión alterna? - pregunto ignorando lo último que el omega dijo

- Para ser honesto... ya ni siquiera sé que pensar al respecto

◇•●•◇

Ambos habían despertado al pie de una montaña, la mitad de sus cuerpos estaban dentro de una especie de cristal blanco amarillento, tardaron mucho en salir de ahí pero lo lograron, estuvieron analizando la situación y buscando algún indicio de la cuidad. Lo último que recordaban era que ambos estaban ayudando a unos ancianos a cruzar la calle cuando un destello de luz se extendió por todo su alrededor y luego todo se puso negro para ellos.

Pero no encontraron nada, ni siquiera un pueblo relacionada a Japón, era como estar en medio de un extenso bosque, sus teléfonos no tenían señal cosa que se les hizo de lo más extraño ya que eran de los recién salidos a la venta apto para héroes ya que estos tenían mejor recepción de señal móvil que incluso captaban señal bajo el agua. Se pusieron a caminar hasta encontrar alguna casa para poder preguntar y ubicarse, después de haber caminado por tres días seguidos lograron llegar a un pequeño poblado, para ellos fue una salvación, así podrían pedir un teléfono para poder contactar a alguien que les pudiera ayudar, ya sea a Nezu o a Izuku, en especial al omega pecoso ya que lo mas probable era que el peliverde este demasiado preocupado.

Pero jamás se imaginaron con que el poblado fuera de estilo japonés antiguo parecido a la época feudal, fue como haber retrocedido en el tiempo, no podían entender lo que había pasado, pidieron alguna indicación pero todos lo veían raro y los tacharon de locos, sin nada que hacer decidieron buscar una forma de ganar dinero para comprar comida, Aizawa logró ser contratado como empleado de limpieza en una casa de nobles y Toshinori de en cambio después de tanto esfuerzos le dejaron trabajar en una panadería.

Estuvieron trabajando por casi seis meses, ahorrarán el dinero para poder salir a un mejor lugar y buscar respuestas de porque estaban ahí y que había pasado, vivían en una cueva cerca de una laguna donde despertaron, era cómoda y cazaban su comida, no se quejaban de eso pero no querían gastar el dinero en una vivienda que terminarían abandonando al final.

Por lo menos descubrieron que estaban en un pueblo al norte de la capital, también que los territorios pertenecían al imperio Rubī y el que gobernaba las tierras era el sultán Katsuki Bakugo un enigma muy poderoso y temible que era considerado un sultán despiadado, para ellos esa información fue innecesaria ya que el poblado no tenia mucha comunicación con los poblados mas grandes por lo que no estaban tan comunicados con asuntos del territorio, pero algo de su conciencia les decía que debían investigar más.

Salieron bien equipados del pueblo rumbo a la capital, así tendrían más oportunidades de conseguir información, por el camino se encontraban con comerciantes y algunos otros viajeros, ellos les contaban varias cosas algunas útiles otras no tanto. No sabiendo que pensar al respecto, pero una cosa si era segura ya no estaban en casa.

Con cada cuidad que pasaban se iban informando mejor de donde estaban y quien era el gobernante. Descubrieron que el imperio era el más grande y extenso de todos, habían escuelas donde todos los niños asistían todos los días a aprender, los avances tecnológicos no se escuchaban en ningún lado, no había dones o superpoderes, sino magia una energía que fluye en el interior de las personas y sólo pocos pueden usarla bien.

A TRAVÉS DEL TIEMPOWhere stories live. Discover now