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Hunter suspiro mientras se adentraba en su nueva secundaria, él no sabía que le esperaría en esta nueva ciudad como secundaria, todo sería nuevo. Desde el momento en que la familia Noceda lo acogió, ha estado en proceso de acostumbrarse a la ciudad, pero fue un gran paso pasar en menos de dos meses a una escuela secundaria.

—¡No te preocupes hermanito! ¡Tus queridas hermanas estarán aquí para ti!— Exclamó su hermana menor, Luz, apareciendo por atrás y abrazándolo.

Hunter entró con Luz en su espalda sin decir nada, después de todo amaba a su hermanita del medio y estaba dispuesto a protegerla de quién sea, a pesar de haberla conocido en poco tiempo, Luz tenía una habilidad con las personas que los hacían abrirse por completo.

—Para nuestra mala suerte no podré acompañarlos, recién voy en primero, pero te deseo suerte.— Su hermana menor de ambos, Vee, habló con cansancio, pero con una sonrisa.

Luz sonrió y desordenó el cabello de la niña, para que luego ella se vaya por su camino.

—Bien Hunter, ahora somos tú y yo, aunque seas un año mayor tienes suerte de que te hayan puesto conmigo por ser tu hermana, sino estarías perdido.— Él asintió, Hunter había sido educado en el orfanato antes de ser acogido por la familia Noceda, así que después de hacer el examen para ponerlo en un grado respectivo, se le asigno a un grado menor del que debía estar, pero él no tenía problema con eso.

Luz lo arrastró por los pasillos con entusiasmo, mostrándole con un excesivo animo toda la secundaria de Gravesfield, también animada porque le presentaría a sus amigos y estaba segura de que todos serían un grupo. 

Mientras caminaban, escuchó una risa escandalosa, junto a un débil sollozo, él rápidamente dirigió su mirada hacía el momento y se fijó en como una chica alta de cabello pintado en rosa estaba riéndose alrededor de una chica baja de lentes, cabello corto azulado y muy linda.

La chica andaba con un pequeño sonrojo y la mirada baja, pero sus ojos estaban cristalinos y pequeños sollozos se lograban escuchar. Se sintió impotente, todos alrededor estaban pasando como si nada y la ignoraban ¿Por qué nadie hacía nada? Era obvio que ella estaba sufriendo de acoso por esa chica alta que tenía cara de lagarto, un insulto a los lagartos.

Por más que Luz intentó llevarlo a otro lado, él no pudo seguir su camino mientras veía esa escena ¡Alguien debía hacer algo y ese alguien sería él!

—Hunter, no lo hagas, enserio. Créeme que ya he intentado hacer algo, pero seguirá siendo lo mismo.— A pesar de que él conocía a Luz por menos de medio año, esta no era la chica alegre y burbujeante que estaba dispuesta a ayudar a todos. Pero se veía reacia en ayudar y por sus palabras, al parecer ya sabía las consecuencias.

Él hizo de oídos sordos y se dirigió a la escena para confrontar, aun escuchando los susurros de Luz que le pedía que no fuera, pero ya era tarde.

—¡Hey, tú! ¡Niña de cabello mal pintado!— Exclamó, provocando que la chica volteará a verlo con una mirada penetrante.

—¿Qué? ¿Me hablas a mí, chico nuevo?— Preguntó, pasando su brazo alrededor de los hombros de la chica baja, quién se agachó como un gatito asustado ante el contacto.

—Sí, y este chico nuevo tiene las agallas de hacer algo ilegal si sigues acosando a esta chica.— Declaró, caminando con normalidad y poniéndose frente a ella, la chica solo sonrió, una sonrisa que podría considerarse dulce, pero solo expresaba arrogancia.

—Oh ¿Acosando? Vaya, no sabía que ya me asignaste un papel con menos de un día aquí, pero no te lo negaré, me gusta molestar a los que son inferiores. Así que, niño lindo, vete por dónde viniste y no vuelvas a molestar en asuntos que no te incumban.

Besos de prácticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora